En la primera quincena de marzo se tiene una tasa inflacionaria del 7.29% y pareciera que lo único que se puede hacer es esperar a que mejore. Sin embargo, esperar a que las cosas mejoren no es la solución, ya que solo se avizora que la población mexicana tenga que pagar las consecuencias.
Salarios bajos aumentan la desigualdad económica
No es necesario ser un experto en economía para observar que la inflación no cede y cada vez nuestros salarios alcanzan para menos. El poder adquisitivo disminuye y no logra cubrir las necesidades básicas de las familias mexicanas, en donde cada vez se hacen más sacrificios para poder comprar lo necesario, con un salario mínimo de $5255 mensuales.
De acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 14 millones 9 mil 186 personas ganan apenas un salario mínimo al mes. Esto mientras que los diputados, según el Diario Oficial, ganan hasta 88 mil 333 pesos mensuales, sin contar sus prestaciones, bonos o aguinaldos, y cuando empresarios como Salinas Pliego ganan $92 millones 875 mil pesos diarios, o 20 millones de dólares diario en el caso de Carlos Slim.
Banxico, AMLO y su accionar ante la inflación
El Banco de México (Banxico), al igual que el gobierno, menciona que los altos niveles de inflación son un fenómeno que está pasando en todo el mundo por el conflicto geopolítico de Ucrania y Rusia. Dicha institución, a mediados del año pasado dio un panorama alentador planteando que la inflación bajaría finalizando el 2021, pero recientemente ha declarado que la inflación en este trimestre tendrá su máximo pico y después va a ir bajando; para el segundo trimestre del 2023 o bien hasta el primer trimestre del 2024 la inflación volverá al rango del 3%.
Sin embargo, la tasa de interés ya se aumentó en 50 puntos, quedando en 6.50%, según dio a conocer Victoria Rodríguez, la gobernadora del Banco de México. Se trata del séptimo aumento consecutivo de la tasa de interés, pero esto no ha ayudado a mitigar el aumento de la inflación. AMLO aplaudió este aumento y mencionó que pronto iban a dar a conocer un plan para fortalecer la economía popular y enfrentar la carestía, para que la gente no compre caro y pueda tener la posibilidad de comprar lo básico.
Por lo pronto, hay que considerar que, durante lo que va del sexenio, los planes económicos de la 4T, las medidas de asistencia social y los aumentos salariales, aunque pueden representar cierto alivio, han sido insuficientes para satisfacer las necesidades del pueblo trabajador, mientras que se siguen protegiendo los intereses empresariales, por ejemplo al no cobrarles más impuestos o preservando el outsourcing.
El Banco Mundial, en una de sus recientes publicaciones, menciona que el aumento de precios de los alimentos y la energía podría afectar de manera desproporcionada a los hogares más pobres, aumentando así el hambre y la inseguridad alimentaria; también que la inflación puede mermar el valor de los salarios y los ahorros reales aumentando la pobreza de los hogares.
¡Que la crisis la paguen los ricos!
Como se explica en la teoría marxista las crisis son inherentes al capitalismo y éstas tienden a ser cada vez más agresivas. Más y más gente vive al día, con incertidumbre sobre lo que traerá el futuro. Se le hace creer a la población que la vida se desenvolverá en una progresión ordenada, pero hoy en día no hay indicios de que vaya a mejorar la situación.
Ante este panorama debemos organizarnos y salir a luchar por condiciones dignas de vida, para que la crisis la paguen los empresarios que ganan millonadas al día explotando nuestro trabajo. Debemos de exigir mejores condiciones laborales, un aumento salarial por arriba de la inflación y que si crece la inflación el salario aumente automáticamente.
Las centrales y organizaciones sindicales que se reivindican democráticas deben de impulsar asambleas y la unidad de las y los trabajadores para la movilización por aumento salarial por arriba de la inflación, para que alcance no solo para la canasta básica sino para distintos aspectos cotidianos como la salud, educación, recreación, cultura, etc., y que aumente automáticamente al aumentar la inflación, para mejorar efectivamente la calidad de vida de la clase trabajadora.
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