Con gran entusiasmo, altas expectativas y mucha esperanza por amplios sectores de la población, se vivió el cambio de mando al actual Presidente Gabriel Boric, con un discurso que expuso gran parte de los problemas que han puesto de manifiesto los diversos movimientos sociales a lo largo de los últimos 10 años. Aun así no hay ningún anuncio en concreto de cómo se pretende avanzar para conquistar derechos que entran en una disputa inmediata con los dueños del país, es decir, para acabar con el negocio de la educación, de la salud, de las pensiones, recuperar los recursos naturales o resolver íntegramente las demandas de los pueblos originarios, es imposible evitar enfrentar a quienes son dueños del país y de estas instituciones.
Un ejemplo claro de esto, es que frente a la demanda por la devolución de las tierras al pueblo mapuche, solo la propiedad de los Matte y los Angelini triplica el territorio histórico de este pueblo. ¿Pero la Convención o el nuevo gobierno buscarán darle una salida al problema de la autodeterminación del pueblo mapuche? Por lo que se puede ver, la Convención está lejos de resolver este problema, ¿y el gobierno?
Boric: Entre las expectativas y la moderación
Desde ya el Congreso que recibirá a Gabriel Boric tiene a sus fuerzas políticas sin que ninguna llegue a alcanzar una mayoría determinante. Las alianzas serán la clave y con ellas la moderación, como ya se han comenzado a expresar en las palabras del discurso inicial, pero también en las elecciones de la presidencia del Senado con los acuerdos entre la UDI y el PS.
Recordemos que el Congreso actual esta compuesto por 155 diputados y una cámara alta que, completando lo previsto en la reforma parlamentaria del 2015, en esta elección aumentó su número de escaños un 16,3%, de 43 a 50 senadores. Esto es importante considerarlo, pues para que un partido mantenga su mismo peso anterior en la cámara, tiene que aumentar su número de senadores en este mismo porcentaje (agregar 1 senador más por cada 6, aprox). También recordar que en esta elección se renovó la cámara baja completa y 27 escaños del Senado (20 + 7 escaños nuevos).
La ultraderecha logra consolidar una parte a través del Frente Social Cristiano, que eligió a 15 diputados y un senador, Rojo Edwards. Por otro lado, su mayor peso se encuentra en la Cámara Baja, superando a todas las otras bancadas excepto a RN y la UDI. Es decir, supera a los 13 PS, 12 PC y 8 RD y DC.
Otro sector que logró instalarse y ser una sorpresa dentro de las elecciones fue el Partido de la Gente (PDG), que alcanzó 6 diputados.
La crisis de los partidos de los 30 años no se ha cerrado
Los partidos que pertenecen a la ex Concertación, quienes han dirigido gran parte de los gobiernos desde 1990 en adelante, han ido perdiendo peso. De 49 diputados, pasarán a tener 37 y en Senadores bajaron de 21 a 18. La bancada de la DC se reducirá de 14 a 8 miembros, y mantendrán los 5 representantes en el Senado. El PPD pasa de 7 a 6 senadores y de 8 a 7 en Diputados. La baja en el PS fue de 19 diputados a 13 y mantuvieron el numero de 7 senadores de la elección del 2017. Los diputados del PR disminuyeron a la mitad llegando a 4 y sin ninguna presencia en el Senado.
Por su parte RN perdió 11 diputados, la UDI a 7 y Evópoli a 2, pero al eliminar las distinciones, los 68 diputados de la vieja derecha de Chile Vamos + FSC (sin contar los 6 del PDG ni otros) constituyen el 44% de toda la Cámara.
Las dificultades para poder avanzar en términos legislativos dentro del Congreso serán una disputa constante y que mantendrá un Congreso muy dinámico; son al mismo tiempo la excusa perfecta para hablar de “pasos graduales” y por lo mismo, que este gobierno sea un gobierno de transición.
No solo estos problemas tendrá que enfrentar Boric, sino que los mismos problemas económicos, la inflación que el mismo FMI está advirtiendo producto de la escalada belicista en Europa por el conflicto reaccionario en Ucrania, será en América latina donde más golpee. Las expectativas del ex ministro de hacienda de Sebastián Piñera ya se venían rebajando producto de los factores económicos que acarrea el conflicto en Ucrania. Todo esto tendrá que buscar resolver Gabriel Boric para cumplir las expectativas que amplios sectores tienen sobre su gobierno, pero ¿podrá mantener conformes a los grandes empresarios y al mismo tiempo cumplir las demandas más profundas de la población? El rol que jugó en el acuerdo por la paz del 15N, salvando a Piñera, a los políticos de los 30 años y a la herencia del régimen pinochetista, muestran luces de lo que será su gobierno y los límites que tendrá para mantener una estabilidad que, desde ya por la coyuntura internacional sigue siendo inestable. |