Como si la gestión de Macri no hubiera terminado con un 53,8 % de inflación, tras conocerse el dato de febrero la oposición de Juntos por el Cambio y la derecha expresaron sus críticas. Mientras rosquean el pacto con el FMI que agrava la inflación.
Como si el gobierno de Mauricio Macri no hubiera terminado con un 53,8 % de inflación en diciembre de 2019, tras conocerse el dato de febrero que publicó el Indec, la oposición de Juntos por el Cambio y de derecha salió a criticar al Gobierno.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió un 4,7 %. Los alimentos subieron un 7,5 %, sumando así casi un 13 % (12,8 %) en los últimos dos meses.
Esto, como bien denunció la izquierda, lejos de ser un punto de desacuerdo entre las fuerzas políticas mayoritarias, es consecuencia de su política común. No solo vienen tomando de conjunto las medidas necesarias para hacer la tarea que exige el FMI desde hace tiempo, que redundan en la inflación actual. El pacto de ajuste con el FMI que ambas fuerzas avalan en el Congreso y que este martes obtuvo dictamen en Senadores para aprobarse el jueves, tiene como uno de sus pilares el sostenimiento de una alta inflación, como vía de ajuste indirecto para licuar el poder de compra de los salarios e ingresos populares.
Una de las claves del pacto con el FMI es mantener una alta inflación para licuar salarios, jubilaciones, presupuestos de salud y educación pública. El plan de ajuste que votaron el FDT y Juntos, está en marcha.
La derecha hace acting manijeada por los grandes medios de comunicación hegemónicos, que levantan sus críticas como si no fueran responsables de la inflación descontrolada que dejó el macrismo y como si no fueran partícipes necesarios de la estafa que se está cocinando en el Congreso y que subirá más los precios.
Alberto se había adelantado a la publicación del índice: “Espero que esta semana podamos empezar a poner orden al tema de la deuda, y prometo que el viernes va a empezar otra guerra, la guerra contra la inflación en la Argentina; vamos a terminar con los especuladores y vamos a poner las cosa en orden”. El plazo planteado por el presidente no es casual. Justamente su relato apunta a argumentar que podrá sentarse a pensar un plan contra la inflación, recién después de este jueves, cuando vote el pacto con el FMI junto a la oposición en el Senado.
La oposición de derecha, por supuesto, no perdió la oportunidad de ironizar sobre la frase que utilizó el presidente más temprano.
La diputada nacional de Juntos por el Cambio, Maria Eugenia Vidal sostuvo que "el Gobierno no tiene un plan para combatir la inflación y esto repercute en la población más pobre, esperábamos un número alto, mayor a 4 puntos pero no esta cifra, esto es hijo del plan platita del año pasado". Así, acusó al Gobierno de generar la inflación con la plata que habría puesto en la población con el fin de ganar las elecciones.
"Si el Gobierno piensa que esto es culpa de los empresarios, de la guerra en Ucrania o la exportación empezamos mal porque partimos de un diagnóstico equivocado. El gobierno no tiene plan económico, es el plan zafar pero no zafa la gente, zafa el presidente" disparó Vidal en diálogo con Radio Rivadavia.
Mientras la oposición hace este show de caradurismo, lo que le preocupa es preservar las ganancias de los empresarios exportadores y formadores de precios, que se están beneficiando con el encarecimiento de los commodities a causa de la guerra en Ucrania. Esta semana Patricia Bullrich puso el grito en el cielo ante la tímida definición del gobierno sobre una posible suba de retenciones a exportadores de granos en este contexto, amenazando incluso con obstaculizar el acuerdo con el FMI. Así actuaron durante toda la pandemia, saltando en defensa de los intereses del poder más concentrado, como cuando el Gobierno amagó con “expropiar” Vicentin.
“La ‘guerra’ contra la inflación que propone Alberto Fernández es todo lo contrario a lo necesitamos. Dejar la improvisación y tener un plan es el camino”, aseguró desde su cuenta el senador Alfredo Cornejo, presidente del interbloque Juntos por el Cambio de la Cámara de Senadores.
Llamativas alusiones a la necesidad de un “plan”, por parte de referentes de la coalición que dejó un 53,8 % de inflación cuando fue gobierno, la más alta en los 28 años previos.
En 2015, el entonces candidato a presidente, Mauricio Macri, consultado por la dificultad para controlar el problema de la inflación, respondió “qué va a ser difícil…”. “La inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar. “Cómo puede ser complicado algo que resolvió el 99 % de los países del mundo” dijo también durante la campaña, en la mesa de Mirtha Legrand.
En abril de 2019 La Izquierda Diario recordaba las palabras del presidente Macri cuando el Indec daba a conocer el dato de inflación de marzo de ese año: 4,7 %. Idéntico al que se conoció este martes.
Mauricio Macri se despidió del gobierno con una tasa de inflación superior al 50 % anual, la más alta desde 1991. En sus cuatro años de gestión la inflación acumuló un 300 %. Es decir que en promedio los precios minoristas se multiplicaron por cuatro. Esto impactó en el poder de compra de los salarios y de las jubilaciones y empujó a más de 2,8 millones de personas a la pobreza.
¿A dónde fue la platita?
Las alusiones de la derecha al “plan platita” buscan sostener que la inflación se generó gracias a la emisión monetaria con la que el Gobierno intentó repartir plata para no perder las elecciones.
Sin embargo, la emisión no es el causante único de la suba de precios. La derecha pretende con este argumento justificar el ajuste sobre el gasto público. Pero de manera indirecta, alientan el financiamiento del Estado mediante el endeudamiento con los buitres financieros. A la vez evitan discutir la “estabilidad fiscal”, por medio de atacar el sistema tributario regresivo y aumentando impuestos a los grandes empresarios.
En septiembre de 2021, la economista de este diario, Mónica Arancibia, informaba el pago al FMI por alrededor de U$S 1.900 millones, correspondiente al vencimiento de capital por la deuda heredada de Macri. El Gobierno del Frente de Todos, actualmente se encuentra a un paso de lograr la votación en el Congreso de una refinanciación de esa misma deuda, que empezó a pagar ni bien asumió.
Mientras, tras la derrota en las elecciones primarias, el Gobierno decía que tomaría medidas para recomponer el poder de compra de los salarios. Entre ellas, la suba del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) de miseria que alcanzaría los $ 33.000 recién en febrero de 2022.
El ministro Martín Guzmán se empecinaba en negar el ajuste. Sin embargo, el déficit fiscal primario de agosto de 2021 acumulaba un 1 % del PBI, según informó su Ministerio, cuando en 2020 en el mismo mes había sido del 4 %. Mientras se juntaba dólar por dólar para pagarle al FMI, el recorte para la reducción de ese déficit pasó por las prestaciones sociales. Las jubilaciones y pensiones, asignaciones familiares y otros, habían aumentado hasta agosto de 2021 un 31,9 % interanual, cuando la inflación en el mismo período fue de 51,4 %. Es decir que perdieron bastante en términos reales.
Lejos de ser como dice Juntos por el Cambio, el “plan platita” no fue para la población que más sufre por el deterioro de sus salarios. Las medidas que anunció el Frente de Todos ante su fracaso electoral fueron parches que estuvieron muy lejos de recomponer lo perdido por la inflación desde el macrismo.
El poder adquisitivo del SMVM en 2019 fue 25 % inferior al promedio de 2015, según detalló un informe de Cifra de la CTA. “En 2020 el SMVM perdió un 10 % adicional de su capacidad de compra (...) en diciembre de 2020 el nivel real del SMVM se ubicaba 32,7 % por debajo del promedio de 2015”, agrega el documento.
El Fondo exigió un incremento de tarifas de luz y gas mayor al 40 %. Pero este podría ser solo el primer aumento de más tarifazos, que no dejaron de subir el costo de los servicios desde el macrismo. La guerra en Ucrania avivó los precios de la energía a nivel internacional y esto impactará en las tarifas. Esta suba empujará el resto de los precios de la economía porque la industria y las empresas también pagarán una energía más cara.
El Gobierno acordó con el organismo internacional a su vez un aumento del dólar oficial. Si bien el memorando dice que no habrá “movimientos bruscos”, es decir una devaluación fuerte, detalla que habrá “deslizamiento cambiario (crawling peg)”, que significa que el Banco Central ajustará el dólar oficial de manera gradual. Esta política ya la aplicó el Gobierno y aceleró la inflación.