Los dos mayores centrales sindicales del Estado español, CCOO y UGT, se suman a la denuncia a la reaccionaria invasión de Rusia a Ucrania y la exigencia de “alto el fuego y la inmediata retirada de tropas rusas”. Lo hacen llamando a concentrarse frente a los centros de trabajo entre las 12:00 y 12:05 el próximo miércoles 9 de marzo.
También demandan a los gobiernos de la UE que ofrezcan “todo el apoyo necesario a las personas afectadas por la guerra, en la región o donde éstas se desplacen, garantizando el establecimiento y seguridad de corredores humanitarios y elaborando planes de acogida y reubicación dentro de la UE”.
Se solidarizan con “el pueblo ruso que reclama el fin de la guerra y que de manera valiente se manifiesta contra las actuaciones de su gobierno y que está siendo represaliado, detenido y encarcelado”, así como “con la clase trabajadora que también allí pagará un alto precio por la apuesta bélica de su gobierno”.
Sin embargo, lo más insuficiente de la convocatoria de CCOO y UGT no son los exiguos 5 minutos de paro convocados. La convocatoria que se propone defender “los principios fundadores de Europa: paz, democracia y solidaridad”, pasa por alto toda mención a la responsabilidad de esta Europa imperialista en la propia guerra y en la escalada belicista emprendida por los gobiernos de la Unión Europea.
CCOO y UGT se reafirman en su “compromiso con el desarme en todo el mundo y con la firma del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares”. Pero no dicen ni una palabra de condena a la expansión de la OTAN en Europa del Este desde 1999 y el despliegue de armas nucleares en la región.
También callan, y apoyan por tanto pasivamente, los anuncios de rearme de Alemania o la política de envío de armas al Ejército ucraniano y soldados de la OTAN a Europa del Este. Una ofensiva imperialista a la que se ha sumado con entusiasmo el gobierno español del PSOE y Unidas Podemos, con el respaldo explícito de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Su solidaridad con el pueblo ruso omite que el “alto precio” que pagará su clase trabajadora se verá agravado por las sanciones impuestas por los países imperialistas que, como ya ocurrió en el caso de Irán, no hambrearán a los oligarcas sino a millones de trabajadoras y trabajadores que quedarán en la calle y con sus salarios convertidos en miseria.
Tampoco dijeron ni una palabra en contra de los “sacrificios” que el presidente Pedro Sánchez pidió el martes pasado en el Congreso al pueblo español. El gobierno “progresista” quiere que también aquí la escalada de la luz y los precios de productos básicos se carguen sobre las y los trabajadores. Por eso no se piden sacrificios ni a las empresas eléctricas, que siguen con beneficios récord, ni a los empresarios, apostando por subidas salariales muy por debajo de la inflación como hemos visto con los salarios públicos, las pensiones o el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Las direcciones burocráticas de CCOO y UGT se suman a la campaña de su propio Estado imperialista que pretende convertir el justo sentimiento contra la guerra y de rechazo a la brutal agresión de Putin contra el pueblo ucraniano, en el aval que justifique la intervención del imperialismo europeo por medio de la guerra económica y la intervención militar indirecta en un conflicto de imponderables consecuencias.
Su exigencia de que se “tomen todas las medidas necesarias” es parte del clamor reaccionario convertido en una nueva “unión sagrada” que recuerda a los peores episodios de barbarie del siglo XX. Su denuncia a la extrema derecha y las políticas que braman “con más fuerza sus mensajes antieuropeístas y golpear los tambores de guerra con la bandera nacional, suena por tanto a un pacíficmo de la impostura, en el que apelando a altos valores democráticos se justifica la misma política del gobierno “progresista” que aplauden los derechistas del Partido Popular y Vox en el Congreso.
Desde Izquierda Diario en el Estado español estamos llamando a que este 9 de marzo paremos los centros de trabajo, aunque sean solo 5 minutos de nada. Pero cuando nos plantemos en las puertas de nuestras empresas no lo hagamos para pedir la paz aplaudiendo la guerra que preparan nuestros gobiernos imperialistas. Hagámoslo defendiendo una salida independiente del imperialismo español y europeo a la actual crisis. Que se pronuncie por una lucha contra la ocupación rusa no subordinada a la OTAN y la UE, como quiere Zelensky, y porque las luchas del pueblo ruso contra la guerra sean la punta de lanza de una movilización que tumbe de forma revolucionaria el régimen de Putin.
Exijamos la retirada de las tropas rusas y el fin de los bombardeos; la apertura de las fronteras para todos los refugiados ucranianos, rusos y del resto de conflictos y situaciaciones de miseria, la detención de los planes de rearme, los envíos de armas y la retirada de todas las tropas de la OTAN de Europa del Este; el cierre inmediato de todas las bases de la OTAN; la anulación de todas las sanciones y formas de guerra económica; la eliminación de todas las medidas de censura impuestas y las restricciones contra artistas y deportistas por tener nacionalidad rusa; medidas urgentes para detener la escalada de precios como la nacionalización de todo el sector energético y la indexación automática y mensual del IPC en los salarios.
Desde los centros de trabajo, así como desde las universidades e institutos, es hora de poner en pie un gran movimiento contra la guerra y la escalada belicista de nuestro imperialismo. Que exija también a estas direcciones sindicales dejar de actuar como ministros del gobierno del IBEX35 (indice bursatil de las principales empresas) y la OTAN, y que se convoquen asambleas, paros y acciones contundentes para parar esta maquinaria de guerra y hacerle pagar sus consecuencias a los capitalistas. |