Miles de personas de toda Albania participaron en manifestaciones este sábado y domingo, cumpliendo cinco días de protestas contra el aumento de los precios de los combustibles y alimentos. Miles de personas se juntaron en la capital, Tirana, para exigirle al gobierno soluciones y una política más dura contra los empresarios especuladores.
Los manifestantes llevaron una pancarta a la centrica plaza Skanderbeg de Tirana que decía "Dejen de robarnos" y desde allí marcharon a la oficina del primer ministro Edi Rama, ante lo que denuncian como una brutal caida de las condiciones de vida.
La guerra en Ucrania disparó los precios de productos básicos de los que tanto Rusia como Ucrania son exportadores, como es el caso del trigo (y por lo tanto del pan) y de los combustibles, entre otros. Esto ya provocó protestas en Irak la semana pasada y se espera que muchos países en el norte de África y Medio Oriente, importadores parciales o netos de estos productos vivan situaciones similares en las proximas semanas.
En el caso de Albania, país ubicado en los Balcanes Occidentales, el precio del combustible subió más del 40% en solo una semana, y mucho más desde el inicio de la guerra.
Mientras que el salario mensual ronda los 490 euros, y el salario mínimo es de apenas 242 euros, el litro de combustible diesel pasó de 180 lekë (1,5 euros) a 290 lekë (2,37 euros), en los últimos 20 días.
El Gobierno trató de responder anunciando un "paquete de ayuda social" el sábado por la tarde. El viernes, Rama ya había prometido intervenir en la venta de derivados del petróleo para evitar "cualquier especulación". Tras las protesta del sábado ofreció "dinero en efectivo a los jubilados y grupos vulnerables". También se comprometió a reducir el impuesto sobre la renta para más de la mitad de todos los empleados del sector privado y gubernamental.
Pero los manifestantes dijeron que continuarían organizando protestas diarias porque denuncian que la medida del gobierno para reducir los precios del combustible no es suficiente.
El primer ministro sabe que sus promesas son insuficientes y por eso en uno de sus mensajes previos intentó estigmatizar las movilizaciones diciendo que los manifestantes eran solo una minoría que quería causar caos y que no representaban a la gente. Esto fue acompañado con la persecución hacia los manifestantes de parte de la policía, que detuvo a unas 200 personas.
Sin embargo, las movilizaciones no solo se mantuvieron sino que aumentaron en los últimos días y durante el fin de semana. |