El influencer juntó más 150 millones para colaborar con el combate al fuego y generó debate sobre el rol de la comunidad y el papel del Estado que ya decidió auxiliar a productores.
La colecta que organizó Santi Maratea para colaborar con el combate a los incendios en Corrientes, juntó más de 150 millones de pesos a través de una campaña en redes en poco más de un día.
Su éxito deja claro el deseo de colaborar de muchas personas que ven que es necesario actuar cuanto antes. En las últimas semanas se quemó entre el 9 % y el 10 % de la superficie de Corrientes.
Como con los incendios en Río Negro, entre el gobierno nacional y el provincial de distintos signo se plantearon mutuamente críticas. Repiten la típica disputa por la administración de la ayuda del gobierno nacional y la discusión sobre la responsabilidad que le corresponde a cada uno.
La rosca de casta alejada de los problemas reales e incapaz de darles solución llegó muy lejos. En plena crisis, el gobernador radical de Juntos por el Cambio, Gustavo Valdés, dejó traslucir que el ministro de Ambiente, Juan Cabandié, lo llamó para pedirle que le diga al ex presidente Mauricio Macri, "que deje de tuitear en su contra".
En paralelo a este espectáculo se filtraban las imágenes del desastre, los animales muertos, comunidades originarias amenazadas por las llamas y surgió la propuesta de Maratea.
Como defender a Cabandié y la gestión del Frente de Todos es imposible, sectores afines al oficialismo intentaron desacreditar a Maratea. “Hola soy el influencer, laburo de fomentar la antipolítica entre los jóvenes que me siguen. Hice una colecta y junté 100 palos para Corrientes. 1 palo lo puso la gente poniendo de a 400 pesos, 99 palos los puso Soros y algunas ONG’s de las que bancan también a El Presto y Danan”, publicó el cantante de la Mancha de Rolando.
Desde el espectro libertario expresaron la forzada interpretación de que la campaña de Maratea es “el mercado solucionando los problemas que no resuelve el Estado”. No se entiende qué tiene que ver el mercado, cuando se trata de personas que decidieron donar parte de su dinero sin recibir nada a cambio.
A simple vista puede parecer que la solidaridad surge ante la inacción del Estado. Esto es lo que más intenta instalar la derecha, para favorecer los negocios capitalistas mientras desalientan la organización y atacan el derecho a la protesta, con el que se puede luchar en defensa del ambiente.
Pero lejos de la inacción, la solidaridad y la operatividad del Gobierno nacional y el provincial se enfocaron rápidamente en los productores rurales. En esta intervención estatal el Frente de Todos coincide con Juntos por el Cambio y con los libertarios.
“Anunciamos un total de $2800 millones de inversión para asistir a pequeños, medianos y grandes productores afectados por la sequía y los incendios en la provincia, sin intermediarios ni burocracia”, publicó el gobernador en su Twitter.
Anunciamos un total de $2800 millones de inversión para asistir a pequeños, medianos y grandes productores afectados por la sequía y los incendios en la provincia, sin intermediarios ni burocracia.
El gobierno nacional anunció que destinará 500 millones de pesos del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP) para asistir a productores de Corrientes.
Más allá del relato, muchos pequeños productores y familias agricultoras no pueden acceder a los beneficios por no contar con el título de propiedad de las tierras que trabajan.
Supongamos que un productor prendió fuego para algo y se le descontroló…
“Vamos a poner un ejemplo, un productor se puso a hacer fuego para algo y se le descontroló, bueno, sí, fue una negligencia de alguien, ¿y el Estado? ¿El Gobierno provincial qué hizo? ¿En qué colaboró?”, comentó Nicolás Pino, el gran propietario terrateniente y presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), en una entrevista en Radio Colonia.
Le respondía a Cabandié, quien había deslizado algo que se sabe: que las quemas son una práctica común de productores. El gobernador también ha reconocido que queman, aunque intenta quitarles la responsabilidad y remarcar que el problema es "el cambio climático".
Matías Lestani, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y ex miembro de la Confederación Rural Argentina (CRA), criticó desde el mismo gobierno los dichos de Cabandié.
Mientras bomberos, brigadistas, no dan abasto desde hace meses en todo el país, en condiciones precarias y el Servicio Nacional del Manejo del Fuego está completamente desfinanciado. Como contrapartida, hay una política deliberada y activa de beneficiar empresarios, con el pretexto de sus pérdidas millonarias, aunque ni siquiera rinden cuentas públicas.
El 18 de febrero la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó que las exportaciones de granos y derivados de la campaña 2021/22 podrían alcanzar los US$ 38.900 millones, casi US$ 400 millones por encima de lo estimado para 2020/21 por la suba de los precios internacionales, a pesar de los recortes en producción por los efectos de la sequía”, publicó El Economista.
Esto es consecuente con la política ambiental de conjunto, por la que no hay una ley que proteja los humedales. Estos ecosistemas como el que se quema en Corrientes están desprotegidos para que los empresarios extractivistas no tengan límites para arrasarlos. Esas mismas actividades producen más contaminación, calentamiento global y cambio climático. Esto, sumado a la desertificación que producen las plantaciones de pinos y eucaliptus, provoca sequías, crisis hídrica …. y más incendios forestales.
Lejos de la impotencia y las salidas individualistas
“El 23 de diciembre, viejos pobladores junto a nuevas generaciones y todas las personas que llegaron nos zambullimos en el bosque a desmalezar, construir cortafuegos de varios kilómetros de extensión para que el personal especializado pudiera trabajar si el fuego llegaba, ensanchar caminos, despejar los sectores de tendido eléctrico, preparar reservorios de agua, gestionar y organizar la alimentación de todas las personas". El relato es de un vecino de Río Negro que dio su testimonio en una carta pública.
Continúa: “durante más de 15 días el pueblo ha asistido con las donaciones de todo el país, cocinó y distribuyó comida en viandas a todas las personas que trabajamos voluntariamente en la zona, y también, a los empleados del Estado. (...) No se recibieron insumos, ni comida, ni donaciones por parte de los Estados Provincial, ni Nacional”.
El alcance de la colecta de Santi Maratea es el ejemplo que más repercusión tuvo, en el contexto de una respuesta que se ve por abajo desde hace tiempo y que es necesario fortalecer.
El descontento contra las fuerzas políticas mayoritarias se expresa de formas distintas a la antipolítica impotente, a las salidas individuales y pasivas que impulsan. Mientras naturalizan el cambio climático, como si no tuviera que ver con sus políticas y dicen que el extractivismo es necesario para juntar los dólares para pagarle al FMI.
Los planes extractivistas que todas las fuerzas políticas defienden, a excepción del Frente de Izquierda Unidad, han encontrado la oposición de comunidades enteras. Así pasó en Mendoza en defensa del agua y en Chubut, donde fue clave la movilización persistente y la intervención de sectores de la clase trabajadora como portuarios y pesqueros para tirar abajo la ley de zonificación minera. Ese es el ejemplo que sigue Mar del Plata para decirle no a la exploración petrolera offshore en la costa Atlántica. Este miércoles habrá movilización en Corrientes y la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones convoca a movilizar en Buenos Aires. De la misma forma 200 organizaciones políticas, sociales, sindicales y ambientalistas llenaron dos veces la Plaza de Mayo junto al Frente de Izquierda para rechazar el pacto con el FMI que solo trae más saqueo y extractivismo.