Fernando Tauber, presidente de la UNLP, registró ingresos netos por 2.629.818 pesos. Además diez inmuebles por una valuación fiscal de 7.568.512: departamentos, casas y campos. Además, agregó depósitos bancarios por 105.201.710 millones de pesos.
Esta suma millonaria contrasta con la realidad de decenas de miles de estudiantes en tiempos de ajuste a la educación, aumento de la pobreza y la precarización laboral en la juventud, y alquileres impagables. El mismo rector es quien viene aprobando los presupuestos de ajuste a la universidad, tanto durante el macrismo como durante el gobierno de Alberto Fernández. Este último ya recortó 20 puntos de los fondos para la educación superior.
Esta es una más entre sobradas muestras de cómo funciona el régimen universitario. Completamente antidemocrático, con autoridades que tienen vidas de privilegio mientras deciden sobre las condiciones de estudio de decenas de miles de estudiantes, atacando nuestros derechos como las becas y el comedor.
También el albergue, que solo brinda 150 lugares, es decir, ni el 0,5% de lo necesario para todxs lxs estudiantes que vienen de otras provincias. Recordemos que este fue cerrado durante la pandemia, expulsando a más de cien jóvenes que vivían ahí. Mientras tanto, la UNLP montó un hotel de lujo para congresales, al que los estudiantes no podemos acceder.
Hace dos años la UNLP publicaba los escandalosos números de deserción estudiantil, donde sólo en el primer cuatrimestre de la pandemia fueron más de 50 mil estudiantes los que fueron expulsados por las políticas de ajuste del Frente de Todos y de las autoridades universitarias.
Es abismal la distancia que nos separa de estas autoridades a lxs estudiantes que hacemos malabares para llegar a fin de mes, y a lxs jóvenes que no pueden acceder a la universidad por la crisis económica. También a los docentes, que se pusieron al hombro la virtualidad, incluyendo los costos de la conectividad y los dispositivos. Sus salarios vienen perdiendo contra la inflación año tras año, y con el regreso a la presencialidad las condiciones siguen empeorando, incluso aumentandose en muchos casos la carga horaria.
Desde la izquierda venimos denunciando el ajuste del Gobierno Nacional, cuyo objetivo es juntar cada dólar para pagar la fraudulenta deuda macrista. Las y los estudiantes tenemos que organizarnos, junto con los docentes y no-docentes, por nuestros derechos, por un presupuesto que alcance, becas integrales, y enfrentar el acuerdo con el FMI.
Las conducciones de los Centros de Estudiantes afines al Frente de Todos, y la Federación Universitaria de La Plata, están hace años en la completa inmovilidad, boicoteando cada proceso de autoorganización desde abajo. Además, tienen alianzas con estas mismas autoridades y van a votar al candidato que le da continuidad a la política del actual rector: el radical López Armengol.
Hay que poner en pie una alternativa independiente de los gobiernos y las autoridades en la universidad, para recuperar los Centros de Estudiantes y la FULP, y ponerlos al servicio de la pelea de lxs estudiantes y del conjunto de la juventud, para que también puedan entrar y continuar sus estudios las y los jóvenes precarizados, hijos de trabajadores y de los sectores populares.
Para que los estudiantes seamos parte de la fuerza social que derrote este pacto de entrega nacional, uniéndonos a la fuerza del movimiento ambiental, de las mujeres, a la pelea de los desocupados, y para imponer una salida a esta crisis favorable a los de abajo, con la clase trabajadora a la cabeza.
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