Este miércoles el INDEC dio a conocer que los precios acumularon un aumento de casi 9% en los primeros dos meses del año. Los alimentos son lo que más aumentó, con una suba del 7,5% solo en un mes, situación que afecta sobre todo el pan en la mesa de las mayorías populares. Mientras la pobreza en la Argentina no baja del 40% y proyectan un miserable aumento del salario mínimo a $47.850, recién a fin de año.
Alberto Fernández sonó el clarín y dijo que "el viernes empieza la guerra contra la inflación en la Argentina", a pesar de que los aumentos de precio han sido una constante durante todo su gobierno, sumándose a la inflación del 50% que dejó el gobierno de Mauricio Macri.
Esta mañana, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, adelantó algunas líneas superficiales del supuesto "plan de guerra" del Gobierno. Una de las vías para combatir la inflación sería que se apruebe en el Congreso el acuerdo de ajuste con el FMI.
"La resolución de la deuda y el acuerdo con el FMI inciden en la lucha contra la inflación" dijo Cerruti, en conferencia de prensa, y agregó que "si hoy tenemos el acuerdo en el Senado, se va a a clarificar el camino de las medidas que hay que tomar en adelante para seguir combatiendo este flagelo". Pero el pacto de ajuste con el FMI, se trata de un acuerdo que promete una alta inflación.
En el llamado Memorandum sobre Políticas Económicas y Financieras -que traza los lineamientos económicos que el FMI le impuso a la Argentina, a través de la negociación con el ministro Martín Guzmán- se prevén medidas como la suba de tarifas energéticas y del precio del dólar oficial. Además de un rumbo de ajuste fiscal, tarea para la cual el ministro ya ha mostrado ser un buen alumno, con la reducción drástica del 3% del PBI en 2021.
En lo inmediato, esto supone un golpe en el bolsillo de los hogares, que se suma a los tarifazos implementados en el gobierno de Mauricio Macri y que el Frente de Todos jamás revirtió. Por otro lado, la contrapartida del aumento del dólar es la devaluación del peso argentino, que afecta el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y demás haberes. Por todo esto, es al menos contradictoria la afirmación de que la inflación se resolvería sometiéndonos al pacto de ajuste con el FMI.
Cerruti transmitió que la principal preocupación del Gobierno es atacar el problema de la suba de los precios (y no es la primera vez que lo dicen). Pero lo que ha demostrado el Frente de Todos, desde que asumió su mandato, es que su principal preocupación está acordar con el FMI, legitimando la estafa de la deuda odiosa que contrajo el macrismo, "una deuda que compromete en su pago a varias generaciones de argentinos", como expresó la vocera presidencial.
Para esto se han puesto de acuerdo los sectores de "centro" del Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, con Sergio Massa, Rodríguez Larreta y Gerardo Morales como protagonistas del pacto. Este jueves comienza la votación en el Senado, habilitada, entre otras firmas, por el visto bueno de la mayoría de los senadores del Frente de Todos, incluso un sector afín a Cristina Kirchner.
La portavoz presidencial dio las gracias. "El presidente agradece el esfuerzo de los legisladores y las legisladoras de las diferentes fuerzas políticas que tanto en Diputados como en el Senado, permitieron que se pudiera avanzar con este acuerdo". Y puntualizó que estos fueron acuerdos "necesarios para poder avanzar en un tema que tiene que ser una política de Estado". Un cogobierno con el FMI, que cada tres meses podrá revisar las metas pactadas, con la potestad de imponer nuevas condiciones a riesgo de frenar la entrega del crédito para refinanciar la estafa de la deuda.
¿Y el plan de guerra?
"Hoy el gran enemigo de la sociedad argentina es el alza de los precios y la inflación", dijo Gabriela Cerruti, en la conferencia. Y ratificó que el viernes, con los anuncios del Presidente y en los próximos días, se iban a dar a conocer medidas para combatirlo.
La inflación es un problema estructural en un país dependiente como la Argentina, cuyo mayor ingreso de divisas está dada por la exportación de productos primarios o commodities, y donde el aumento del dólar erosiona la moneda nacional.
A esta dependencia estructural, se le sumó la disparada en los precios internacionales de las commodities, en alimentos como el trigo y en los combustibles, producto de la invasión Rusia de Ucrania y las sanciones impuestos por el imperialismo. Hecho que está provocando un aumento inflacionario incluso en los países centrales.
A diferencia de Juntos por el Cambio y la oposición de derecha, que son voceros directos de las ganancias del agropower, el Gobierno reconoce que uno de los responsables de la alta inflación son las empresas exportadoras, que trasladan los precios internacionales al consumo local. "En una economía de oligopolios como es el caso de la Argentina, donde la formación de precios está en manos de unos pocos, eso contribuye a que esos pocos, en situaciones como la que estamos viviendo de crisis internacional con respecto a los precios de las mercaderías, puedan tomar decisiones unilaterales con respecto al precio de sus mercaderías".
Esta definición viene del mismo Gobierno que amenazó con expropiar al oligopolio de productos alimenticios Vicentín, pero luego volvió para atrás con la decisión -en un momento donde contaba con mayor legitimidad política. Y cuyo principal caballito de batalla viene siendo el programa de precios cuidados, que frena parcialmente el aumento de algunos artículos; mientras les permite a los empresarios el aumento generalizado de los precios mes a mes.
Según explicó Cerruti, el objetivo del Gobierno ahora sería "desacoplar los precios internos de los precios internacionales". Para esto, ya mostró algunas de sus cartas: restringir las exportaciones de algunos productos y/o aumentar retenciones a los productos derivados de la soja. Pero apuesta a la "buena voluntad" en una mesa de negociación con las empresas formadoras de precios y con las cúpulas sindicales, en torno a las listas de precios. ¿Qué se puede esperar de los empresarios exportadores? Si, por ejemplo, el Consorcio ABC, que agrupa a las empresas que realizan más del 90% de las exportaciones de carne del país, viene de amenazar con ponerle fin al acuerdo de “cortes cuidados” -mientras el asado sigue siendo un lujo y el consumo de carne es el más bajo en un siglo.
Para combatir la inflación son necesarias medidas contundentes que afecten las ganancias de los empresarios, poniéndo por delante las necesidades del pueblo trabajador y de las mayorías populares, como plantea el Frente de Izquierda Unidad. Algunas son:
- Aumento salarial de emergencia para trabajadores y jubilados. Con un mínimo equivalente a la canasta familiar.
- Un verdadero control de precios llevado adelante por comités independientes de trabajadores y consumidores.
- Imponer el monopolio estatal del comercio exterior y nacionalizar el sistema bancario, bajo control de trabajadores y trabajadoras. Uno, para frenar la especulación de precios de las empresas exportadoras; el otro, para evitar la fuga masiva de divisas.
La única forma de enfrentar realmente el poder de los monopolios y oligopolios pasa por la auto-organización de la clase trabajadora y los consumidores de los sectores populares. Además de organizar la resistencia al pacto de ajuste con el FMI, y sus medidas inflacionarias, como la suba de tarifas y el aumento precio del dólar oficial. |