Durante la última semana, la policía fronteriza rumana y la agencia europea Frontex han estado llevando a cabo una hipócrita operación de comunicación al ofrecer animales de peluche y juguetes a los niños refugiados ucranianos.
El objetivo de Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) y las policías fronterizas durante los últimos años fue claramente la de convertir Europa en una "fortaleza" impidiendo que los refugiados desesperados que huían de las guerras y hambrunas en Medio Oriente o el norte de África llegaran al continente.
Esto incluyó la represión y persecución a los migrantes, impidiendo a toda costa su llegada sea por tierra o por mar, volviendo cada vez más riesgosas las rutas de acceso y siendo responsables cada año de la muerte de cientos o incluso miles de refugiados. Hoy, necesitan y quieren limpiar su imagen.
Es por esto que l semana pasada, la policía fronteriza rumana y Frontex han estado poniendo en marcha una verdadera ofensiva de marketing en la frontera rumana:el puente Sighetu Marmației se vio lleno de animales de peluche y hubo distribución de juguetes en Siret. La policía fronteriza europea parece ansiosa por restaurar su imagen después de casi 20 años de política fronteriza xenófoba y criminal.
Al tomarse una foto con animales de peluche y niños llorando al recibir los regalos de estos “héroes fronterizos”, Frontex pone en escena un juego teatral crudo y sucio.
Hace poco más de un año, como cuentan varios testimonios, Frontex había ayudado al gobierno reaccionario de Viktor Orban a expulsar a los refugiados serbios de las fronteras húngaras, proporcionando equipos y oficiales y ayudando a "recuperar" a los inmigrantes que se atrevían a llegar a Hungría.
La agencia participó activamente en las prácticas de pushback, que consisten en empujar violentamente a los refugiados hacia las fronteras.
La militarización y las políticas cada vez más xenófobas de las que Frontex es el brazo armado condujeron hace 5 meses a la muerte de 27 refugiados, ahogados frente a las playas de Calais cuando intentaban llegar a Inglaterra en una lancha neumática. Durante la pandemia, Frontex participó activamente en políticas de expulsión especialmente intensas en las fronteras marítimas de Europa, ayudando a expulsar a 40.000 refugiados y ser responsables de la muerte de 2.000.
También podríamos citar el ejemplo de Bielorrusia en el que la negativa de la Unión Europea a acoger entre 2.000 y 4.000 inmigrantes atrapados en la frontera entre Bielorrusia y Polonia provocó la muerte de más de una docena de inmigrantes. El Gobierno bielorruso de Lukashenko y la Unión Europea se echaban la culpa unos a otros sin hacerse responsables, lo que llevó a una catástrofe humanitaria que subraya el carácter criminal de la "Fortaleza" dirigida por las instituciones europeas.
Frontex tampoco ocultó el envío de refugiados a países en guerra. Su director Fabrice Leggeri, incluso se jactó de ello en una entrevista de RTL.
La lista de brutalidades podría continuar, pero ya es claro que los instrumentos de control fronterizo de Frontex y las policías nacionales de fronteras son la expresión física de la xenofobia de los estados europeos.
La demagógica campaña que están lanzando ahora, más allá de la expresión de guerra de propaganda de parte de las potencias imperialistas europeas y de la OTAN donde la acogida de refugiados es una forma de que Europa haga realidad su ficción de "grandeza democrática", es la expresión más cínica del racismo estructural europeo en la gestión de fronteras. También podemos estar seguros de que Frontex podrá volver a su misión habitual cuando los vientos de la demagogia pro-ucraniana de los refugiados hayan cambiado.
De hecho existen cientos de denuncias de la discriminación que sufren los refugiados ucranianos de origen africano o indio tanto en la frontera de Polonia como en Alemania, sea porque no los dejan subir a los trenes, los separan y los envían a estaciones de policía o porque directamente les niegan el acceso como refugiados de guerra.
Como señala un editorial de Révolution Permanente, parte de laRed Internacional La Izquierda Diario "para frenar estas políticas xenófobas, es imprescindible movilizarse por la acogida incondicional de todos los refugiados y la apertura de las fronteras en toda Europa, mediante la disolución de Frontex, esta organización que desde su creación en 2004 no tenía otro propósito que el de perseguir y ser responsable de la muerte de miles de personas que huían de guerras o hambrunas en de sus países de origen, muchas de ellas provocadas por las propias potencias europeas o miembros de la OTAN". |