Este domingo, en el debate Archi, al presidente recién asumido Gabriel Boric se le consultó si migrar es un derecho, a lo que respondió “no me puedes pedir un sí o un no en esto”. La evasiva no fue una mera casualidad.
De hecho, pasó más allá de esquivar la pregunta: firmó la prórroga para extender el estado de excepción de Piñera porque, en sus palabras, “creemos que las condiciones que lo justificaron en una primera oportunidad siguen vigentes”.
Las tratativas del gobierno en la materia buscan no mostrar una mano excesivamente blanda, en momentos que la ministra del interior, Izkia Siches, arribó en la noche de este lunes junto a 5 ministros en Temuco, para encabezar una serie de reuniones que le permitan retirar el estado de excepción en el wallmapu, sin generar conflicto con los empresarios y al mismo tiempo cumplir un compromiso de campaña.
Desde el gobierno entrante han asegurado que buscarán entablar conversaciones para deponer el estado de excepción en el Wallmapu, justificando que nunca ha funcionado para detener la violencia o para solucionar los problemas, pero: ¿Por qué iría a funcionar en el norte?
En términos concretos, la extensión del estado de excepción comenzado por la derecha y empujado por los dueños de camiones, vendría a aumentar la militarización de las fronteras en medio de una situación de crisis internacional que amenaza con encarecer el costo de la vida prácticamente en todo el mundo por la guerra en Ucrania y las sanciones al pueblo ruso, que afectan y afectarán toda una cadena de suministros.
A esto hay que sumarle una nueva ley de inmigración que fue votada casi unánimemente en el Congreso sólo con un voto en contra. Una ley que establecería multas y expulsiones por realizar "actividades remuneradas". En otras palabras, se castigaría incluso a trabajadores migrantes y se favorecerían deportaciones más expeditas. Como si no bastara la miseria y violencia de la pobreza, del racismo y la xenofobia, se les empujaría desde el estado a condiciones criminales a la vez que les tratan de delincuentes.
Es necesario levantar planes que no impliquen el aumento de la violencia estatal y de la discriminación, que prioricen generar mejores condiciones por sobre empujarles a una miseria creciente no solo en Chile sino que en la región. Al igual que en el Wallmapu, la situación de migrantes y residentes de las ciudades del norte de Chile no mejorará con el incremento de la militarización y la discriminación.
Toda nuestra solidaridad con quienes deciden migrar para conseguir mejores condiciones de vida propias y de sus familias, asegurar planes de vivienda para migrantes y nativos, levantando un programa de emergencia para dar salida a la crisis sin deteriorar la condición de cientos que cruzan las fronteras tras los desastres que provocan gobernantes y empresarios en sus países de origen. | 
