Mientras transcurría el debate en el plenario de comisiones, Sergio Massa mantuvo dos reuniones en su despacho con legisladores de la oposición, de cara a la sesión especial que se realizará entre el jueves y viernes, para debatir el acuerdo con el FMI que el oficialismo busca legitimar a través del Congreso.
Una reunión fue con Juntos por el Cambio, de la que participaron Mario Negri (UCR), Luciano Laspina (Pro), Juan López (Coalición Cívica- ARI). La otra, con el interbloque Federal que conduce el lavagnista Alejandro Rodríguez, con la presencia de Carlos Gutiérrez (quien responde al gobernador Schiaretti) y Enrique Estévez (PS).
Ambos sectores no quieren quedar pegados al plan económico que negoció Martín Guzmán y lo único que estarían dispuestos a aprobar es el refinanciamiento (vía crédito del propio organismo) de la fraudulenta deuda que contrajo Mauricio Macri con el organismo.
La diferencia y la puja se expresa con tecnicismos sobre los artículos. Juntos por el Cambio y otros sectores de la oposición, buscan negociar una nueva redacción del proyecto, para poder votar solo la refinanciación de la deuda. Pedido que ya fue rechazado por el ministro de Economía, ya que el nuevo préstamo que el FMI entregaría para refinanciar la deuda odiosa, está supeditado a las metas económicas del acuerdo al que llegó Guzmán con el FMI que será monitoreado cada tres meses por el organismo.
Mientras hacen transcender esta negociación con los sectores "moderados" de Juntos que parece de difícil resolución; el liberal Ricardo López Murphy dejó claro que el problema es que no quieren la pelota de su lado de la cancha: “Si ellos alinean su fuerza, es muy fácil resolver el problema”, dijo en una entrevista para La Nación.
La negativa de la oposición de derecha frente al plan económico del Gobierno, no tiene nada que ver con rechazar el ajuste que recaerá sobre el pueblo trabajador, como los aumentos de tarifas en servicios públicos. Aún pesa sobre los bolsillos populares los tarifazos que implementó Mauricio Macri en su mandato -¡y que el Frente de Todos jamás revirtió!. Juntos por el Cambio (y sus satélites libertarios) promueven más ajuste y vienen siendo voceros de la contrarreforma laboral por la que pujan las grandes patronales. Tanto esta, como la contrarreforma jubilatoria son ases bajo la manga del FMI que no podemos descartar, en estos años de revisiones trimestrales, podrían aparecer como nuevas exigencias.
El Gobierno tiene un escenario complicado para legitimar el pacto con el FMI a través del Congreso.
Incluso dentro del propio Frente de Todos, hay sectores que, sin romper con el Gobierno y sin convocar medidas de lucha contundentes, buscan despegarse del acuerdo. ¿Cuántos serán los legisladores que levanten la mano y estén dispuestos a compartir los costos políticos de un acuerdo que traerá mayores padecimientos para el pueblo trabajador y las mayorías populares? Aún está por verse.
El diputado Nicolás del Caño metió el dedo en la llaga de esta contradicción. "Si este acuerdo es tan bueno. ¿Por qué hay tanto lío en el bloque oficialista? ¿Por qué hay un sector tan importante que no quiere votar a favor de este acuerdo?" -interpeló el diputado del Frente de Izquierda, el lunes- "Porque en este programa no se habla de terminar con la pobreza, de mejorar la situación del pueblo trabajador. Para nada. Se habla de las metas necesarias para pagar esta deuda completamente ilegítima e ilegal".
La verdadera oposición al pacto con el FMI está en el Frente de Izquierda que, junto a cientos de organizaciones, preparan una gran movilización para el jueves 10, frente al Congreso Nacional y en otros puntos del país, bajo el lema "No al FMI, no al ajuste, las estafas no se pagan". |