Ismael Bermúdez es periodista económico. Entre otros temas, se especializa en asuntos previsionales. En esta ocasión, conversó con El Círculo Rojo a propósito de los datos de pobreza difundidos por el INDEC. Durante la entrevista presentó un panorama completo de la grave situación económica y social del país.
Aquí presentamos en texto algunas de sus definiciones. En el audio se puede escuchar la entrevista completa.
- Si bien hay una reducción respecto a los niveles tan críticos que tuvimos a fines de 2020 (la actividad estaba semi paralizada, cuarentena, pandemia), con todo el rebote de la actividad, se cierra el segundo semestre de 2021 con unos 17 millones de pobres. A veces, cuando uno habla de porcentaje, no toma la dimensión de la cantidad de gente de que estamos hablando. Porque el 37,3 % de pobreza equivale, efectivamente, a 17 millones de pobres.
- Otro dato relevante es la pobreza infantil: 51,4 %. La mayoría de los chicos menores de 14 años vive en hogares pobres, lo cual muestra la hipoteca social que hay hoy por hoy en la Argentina. Son chicos mal alimentados, con privaciones de todo tipo, en materia de salud y educación.
- Estamos hablando de gente ocupada que es pobre. Alguno dirá son asalariados informales (mal llamados en negro). Pero no. Incluso los trabajadores formales pueden ser pobres.
- A diferencia del pasado, pasado, pasado, tenemos que ir muchas décadas atrás, cuando estaba asociada la pobreza a la falta de trabajo o a la desocupación, aquí no. Aquí ya estamos hablamos de gente ocupada que es pobre. Alguno dirán es gente ocupada, pero sin aportes jubilatorios, lo que mal llamamos asalariados en negro. Pero, no. También estamos hablando de asalariados en blanco. Asalariados formales que en una alta proporción trabajan y están por debajo de la línea de la pobreza.
- El otro día alguien dijo que para terminar con la pobreza hay que terminar con los vagos, la respuesta mía fue muy sencilla: "disculpe, hoy por hoy, el que trabaja puede ser pobre".
- Esa vasta gente que no tiene aportes jubilatorios. Estamos hablando de 4 millones de asalariados sin aportes jubilatorios. Y después estamos hablando de un número muy amplio de asalariados, trabajadores en relación de dependencia, que también son pobres de acuerdo a los datos oficiales del INDEC.
- Tenemos una radiografía laboral de la precariedad por el lado que ni siquiera le hacen los aportes, de caída del salario, lo cual nos lleva hacia el futuro a esta gran crisis previsional de que llega la gente a la edad jubilatoria y no tiene los años de aportes para poder jubilarse.
- Después está el problema de la gente que, efectivamente, trabaja, tiene los aportes, etcétera, e igualmente es pobre en un país donde en los últimos años el salario ha caído de manera muy fuerte: se calcula, según los distintos sectores, entre un 20 y un 30%, de acuerdo a los datos oficiales del INDEC. Fundamentalmente, una gran porción de esa caída se produjo durante el gobierno de Mauricio Macri y después otra caída se producto durante el gobierno de Alberto Fernández.
- El panorama es muy crítico. Los datos de pobreza y, sobre todo, de pobreza infantil lo único que hacen es traducir en números esta realidad económica y social que hacia adelante está llena de incertidumbres por el hecho de que estamos en una crisis económica internacional que es anterior a la pandemia y anterior a la invasión de Rusia a Ucrania.
- Lógicamente, por la pandemia y por la invasión de Rusia a Ucrania se ha agravado considerablemente. Por lo tanto, hacia adelante, el planeta en su conjunto, pero en particular la Argentina, tiene muy comprometido su horizonte de crecimiento y con la altísima inflación doméstica e internacional, está el enorme riesgo que siga creciendo este deterioro social y también estos indicadores tan elevados de pobreza e indigencia.
- El gobierno dice que este año tendríamos un crecimiento de entre el 3 % y 4 %. Evidentemente, es un crecimiento bajo. Esto formulado, inclusive, en los papeles presentado al FMI. Como la situación se agravó, está en duda poder cumplir ese 3 o 4 %. De todas maneras, teniendo en cuenta lo que se llama elasticidad empleo/PIB, es decir cuanto aumenta el empleo de acuerdo de acuerdo a la variación que tenga el PIB, evidentemente ese crecimiento de 3 % o 4 % sería muy bajo como para que el empleo siga creciendo.
- El acuerdo con el FMI es inflacionario. Vamos a tener una inflación mayor por el ajuste de las tarifas de los servicios públicos, por el hecho de que el BCRA tiene que devaluar el peso oficial a un ritmo mayor que lo que estaba haciendo el año pasado, y todo el comercio exterior se canaliza a través del dólar oficial y eso se va a trasladar a los precios del mercado doméstico.
- Después tenemos el mayor costo de los servicios de energía, el aumento de las materias primas acentuados en la guerra en Ucrania, con lo cual ya hay una inflación internacional: países que tenían un 3 % de inflación anual, ahora están hablando del 10 %. Basta que 7 u 8 puntos aumente la inflación internacional, se lo sumas al 50 % que ya tenemos nosotros del año pasado, ya estamos hablando de un 60 %.
- El bono de $ 6.000 para un sector de jubilados intenta compensar el hecho que con la fórmula de movilidad, evidentemente, es una fórmula de movilidad muy mal diseñada. Por eso, tiene que ser corregida por aumentos de decreto. Cuando se supone que una fórmula de movilidad tiene que garantizar la evolución de los haberes jubilatorios de manera correcta sin necesidad que en forma discrecional el presidente de un aumento que lo fija en $ 6.000 porque quiere, porque no abarca a todos los jubilados y pensionados, sino un sector de ellos. Cuando si estuviese correctamente diseñada la fórmula de movilidad debería alcanzar al conjunto de los jubilados sin ningún tipo de serrucho o de corte en relación a quien gana el haber mínimo y quien gana por arriba del haber mínimo.
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