Rusia anunció este miércoles que retirará más tropas de la frontera con Ucrania, pero tanto la OTAN como Estados Unidos insistieron en que no ven señales de esa reducción. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reiteró que su país resistirá a cualquier eventual invasión.
El Ministerio de Defensa ruso publicó un video que muestra un tren lleno de vehículos blindados moviéndose a través de un puente que se aleja de Crimea, la península ucraniana situada en el Mar Negro que Rusia anexó en 2014.
La cartera había informado este martes el inicio de un retiro de tropas tras concluir una serie de ejercicios militares cerca de Ucrania.
También Bielorrusia afirmó que todos los soldados rusos desplegados en su territorio en el marco de unas maniobras, abandonarán el país el domingo próximo, en cuanto terminen los ejercicios.
Sin embargo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, enfrió cualquier expectativa en ese sentido al señalar que la organización no ve ninguna señal de que Moscú estuviera disminuyendo sus niveles de tropas en Ucrania y sus alrededores.
"No hemos constatado ninguna desescalada en el terreno por ahora; al contrario, parece que Rusia sigue reforzando su presencia militar", declaró Stoltenberg, tras una reunión de los titulares de Defensa de la OTAN en Bruselas.
La supuesta retirada rusa fue también descartada por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, quien dijo a la televisora ABC News que Washington no vio "un retiro significativo" de tropas rusas.
Algo similar afirmó el mandatario ucraniano en declaraciones televisivas: "Estamos viendo pequeñas rotaciones, no las llamaría una retirada de las fuerzas por parte de Rusia. No vemos ningún cambio."
No aflojaron con la charla
El sábado Biden y Putin hablaron durante 62 minutos, en lo que fue la primera conversación directa entre los dos líderes desde el 30 de diciembre, cuando habían mostrado sus diferencias sobre Ucrania.
El contacto telefónico del mandatario estadounidense y el ruso tuvo lugar después de que Estados Unidos movilizara más tropas a Polonia. Además, al igual que otras potencias imperialistas europeas, también había pedido a sus ciudadanos y ciudadanas que abandonaran Ucrania.
Tras el acercamiento telefónico, por medio de un escueto twitt de la Casa Blanca, Biden reiteró las advertencias: que en el caso de una invasión a Ucrania habría "costos rápidos y severos" contra Rusia.
En tanto desde el Kremlin llaman a unas "negociaciones serias" con Estados Unidos. Los líderes de la Unión Europea insisten con el pedido de encontrar una “solución negociada” a la crisis y participarán este jueves en una reunión en la que tratarán sobre la situación en Ucrania
Washington, pidió más pruebas de la desescalada, aunque el presidente Joe Biden se declaró abierto a hallar una solución por la vía diplomática.
El anuncio fue aplaudido hoy por el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov: "Que el presidente de Estados Unidos también haya expresado su disposición a unas negociaciones serias es algo positivo".
Acusaciones cruzadas sobre operaciones militares
Las declaraciones y acciones del gobierno estadounidense se dan luego de que los ejércitos de Rusia y Bielorrusia comenzaron a realizar las maniobras militares “Determinación aliada-2022”, en Brest, una región de Bielorrusia que limita con Ucrania y Polonia. Previamente el gobierno ruso había movilizado unas 30 mil tropas y más recursos a Bielorrusia para las maniobras conjuntas.
Rusia concentró a fines del año pasado alrededor de 150.000 soldados -según estimaciones estadounidenses- al este, norte y sur de Ucrania, que provocaron llamados de Washington y la OTAN a retirarlos por temor a una invasión rusa a su vecino.
El Kremlin negó esas acusaciones, denunció actividades hostiles de la OTAN cerca de su territorio y reclamó garantías para que no siga expandiéndose hacia sus fronteras. A la vez le exigió un repliegue militar a las posiciones de 1997, antes de sus sucesivas ampliaciones en Europa del Este.
Como explicamos en este medio en una nota de Santiago Montag, “el movimiento de tropas rusas es una forma de equilibrar fuerzas ante el despliegue de varios años de tropas de la OTAN alrededor de los países de Europa del Este. Allí la OTAN ha realizado ejercicios militares con decenas de miles de soldados año a año con Ucrania, entre ellos Sea Breeze y Rapid Trident. Esta política más agresiva del imperialismo norteamericano se expresó en la Cumbre por la Democracia convocada por Joe Biden para poner límites a Rusia y China buscando una justificación para liderar al mundo”.
En otra nota de Diego Sacchi en La Izquierda Diario afirmamos que “el intercambio de acusaciones de las últimas semanas volvió a escalar y el presidente Biden agita la inminencia de una invasión rusa buscando mostrarse como cabeza de un frente imperialista de la OTAN contra Rusia.( …). La situación sigue transitando por un delgado equilibrio. Estados Unidos y sus aliados europeos buscan acorralar al gobierno ruso, pero tratando de evitar ser los que desaten los enfrentamientos bélicos (...) El gobierno ruso intenta poner freno al expansionismo de la OTAN sobre lo que Rusia considera su zona de influencia. Pero también es parte del intento de Putin de aumentar la influencia de Rusia en las repúblicas de la exURSS y evitar todo movimiento desestabilizador que provenga de ellas, que comparten con Rusia el mismo tipo de régimen antidemocrático.
¿Cómo empezó el coflicto en Ucrania?
El conflicto en Ucrania comenzó entre fines del 2013 y principios del 2014 a partir de la caída del presidente ucraniano Viktor Yanukóvich por seguir un camino que favoreciera a la influencia de Rusia sobre el país y alejándose por el contrario de un acuerdo de libre comercio con Europa.
El Yanukóvich fue reemplazado por un nuevo gobierno en Kiev prooccidental y antirruso integrado por nacionalistas y ultranacionalistas.
Ante la amenaza de perder al país aliado, Putin envió tropas sin identificación a tomar los gobiernos de las áreas pro rusas de Ucrania, esto es Crimea, Lugansk y Donetsk. Inmediatamente Crimea fue anexada vía un referéndum. Los separatistas conformaron las autoproclamadas República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk las cuales han peleado por su autonomía del gobierno central ucraniano y han impuesto regímenes dictatoriales.
A lo largo de los 8 años de guerra ambos bandos han apoyado a sus asociados en el terreno. Estados Unidos ha invertido 600 millones de dólares anuales en apoyo al gobierno ucraniano, además de aportes de armas y asesoramiento militar, mientras que la OTAN ha realizado ejercicios sistemáticamente en las fronteras, el Báltico y Mar Negro.
Rusia ha hecho grandes aportes a los separatistas, tanto económicos, comprando el carbón y otros recursos minerales, como también apoyo militar, además junto a sus aliados, como China, han realizado ejercicios militares en los mares.
En tanto al menos 14,000 personas perdieron la vida y más de 2 millones fueron desplazadas. La población ucraniana está atrapada en un drama que no puede ser encauzado por los partidos nacionalistas, por la intervención imperialista de Estados Unidos o la Unión Europea, ni tampoco por Rusia con sus aliados locales. |