Foto: EFE/Chema Moya
La derrota del anteproyecto de ley del aborto, comunicada por Mariano Rajoy justo antes de viajar a China y firmada por el Rey Felipe VI desde New York, llevó a la muerte política del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.
La dimisión de Gallardón llegó en un momento difícil para el Gobierno de Rajoy, quien tiene que enfrentarse a la consulta del 9N por la Independencia de Catalunya que, según el presidente catalán Artur Mas, decretará antes el próximo fin de semana. La elaboración de los recursos para presentar ante el Tribunal Constitucional contra la ley catalana estaba en manos del dimisionario ministro de Justicia. Precisamente, según fuentes gubernamentales, el ministro había aplazado su dimisión unos días hasta tener preparados esos recursos.
El régimen político del Estado español están muy tocado y poco "atado y bien atado". Su estado de salud es delicado como para sufrir tantas "muertes políticas" que dejan vacíos difíciles de cubrir. Entre las más importantes, la más reciente es la del "hombre de Catalunya", Jordi Pujol, tras una confesión que salpica a Artur Mas y a CiU. Precisamente el principal partido catalán que puede contener un proceso que podría saltarse la "línea roja de la legalidad " después del 1,8 millones en las calles el 11S. Es por ello que el pulso entre Artur Mas y el presidente Rajoy en la contienda independentista de Catalunya, se convierte en un peligroso juego no sólo para el Gobierno sino también para el Régimen.
Meses atrás, la abdicación del Rey Juan Carlos también anunció más crudamente la delicada salud del Régimen, con una monarquía desgastada y tocada por los casos de corrupción. La muerte natural de los "arquetipos" del capitalismo español, la de Emilio Botín (presidente del Santander) y de Isidoro Álvarez (presidente del Corte Inglés), agregan un toque aún más dramático para los tiempos que corren.
Ahora le tocó nada más y nada menos que al Ministro de Justicia Ruiz Gallardón (1958), tras 31 años de carrera. Arrancó como concejal de Madrid en 1983. En 1986, con sólo 27 años, asumió la secretaría general de Alianza Popular tras la marcha de Jorge Verstrynge. Desde entonces, su ascenso político, con cinco mayorías absolutas dentro del PP, fue imparable.
Sin embargo, durante el Gobierno de Rajoy, Gallardón diseñó una serie de proyectos de ley que lo convirtieron en un ministro muy polémico. El anteproyecto de Ley del Aborto fue el más controvertido, generando una crisis abierta dentro del PP y gran descontento en todas sus alas. Fue considerado "muy restrictiva" para el sector centro y "poco restrictivo" para el sector ultracatólico y de derecha.
La urgencia para cerrar esta crisis fue marcada por las elecciones municipales, autonómicas y generales del 2015. Ya las elecciones europeas fueron un alerta cuando el PP bajó a un 26% en todo el Estado. Así como también las encuestas del asesor político del PP, Pedro Arriola, que mostraban que el 40% de sus votantes eran contrarios a la ley del aborto.
Mientras tanto, el movimiento en las calles no se hizo esperar y la cara del Ministro Gallardón recorrió cientos de manifestaciones y escraches con innumerables expresiones de repulsa al protagonista de lo que iba a ser el mayor retroceso desde la democracia, en cuanto al derecho al aborto. Hoy todo el movimiento feminista y las organizaciones de mujeres celebran la derrota de la reaccionaria Ley y la dimisión del Ministro, considerado un triunfo de la movilización.
Las protestas callejeras enfrentaron otras leyes que el polémico ministro diseñó bajo el discurso de “revolucionar y modernizar” la administración de Justicia. Muchas de ellas quedaron archivadas, como la reforma del Código Penal, por la propuesta de "prisión permanente revisable", equivalente a una cadena perpetua. También la Ley del Poder Judicial y la Ley de Enjuiciamiento quedaron empantanadas en el Congreso, entre otras.
Gallardón, en su comparecencia, si bien evitó criticar a Rajoy y afirmó respecto al fracaso de la Ley que él asumiría las responsabilidades, también dijo que ese anteproyecto fue colectivo: “Yo asumí el compromiso de reformar la ley como consecuencia del encargo de responsabilidades que se hizo en el Gobierno a comienzos de legislatura”, afirmó. La intención de Gallardón es aclarar lo evidente que es que era una ley de todo el Gobierno.
No está descartado que el Gobierno haga nuevas intentonas contra este derecho, para responder así a las voces estridentes del Opus Dei y la Conferencia Episcopal Española (CEE) que presionarán para que la Ley del Aborto elimine la ley de plazos. Para ello le queda otra carta fuerte: la del Tribunal Constitucional, presidido por Andrés Ollero, un exdiputado popular famoso por sus posiciones antiabortistas; lo que evitaría al Gobierno del PP el costo político de pasar por el Congreso. De todas maneras, el fracaso de la Ley del aborto de Gallardón es un fracaso de todo el PP y del Gobierno de Rajoy al que le quedarán secuelas difíciles de curar. |