Durante el 2021 se hizo entrega de decenas de departamentos sociales a las familias más humildes de la ciudad. Son 278 familias que componen el conjunto habitacional “Desierto Florido” en el sector norte de Antofagasta, las que a diario viven rodeadas de basura, ya que los terrenos donde se levantaron estos complejos habitacionales quedan aledaños al ex vertedero La Chimba. Durante esta semana interpusieron un recurso de protección en contra de la municipalidad por el “evidente abandono de labores” en lo relacionado a la limpieza y ornato del sector. |
El sueño de la casa propia se volvió realidad para 278 familias las que, durante el año 2021, obtuvieron por fin su departamento. Pero la felicidad les duró poco, ya que inmediatamente se evidenció una problemática que no les ha permitido vivir en paz. El complejo habitacional se construyó inmediatamente al lado del ex vertedero de la ciudad, por lo cual deben convivir a diario con quemas de basura ilegales, ratones, humo tóxico, entre otros.
Esto motivó a los vecinos agrupados en el complejo habitacional “Desierto Florido” a presentar un recurso de protección que durante la jornada de este jueves fue admitido por la Corte de Apelaciones de la capital regional. En el recurso argumentan que el Alcalde Jonathan Velásquez tomó la decisión de no renovar la concesión al ex vertedero, “dejando de ser responsable legalmente de la mantención y administración del recinto, dejando a los vecinos del conjunto habitacional Desierto Florido y a toda la ciudad, sin un lugar para la deposición de residuos de la construcción (RESCON), ya que el vertedero CHAQUETA BLANCA, solo recibe residuos domiciliarios y asimilables“.
Esto “motivó a que los residuos y escombros más la basura domiciliaria fueran depositados en la calles del entorno al conjunto habitacional Desierto Florido, por la inactividad y responsabilidad del municipio de realizar la limpieza de dichas calles y de fiscalizar que los particulares no fueran a botar basura en dicho sector, situación que se mantiene hasta el día de hoy“, indicaron las y los vecinos del sector.
Esto ha escalado en gravedad, generando incluso intoxicaciones de varias familias por gases tóxicos, por lo que exigen al edil que tome las medidas necesarias para acabar con esta situación.
Esto solo deja en evidencia una cosa: el desdén que existe con las familias más pobres de la ciudad. ¿A quién se le podría ocurrir edificar cientos de viviendas inmediatamente al lado de un vertedero? Solo a quienes no le importe la salud y la vida de los más humildes, mientras las grandes empresas inmobiliarias levantan decenas de edificios en los mejores lugares de la ciudad, con vista al mar y acceso a centro o “zonas con alta plusvalía”, a las familias pobres las arrojan a los basurales. Hay que avanzar a terminar con el negocio inmobiliario y levantar de forma organizada, trabajadores y comunidades, un banco de suelo que permita acabar con el déficit habitacional y otorgar calidad de vida a las familias trabajadoras. ¡Porque la vivienda es un derecho que debe ser garantizado para toda la población!
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