Pasada la disputa verbal con el gobernador Valdés por ver quién se quita más culpas de encima, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible viajó a Corrientes tras dos meses de voraces incendios. Se reunió con el mandatario radical y sobrevoló las zonas afectadas. Ahora concurrirá al Senado para explicar su accionar y el del Gobierno nacional en esta crisis ambiental.
Como si no fuera uno de los máximos responsables del pésimo manejo estatal de la crisis ambiental desatada en la provincia de Corrientes, con el 10 % de su territorio arrasado por las llamas, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Juan Cabandié viajó a la provincia luego de semanas de voraces incendios.
En la Casa de Gobierno correntina se reunió con el gobernador radical Gustavo Valdés. Luego se sacó fotos en el Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Seguridad provincial, donde funcionarios correntinos organizan los operativos con representantes del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Un rato antes, junto a la secretaria de Coordinación Militar en Emergencia del Ministerio de Defensa Inés Barboza y el director del SNMF Alberto Seufferheld, dieron un paseo aéreo por las zonas afectadas, desde donde también difundieron fotos con rostros de “preocupación”.
Con la intención de contrarrestar las durísimas críticas que viene recibiendo por su accionar, que en varias oportunidades convirtieron en tendencia en las redes el hashtag #RenunciaCabandie, el ministro decidió mostrarse activo en medio de la crisis histórica por la que atraviesa Corrientes, producto de años de políticas proextractivistas fomentadas por todos los gobiernos, nacionales y provinciales.
Luego de esas reuniones y viajes aéreos, desde la cartera que conduce Cabandié se informó que el ministerio destinará $ 300 millones al Gobierno de Corrientes “para fortalecer la adquisición de equipamiento para las brigadas provinciales y satisfacer demandas logísticas del operativo de combate a los incendios en curso”. Haciendo una comparación, serían unos $ 400 por cada hectárea de las ya quemadas, calculadas en más de 785.000. Lo del Ministerio parece un chiste, pero no lo es.
Estuvimos en el Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Seguridad de Corrientes.
Por si fuera poco, de vuelta en Buenos Aires el ministro concurrirá este miércoles al Senado de la Nación, donde dará un informe elaborado por su cartera sobre “las acciones llevadas adelante para combatir los incendios” en Corrientes. Será a partir de las 17 ante senadoras y senadores de la Comisión de Ambiente, que dos horas antes se reunirá por primera vez en lo que va del año (una muestra más del “compromiso” de los partidos tradicionales con el pueblo correntino y de otras provincias también afectadas).
De hecho, lo primero que deberán hacer en la Comisión es elegir sus autoridades. Continuarían en la presidencia la bonaerense Gladys González de Juntos por el Cambio (frente al que pertenece el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés) y la rionegrina Silvina García Larraburu del Frente de Todos.
En la reunión con Valdés, Cabandié probablemente no habló de una de las causas centrales de esta tragedia ambiental: el largo proceso de degradación del medioambiente en función del “estratégico” negocio extractivista que, gobierne quien gobierne, es una verdadera “política de Estado”. Ese hecho central, combinado con una fuerte sequía que afecta a la provincia (y otros puntos del país) y con la bajante de los ríos que ya lleva casi dos años, el desastre era más que previsible. Todo lo que se haga ahora, aunque sea eficiente y eficaz (que no lo es), es tardío. Pero eso a Valdés y a Cabandié no les importa.
Es que mientras este crimen social avanza, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio están mucho más preocupados en reservar cada dólar para el FMI (gran promotor del extractivismo en el mundo) que en resolver el problema del fuego en amplios territorios del país.