Este jueves finalmente fue aprobado en el Congreso el acuerdo entre el Gobierno nacional y el FMI, con el apoyo de la oposición de derecha de Juntos por el Cambio. Al igual que en la Cámara de Diputados, el sector de La Cámpora y sectores cristinistas que critican el acuerdo, mantuvieron el silencio durante el tratamiento permitiendo que el acuerdo avanzara y finalmente se aprobara. Una vez sancionada la ley, las y los senadores cercanos a la vicepresidenta emitieron un documento con un tono similar al emitido por La Cámpora en Diputados, criticando el acuerdo con el Fondo y el “ajuste brutal” que traerá.
Sin embargo, como la primera carta tras la votación en Diputados, el documento reafirma la necesidad de cumplir y "honrar las deudas". Lejos de cuestionar que haya que pagarle al FMI esa estafa, se lamenta de no haber logrado un "acuerdo mejor".
En la Cámara Alta, el proyecto de ley del acuerdo con el FMI obtuvo 56 positivos, 13 negativos y 3 abstenciones, gracias al pacto entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Juntos por el Cambio aportó 32 votos positivos, de un total de 33 senadores y senadoras. Mientras que el Frente de Todos lo hizo con 20 apoyos, de un total de 35 bancas. Entre los votos negativos del FDT, que sumaron 13, estuvo el de la senadora por Chaco María Inés Pilatti Vergara.
Sin embargo, según se desprende de sus propias declaraciones, su voto rechazando el acuerdo no se trató de algún tipo de sólido convencimiento en contra del ajuste que vendrá contra las mayorías trabajadoras, ni por el sometimiento del país que implicará la tutela del organismo internacional monitoreando la política económica. En una entrevista con Alejandro Bercovich en el programa de radio Pasaron Cosas, Pilatti Vergara sostuvo muy tranquilamente que su voto en contra fue tal sólo porque ya sabía de antemano que el acuerdo sería aprobado gracias al pacto entre el FDT y Juntos por el Cambio. “Si yo hubiera sabido que mi voto iba a ser decisivo, si hubiera estado en el lugar de Cobos, y que de mi dependía que el default se produjera ayer o dentro de 3, 6, 9 meses, un año o dos, obviamente que no hubiera votado negativamente”, aclaró sin incomodarse la senadora.
Seguidamente, ante la pregunta del conductor del programa, sobre si ese comportamiento le parecía bien, continuó: “Si ayer hubiera salido por unanimidad, si no hubiéramos dejado en la versión taquigráfica la discusión de quienes sostenemos que esto sigue siendo una estafa, la denuncia que hizo nuestro gobierno cae en saco roto”. Es decir, que a pesar de que el gobierno del cual forma parte acaba de legitimar esa “estafa” acordando pagarla, los votos negativos serían un argumento a favor para denunciar esa misma estafa…
Luego de un tramo de la entrevista donde apeló a los discursos habituales de los integrantes del ala crítica del Gobierno, como la inevitabilidad de tener que pagarle al Fondo, que no había otra salida, que el pasado “ya fue” y que “hay que actuar en la coyuntura actual”, justificando lo actuado por el Gobierno desde que asumió, intentó aclarar lo que dicho anteriormente pero terminó por embarrarla más. “Yo creí que votando en contra dejaba mi conciencia tranquila y mis convicciones claras. Así me vine manejando toda la vida”, sostuvo Pilatti Vergara.
Las declaraciones de la senadora chaqueña pueden considerarse un símbolo de la lógica que prima en los sectores camporistas y cristinistas del Frente de Todos. La crítica como testimonio, pero el apoyo a las políticas de ajuste en los hechos. Desde la cesión de lugares en la Comisión de Presupuesto y Hacienda en Diputados a legisladores que apoyaban el acuerdo para que el dictamen pudiera ser aprobado, pasando por el silencio durante el tratamiento del proyecto en ambas cámaras (emitiendo documentos con los hechos consumados), hasta la desmovilización desde los sindicatos y organizaciones sociales donde tienen rol de dirección, son solo algunas de las formas en que La Cámpora y el sector cercano a la vicepresidenta jugaron un rol objetivamente funcional al acuerdo de ajuste con el Fondo, pero cuidando su papel testimonial para intentar reducir los costos políticos con su base social y electoral, a quienes alcanzarán las consecuencias de la crisis y el ajuste. |