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14 de marzo de 2023 Twitter Faceboock

Cine
El Padrino, 51 años de un clásico
Celina Demarchi

El Padrino, drama mafioso basado en la novela de Mario Puzo, es considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos. Se estrenó el 15 de marzo de 1972.

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El Padrino está basada en la novela homónima de Mario Puzo, que se inspiró en la familia real de los Mortillaro de Sicilia, Italia. Ni el director Francis Ford Coppola ni la mayoría de los actores principales, incluido Brando, tenían muchas expectativas. Los actores que había elegido Coppola no estaban en la lista de los preferidos de la Paramount pero los nombres más rentables no se habían interesado por el proyecto. En la década del 70, la película los catapultó a todos a la fama convirtiendo en estrellas a desconocidos hasta ese momento como Al Pacino, James Caan, Robert Duvall y Diane Keaton. Las películas de la mafia de repente se convirtieron en un género en sí mismo, uno que no ha desaparecido desde entonces.

Coppola establece el corazón temático de El Padrino en la primera escena. Su guión difiere del libro de Puzo, que comienza en una sala de audiencias con el empresario fúnebre del ítalo-estadounidense, Bonasera, viendo cómo los violadores de su hija salen libres. La adaptación de Coppola empieza en la oficina de la casa de Don Vito Corleone, un interior oscuro con colores marrones y negros, escasamente iluminado y algunos rayos débiles que entran a través de las persianas. Es un escenario apropiado para negocios turbios.

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Bonasera (Salvatore Corsitto) visita al Don (Brando) y comienza con una famosa frase: "creo en América". Pero quiere decir que Estados Unidos le ha fallado, por lo que ha venido a pedirle a Don Vito la “justicia” que el sistema estadounidense no le dió. Y en esta ocasión especial, como explica Tom Hagen (Robert Duvall), el consigliere de la familia, “ningún siciliano puede rechazar un pedido el día de la boda de su hija”. Es el día en que se casa la hija del capo mafia.

Pero Don Vito insiste en que "no somos asesinos". La escena alterna entre las tensas reuniones en la oficina de Don Vito, los asuntos serios, y las celebraciones de la boda al aire libre, filmada a la luz de un espléndido día con vestidos de colores brillantes y bailes. Los dos hijos mayores de Don Vito, Sonny (James Caan) y Fredo (John Cazale), se relajan con relaciones pasajeras regadas con alcohol, mientras el más joven, Michael, (Al Pacino), vestido con su uniforme militar, le explica a Kay (Diane Keaton), su novia católica irlandesa: “esa es mi familia, Kay. Ese no soy yo."

Coppola leyó el libro de Puzo y se sintió atraído por la historia por varias razones. El retrato de una familia mafiosa resultó cautivador para el director ítalo-estadounidense quien podía imaginar cómo debían ser los Corleone con vívidos detalles. También reconoció el clasicismo innato que impulsaría la historia a la mitología cinematográfica, dadas las insinuaciones del Rey Lear de Shakespeare, con tres hijos como posibles sucesores.

Más significativamente, el texto de Puzo como metáfora del capitalismo estadounidense atrajo a Coppola. Si el Sueño Americano alguna vez representó la libertad del ciudadano promedio para enriquecer a su familia al tener una oportunidad de prosperar, desde el principio fue contradecido y terminó arrasado por las crisis, la desigualdad, el racismo y los antagonismos de clase.
“El verdadero atractivo de la película era mostrar los lazos familiares en un escenario de poder”, dijo el guionista Robert Towne y agregó: “una expresión perversa de una tradición cultural deseable y perdida llenando a la gente con el anhelo de una familia como esa, con un padre que no solo sabía lo que era mejor sino que además, lo proveía”.

Cuando el American Way fallaba, estaban los Corleone con la influencia y la voluntad de corregirlo para personas como Bonasera. En los negocios, eran emprendedores pero cuando las negociaciones fracasaban, los mafiosos podían respaldar su impulso por el éxito con la brutalidad necesaria para asegurarlo. El americanismo rara vez fue más puro en su necesidad de conquistar, poseer y consumir hasta el infinito. El Padrino dramatiza cómo el Sueño Americano fracasó, dejando solo el capitalismo en bruto, personificado por la brutalidad de los Corleone. Si la familia de Don Vito representa la fantasía de tener el poder para hacer cumplir el Sueño Americano a toda costa, la familia de Michael, el sucesor, sacrifica la solidaridad familiar por la codicia y la estabilidad corporativa. Don Vito entendió que la empresa criminal servía a la familia, la cual debía ser protegida y valorada. Michael convierte el negocio familiar en una corporación empeñada en fusiones y adquisiciones.

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La película en manos de Coppola, entonces, le da una impronta propia revelando que la naturaleza caníbal del capitalismo estadounidense literalmente fagocita todos los ámbitos de la vida privada, incluso la familia que suele glorificar. Coppola muestra esto dos veces: primero, cuando Michael le cierra la puerta de la cabina telefónica a Kay, quien debe permanecer en el frío exterior mientras se entera del intento de asesinato de su padre; segundo, en la famosa toma final, cuando la puerta de la oficina de Michael se cierra y Kay crea una barrera permanente entre los dos. La película muestra que ni siquiera la familia Corleone puede sobrevivir a la codicia capitalista. La unidad familiar perdura, sin duda, pero a costa del amor, la confianza y todo lo que hizo que la familia fuera tan atractiva bajo el gobierno de Don Vito. La vieja forma caballeresca de hacer negocios entre mafiosos en la era de Don Vito se transforma en las manos de Michael y nace una mafia hambrienta de poder y negocios millonarios llevados a cabo con frialdad. La metamorfosis del menor de los Corleone, de un reacio joven ajeno a los asuntos familiares a un implacable jefe de la mafia ítalo-estadounidense, marca el cambio.

La música, inolvidable por cierto que aún hoy suena en los oídos y que varios rockeros han tocado, fue compuesta por Nino Rota con piezas adicionales de Carmine Coppola.

La película recaudó 250 millones de dólares en todo el mundo, con una inversión de 6 millones y tuvo 11 nominaciones al Oscar. Célebre, en la 45 entrega de la estatuilla, Brando ganó como mejor actor pero él no asistió. Con el objetivo de expresarle a la Academia y al mundo su rechazo por el maltrato que recibían los pueblos indígenas y la imagen estereotipada que se proyectaba de ellos en las películas de Hollywood, envió a la ceremonia a Sacheen Littlefeather, una nativa americana quien subió al estrado para rechazar el mítico galardón.

"La comunidad cinematográfica ha sido tan responsable como cualquiera de degradar a los indígenas y burlarse de su carácter, describiendo el suyo como salvaje, hostil y malvado. Ya es bastante difícil para los niños crecer en este mundo. Cuando los niños nativos ven televisión y películas, y cuando ven a su raza representada tal como son en las películas, sus mentes se lastiman de formas que nunca sabremos”, fue parte del discurso escrito por el actor.

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Brando, bautizado el oso de Hollywood por los periodistas hace 50 años, se convirtió en un ícono del cine gracias a Don Corleone, papel que provocó el regreso del actor al cine. Con una voz apagada y una prótesis con el fin de que el Don pareciera un bulldog, se convirtió en el modelo de todas las películas de la mafia hasta el día de hoy. Luego llegaría el ocaso de la leyenda Brando, su muerte en 2004 y las denuncias de la actriz María Schneider en 2007, sobre la humillación y violación en la película Último tango en París.

El film es considerado como uno de los mejores y más influyentes de la historia en el cine de gánsteres y fue seleccionado para su conservación en los EE.UU. por el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en 1990, al ser considerado “cultural, histórica o estéticamente significativo” y se clasifica como la segunda mejor película detrás de Ciudadano Kane de Orson Welles.

Artículo originalmente publicado el 14 de marzo de 2022, al cumplirse 50 años de El Padrino

Ficha Técnica:
Dirección: Francis Ford Coppola
Música: Nino Rota
Fotografía: Gordon Willis
Elenco: Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Robert Duvall, Diane Keaton, John Cazale, Talia Shire.

 
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