Desde hace ya algunos años vemos que sigue creciendo el movimiento de mujeres a nivel nacional e internacional, que entre sus principales demandas contempla el derecho al aborto. La fuerza que hemos visto en las movilizaciones es el camino para garantizar que, realmente, tengamos el pleno derecho al aborto de manera legal, segura, libre y gratuita en los hospitales públicos, para que ninguna mujer ni persona gestante pobro nunca más muera o quede mutilada por esta causa.
Desde las escuelas vemos que los embarazos adolescentes constituyen una realidad de nuestras estudiantes, que las condiciona en sus vidas y vulnera sus derechos sexuales y reproductivos. En México, según cifras oficiales, hay 340 mil nacimientos entre mujeres menores de 19 años, muchas de ellas que no lo desearon ni planificaron; además este fenómeno genera problemas de morbimortalidad materna y fetal, lo que significa que es de alto riesgo para nuestras alumnas, que se agravó aún más durante la pandemia, pero también para sus madres, trabajadoras precarizadas en la mayoría de los casos, y para nosotras, las maestras.
Y es qué, para nuestras alumnas, alumnos y sus madres, queremos un futuro digno, no de miseria, violencia y precariedad. Es por esta grave situación, que se normaliza cada día, que las maestras luchamos por el derecho a una educación sexual integral en todas las escuelas, desde el nivel básico hasta el superior, así como por métodos anticonceptivos y de calidad en todos los centros de salud pública, sin que deban pasar por situaciones penosas ni angustiantes.
Mientras que se nos impuso el regreso a clases de manera presencial sin condiciones seguras, en enero en plena cuarta ola, rápidamente comenzaron los contagios entre estudiantes y docentes en las escuelas; ante esto, las autoridades intentaron ocultar la información poniendo en riesgo a toda la comunidad estudiantil y a sus familias, que también son trabajadoras y trabajadores de diversos sectores, lo que evidenció la falla en los protocolos de las autoridades. Además, se nos imponen la excesiva carga de trabajo más la carga doméstica, el cuidado de familiares enfermos, en etapa de niñez o de ancianidad, mientras que con los salarios y la inflación cada vez alcanza para menos.
Por todo esto es que las maestras de Pan y Rosas-Nuestra Clase consideramos que debemos tomar las calles y organizarnos de manera independiente del Estado, los grupos proempresariales y conservadores, pues son los responsables de la precarización que vivimos a diario y de que nuestros derechos no se garanticen o haya muestras de regresión ante los avances que ya hemos conquistado.
Invitamos a más docentes, trabajadoras, estudiantes y madres de familia a ser parte de la Campaña Nacional Por el Derecho al Aborto que estamos lanzando, para que sea legal, seguro, libre y gratuito, así como por una educación sexual integral para todes y condiciones realmente seguras en nuestras escuelas. Luchamos para que las niñas, niños y adolescentes, realmente tengan derecho a decidir y disfruten libremente sobre sus cuerpos y sexualidades, sin la injerencia del Estado y la Iglesia.
¡Nuestros derechos se conquistan, organizadas y en las calles! |
