La Izquierda Diario viaja por Medio Oriente de la mano de Santiago Montag, militante y periodista que escribe sobre esa región de la sección internacional de nuestro diario. Hace unas días que se encuentra en Palestina. En esta crónica nos cuenta cómo se siente y se ve la guerra en Ucrania desde allí, la particular escalada de violencia del Estado de Israel sobre los palestinos en estas semanas y la posibilidad de una rebelión que coincida con el Ramadán.
Desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania la lucha de narrativas se hizo realmente fuerte. En principio las cámaras globales enfocaron sobre ese escenario. Por supuesto creando un “enemigo monstruoso” al que las fuerzas “democráticas” deberían enfrentar, según los atlantistas (Estados Unidos y Europa), creando una serie de criterios en función de los intereses globales de esta fuerza. En tal discurso también recortan la realidad según lo que la idiosincrasia occidental debería pensar y aceptar bajo estos criterios. Esto lo deja muy bien explicado el historiador israelí Ilan Pappe en este artículo: quiénes pueden ser evacuados como refugiados, cuándo un bombardeo es justificado o no, quién es apto para ser aceptado como refugiado, etc. Es así como este conflicto ha permitido al Estado de Israel aprovechar para ser más agresivo en la ocupación y colonización de Palestina. No existen las coincidencias.
Han aumentado en Palestina de manera exponencial , los diversos mecanismos represivos desde que Rusia puso sus pies en Ucrania. Asesinatos indiscriminados a jóvenes y niños; represión en las calles, la política de demolición (y auto-demolición forzada) de casas, los ataques de colonos, las redadas nocturnas e incluso durante el día.
En consulta con una vecina de Sheik Jarrah (barrio predominantemente palestino en Jerusalén Este), que pelea todos los días para no ser desalojada de su casa, me aseguró que “esto no es normal, teníamos un o dos asesinados al mes como máximo, lo cual es terrible, pero últimamente tenemos ese número por día en el país”. "En nuestro barrio tenemos ataques de colonos constantes, y este viernes haremos una protesta en contra de eso".
Los soldados israelíes mataron a tiros a más de una docena de palestinos en Cisjordania desde que comenzó el mes de marzo. Tanto en el norte, Jenin y Nablus, donde los palestinos resisten armados la ocupación violenta, y algunos son asesinados en las noches durante las redadas nocturnas, donde hasta ahora fueron encarcelados alrededor de 45 jóvenes. En el sur de Bethlehem donde un jóven fue asesinado por asustarse de los soldados y salir corriendo.
Yamin Jaffal un niño de 16 años fue baleado hasta morir en Abu Dis. Al otro día la juventud salió a las calles en protestas por su muerte. En Hebron un niño de 13 años fue asesinado la semana pasada y otros tres resultaron heridos ayer por balas reales, según el Ministerio de Salud Palestino en esa ciudad. En Jerusalem dos jóvenes fueron asesinados por soldados en la Ciudad Vieja supuestamente por atacarlos, sin embargo no se considera el hostigamiento, los interrogatorios o las detenciones en Puerta de Damasco cada día como un ataque a los palestinos. En el campamento de refugiados de Aroub en Bethlehem realizaron redadas a plena luz del día. De la misma manera los colonos en puestos de avanzada en Hebron roban las tierras a los pastores a quienes atacan día a día. Misma situación se viven el desierto de Al Naqab (o Negev).
Enfrentamientos en la zona de Bab al-Zawiya de Hebrón
Estos son algunos hechos que está viviendo el pueblo palestino los últimos días bajo la sistemática política racista de colonización y ocupación militar israelí.
Un pastor palestino dijo sobre esto que "Israel hace esto ahora mientras el mundo mira hacia Ucrania”. Y es cierto. Aunque Israel no necesita que la atención esté en otra parte, como quedó demostrado el año pasado mientras lanzaba bombas sobre la Franja de Gaza.
Ningún país retiró sus embajadas de Israel, apenas se atrevieron a condenar con discursos los bombardeos hasta incluso responsabilizaban a Hamas por defenderse. Las sistemáticas violaciones de derechos humanos contra los palestinos hasta el momento no han sido motivo para ningún tipo de sanción económica como se le está aplicando a Rusia, que está cometiendo una invasión reaccionaria y condenable de la que es también responsable Estados Unidos y la Unión Europea.
Ninguna de las atrocidades indescriptibles que comente Israel contra los palestinos es condenada. Podemos mencionar algunas: los inmensos muros de separación con torres de vigilancia y alambres de púas, idénticos a los de una cárcel de máxima seguridad; la dificultad para desplazarse en un territorio similar a un archipiélago; el maltrato en los cacheos (incluso a niños) y checkpoints que funcionan como aduanas en su propio territorio controladas por soldados; la separación de familias; el bloqueo logístico que impide el desarrollo humano y económico; la dificultad de construir relaciones amorosas y familiares; el aparato judicial preparado para dividir, forzar, suprimir y despojar de derechos a los palestinos; ; y un largo etcétera.
Y mientras alrededor de 10 millones de palestinos viven en campos de refugiados luchando y reclamando volver a su tierra desde que fueron desplazados comenzando en 1948 con la Nakba, el Estado de Israel abre sus puertas a refugiados ucranianos. Se espera que un cuarto de millón lleguen desde Ucrania a tierra palestina, no es solidaridad, sino una forma de profundizar la colonización y cambiar la composición étnica en la región. Mientras Europa mata, encierra en campos de refugiados o niega la entrada a millones que escapan de guerras e intervenciones comenzadas por ellos en Medio Oriente, cerrando sus puertas para los refugiados de Siria, Libia, Yemen, Irak o Afganistán luego de 20 años de ocupación y desastres humanitarios.
Ramadan y la próxima revuelta
Algo se está gestando en las calles palestinas. La represión del día a día es abrumadora. No solo los ataques físicos, sino también la vida bajo el Apartheid se vuelve insostenible en distintos niveles; social, económica y psicológica. La división territorial impuesta por el Estado de Israel imposibilita realizar demostraciones de fuerza unificadas y la resistencias son diversas. Algunos resisten de forma armada a pesar de la negativa de la Autoridad Palestina, que funciona como un brazo represivo de Israel en Cisjordania. Para otros, como los vecinos del área H2 que esta cercada como un gueto, la propia existencia es una forma de lucha.
La retención de los cuerpos de asesinados palestinos por el Estado de Israel genera bronca. También saben que los funerales se convierten en protestas como la que hubo en Abu Dis o Hebron, o en huelga general como sucedió también en Hebron. En Jenin, las demostraciones son igualmente fuertes. Sobre todo cada viernes (día santo para el islam) en los distintos territorios, pero principalmente en Puerta de Damasco y en la explanada de las mezquitas donde se encuentra la emblemática Al Aqsa, otro símbolo de la resistencia. En Mukabbir, un barrio palestino de Jerusalem, hicieron una huelga general contra la política de demolición de casas.
Conversando con una activista feminista le comento, “todo palestino con quien hablo me dice que este Ramadan habrá un nuevo levantamiento como el año pasado ¿tú qué piensas?”, sonriendo me responde “no lo pienso, lo espero, es que esta situación ya no se soporta más”.
El servicio de seguridad e inteligencia interna Shin Bet (una especie de FBI israelí) según sus investigaciones considera que los próximos tres meses serán potencialmente explosivos para los enfrentamientos entre los palestinos y los israelíes en diversas regiones, entre ellas en Jerusalén Este. Incluso tampoco descartan un enfrentamiento en Gaza.
Lo mismo decían los vecinos en Sheik Jarrah, “los días santos se están convirtiendo en días de resistencia, y este Ramadan combina muchos hechos santos para el Islam, además de cumplirse un año de los fallecidos en Gaza”. Este diagnóstico se debe a que confluyen festividades judías y musulmanas el Día de la Tierra el 30 de marzo, cuando los palestinos conmemoran el asesinato policial de seis personas que protestaban por la expropiación de tierras árabes por parte de Israel en 1976. El Ramadán comienza el 2 o 3 de abril. La Pascua comienza el 15 de abril, trayendo consigo la ceremonia de Bendición Sacerdotal en el Muro de los Lamentos y más visitantes judíos al “Monte del Templo”. Esto entre algunas celebraciones religiosas que el año pasado fueron los desencadenantes principales de los enfrentamientos que culminaron en la huelga general palestina y la ofensiva de Israle sobre Gaza dejando casi 300 muertos y miles de hogares destruidos.
A esto se le puede sumar el impacto económico que tendrá la guerra en Ucrania sobre Medio Oriente en general. Desde el aumento de los precios de los alimentos, pero también de los hidrocarburos, Israel importa un enorme porcentaje de alimentos desde Ucrania y Rusia, por el momento no se han cortado los suministros. Particularmente los palestinos reciben los salarios más bajos, un 30 % es desempleado (el porcentaje supera el 40% entre las mujeres), o tienen una economía de subsistencia vinculada al pastoreo de ovejas, cabras o cultivo de olivos los cuales muchos son destruidos por los colonos; así como de la venta de artículos tradicionales. Este podría ser un foco más de la bronca acumulada entre ellos.
El proyecto sionista construye una narrativa secular nacionalista vinculada a la religión judía, por eso muchos retoman los símbolos religiosos como arma y títulos de propiedad para justificar sus actos violentos contra los palestinos. Me decía un militante de Derechos Humanos, “quieren hacer que esto luzca como una cuestión religiosa, nos tratan como si fueramos Al Qaeda. Pero se trata de un conflicto territorial. Esto es la colonización de Israel y su instauración como Estado desde 1948”.
Los colonos sionistas religiosos, son apoyados por el Estado de Israel en cada “puesto avanzado” (ilegales en su propia legalidad) en Cisjordania así como en los barrios de Sheik Jarrah, Silwan y otros. El ejército los protege, ellos están en el ejército, el Estado israelí los provee de servicios sociales, etc. Es un rueda de retroalimentación para hacer presionar a una rendición de los palestinos apoyada por Estados Unidos, Europa y todos los países que tienen vínculo con Israel, entre ellos Argentina.
Pero la resistencia es fuerte. La juventud se moviliza y organiza a pesar de la Autoridad Palestina dirigida por Al Fatah a quienes ven como colaboradores del ocupante. Decía un jóven activista que, “nosotros ya no esperamos nada de ese liderazgo hace años, nos queda seguir movilizándonos a pesar de la enorme división política, social, económica y espacial que sufrimos”. Una señora de la ciudad cercada de Hebron, que estuvo 25 veces en prisión, ilustraba el espíritu palestino actual “estos son nuestros hogares esta es nuestra tierra, nunca nos rendiremos”.
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