La escalada entre la dirección nacional del PP y la presidenta de la Comunidad de Madrid ha dado un nuevo salto a lo largo de este jueves. Disparando con munición gruesa, el cruce de declaraciones en sendas comparecencias ante la prensa entre el secretario de organización e Isabel Díaz Ayuso no se sabe donde puede terminar.
A las noticias de un posible espionaje encargado por colaboradores de Casado en el Ayuntamiento, Isabel Díaz Ayuso ha salido a atacar directamente a la dirección nacional. Dando por buenas las informaciones publicadas se ha lamentado de que "nunca pude imaginar que la dirección general de mi partido iba a actuar de un modo tan cruel e injusto contra mí".
Sobre el asunto en sí, la supuesta adjudicación irregular de un contrato de suministro de mascarillas a una empresa con la que su hermano mantenía una relación comercial, Ayuso ha negado cualquier indicio de corrupción. Ha desafiado a la dirección del PP a que “demuestre que yo me he movido para favorecer a alguien de mi entorno. No tendrá una sola prueba de corrupción” y que “no encontrarán una sola muestra de haber beneficiado a nadie, y menos a mi familia”.
Unas horas más tarde, pasadas las 15h y desde la sede nacional de Génova, Teodoro García Egea ha convocado una rueda de prensa en la que se ha presentado la contundente respuesta. El secretario de organización ha explicado su versión de los hechos.
El mes de septiembre habrían recibido la información sobre las posibles irregularidades. Egea ha asegurado que le comunicó el pasado 20 de octubre esta situación a Ayuso y que le emplazó a presentar información para aclararla, algo que la presidente no habría hecho “hasta el día de hoy, ha sido en vano, no hemos recibido ninguna información”.
Sobre las acusaciones de Ayuso a Casado y la dirección nacional las ha tildado de “gravísimas, casi delictivas”. Ha espetado que “se puede tener un buen resultado electoral, pero eso no exime del deber de rectitud y de lealtad”.
La “bomba” de Egea ha venido con el anuncio de la apertura de un “expediente informativo” sobre la presidenta, que podría acabar en su expulsión del PP, y que los “servicios jurídicos estudiarán” las posibles acciones legales ante las acusaciones. Ha terminado reafirmando que no tolerarán “ni una acusación más a mi honorabilidad y la de esta dirección nacional” y reprochar a Ayuso que ataque a la “dirección de un partido que le ha dado todo”.
La guerra intestina en el seno de la derecha se ha agravado exponencialmente esta semana tras los resultados de las elecciones de Castilla y León. La débil victoria de Mañueco supuso el fracaso de la apuesta de Casado de conseguir, con uno de los suyos, una victoria equivalente a la de Ayuso en las madrileñas de mayo. La dependencia de Vox para formar gobierno en la comunidad, dejan a la dirección de Casado en el peor de los mundos.
La posible causa, mediática en principio y puede que judicial más adelante, por los contratos de Ayuso, ha sido dejada correr por Casado para debilitar a una Ayuso que tampoco ha perdido el tiempo. En los pocos días que nos separan del cierre de las urnas castellanoleonesa la presidenta madrileña ha salido a volver a exigir un adelanto del congreso del PP de Madrid – donde aspira a conseguir la secretaria general – y a mostrarse partidaria de alcanzar un acuerdo con Vox en Castilla y León.
La crisis del PP abona el avance de Vox. Por derecha recibe gasolina de la desgracia de sus competidores directos. Por la “izquierda”, del malestar y la decepción creciente que genera el gobierno “progresista”. Que la izquierda anticapitalista, junto al sindicalismo combativo y los movimientos sociales, pongamos en pie una alternativa independiente de la izquierda de Moncloa y con eje en el desarrollo de la movilización social, es cada vez más urgente para hacer frente a esta amenaza. |