El ministro de Desarrollo Social se recibió de liberal. En cualquier momento le llega una carta del partido de Milei con una invitación formal a sumarse a ese espacio político. Es que el placer de todo ultraderechista es ver pasar por encima de una protesta social la represión de la Policía. Si puede ser con saña, mejor. Por eso Milei, Espert, y todos los impresentables que los acompañan se la pasan día y noche en las redes sociales demonizando a quienes menos tienen y salen a cortar una calle para reclamar.
El funcionario del Frente de Todos les hizo caso con su programa y dice que no va a recibir a ningún manifestante que esté cortando una calle. No importa si en el país hay 17 millones de pobres. Tampoco importa si la suba de los precios de los alimentos superó el 12% solo en los primeros dos meses del año. Lo que importa para Zabaleta es el "caos de tránsito", bien al estilo TN.
Pero Zabaleta viene haciendo letra para pasarse a la ultraderecha: en la semana de la votación en Diputados del acuerdo con el FMI, se refirió a uno de los manifestantes que está detenido después de los incidentes (seguidos de represión) que hubieron en el Congreso mientras se desarrollaba una movilización gigantesca.
Alguien despistado podría pensar que uno de los principales responsables políticos de la situación de los más vulnerables en el país podría haber hecho una reflexión sobre el hambre, el acuerdo con el FMI y el descontento que puede provocar en amplios sectores, teniendo en cuenta que ni en el propio Gobierno opinan que el acuerdo firmado vaya a traer un buen porvenir para esos sectores.
Pero no. El ministro agarró Twitter para anunciar que habían detectado que uno de los presos era beneficiario de un Potenciar Trabajo y, sin previo juicio ni investigación ni derecho a la defensa decidieron expulsarlo del programa. Fue tan reaccionario el mensaje que salió a felicitarlo Patricia Bullrich, que por supuesto pidió ir por más y meter presos a todo aquel que corte una ruta.
De todas maneras, lo que hay que entender es que Zabaleta no es un funcionario aislado. Sus declaraciones no se pueden pensar por separado del enorme operativo policial que hubo este jueves frente al acampe, con miles de policías que estuvieron presentes para amedrentar a los manifestantes.
También hay que tener en cuenta en este entramado a la campaña mediática monstruosa que se viene construyendo hace semanas contra quienes salen a reclamar. Claro, el ajuste no pasa sin represión pero tampoco sin reproducir y multiplicar mensajes de odio contra quienes quieren enfrentarlo. Basta con ver TN todos los días y la cobertura que hacen del acampe. Pero también sirve como botón de muestra el oficialista C5N, que durante la movilización del 10 de marzo contra el FMI se pasó horas enteras de transmisión en vivo demonizando a la izquierda y a los miles que estaban en esa plaza enfrentando la orientación del Gobierno.
Tampoco se puede pensar por separado de declaraciones como la de Claudio Moroni, el ministro de Trabajo que este miércoles dijo que la inflación "no está afectando al salario real", o las de Alberto Fernández, que habla de una "inflación autoconstruida en la cabeza de las personas".
No son declaraciones sueltas. Es un plan de ajuste y de ataque al pueblo trabajador y a los que menos tienen. Zabaleta y todo el Frente de Todos (por eso se pelean) saben que cuanto más avance el cogobierno con el FMI, más respuesta de esos trabajadores tendrán por abajo. La bronca crece, y eso los pone nerviosos. | 
