En la noche de este lunes el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, confirmó por Twitter que se reunió horas antes con Cristina Fernández de Kirchner en el despacho que ella tiene en el Senado. Luego de que la vicepresidenta hiciera público (tres horas antes y por la misma red social) que uno de los ejes de esa reunión fue su solicitud para que Estados Unidos ayude a Argentina en materia de “derechos humanos” (no es chiste) y especialmente que colabore para lograr repatriar miles de millones de dólares fugados en el exterior a fin de pagar la odiosa deuda externa, Stanley prefirió destacar otros “ejes” de la reunión.
El embajador yanqui destacó que con CFK hablaron del “amor por la familia”, del amor por ambos países (no aclaró si CFK le expresó amor por Estados Unidos o sólo por Argentina) y del amor por “los chocolates patagónicos”.
Como explica Diego Iung en otro artículo de este diario, la “cálida reunión en la que Cristina pidió ayuda al embajador para el pago de la deuda tuvo lugar en paralelo a la iniciativa de repatriar los capitales fugados del país que presentó la bancada oficialista en el Senado. Quedan en claro algunas definiciones importantes en semanas en las que la crisis y el futuro del Frente de Todos ocupa un lugar central en todos los diarios y especulaciones sobre lo viene”.
Teniendo en cuenta la premura con la que CFK hizo públicos los ejes que, para ella, fueron relevantes en la conversación con Stanley, vale preguntarse si el tuit del representante de Joe Biden en Argentina es una ironía, un chiste o bien una definición (apelando a trivialidades) de la importancia personal (y política, obvio) que el diplomático quiso darle al encuentro. |