Ayer, 31 de marzo, se conmemoró el día de la visibilidad Trans. El gobierno de Boric, que se define así mismo como feminista, izó la bandera trans en la Plaza de la Constitución por primera vez en la historia del país, en medio de un acto oficial. La ceremonia la dirigió la primera dama Irina Karamanos y anunció la creación de una mesa de trabajo con el fin de “levantar las priorizaciones para políticas públicas en materia de avance en el derecho de personas trans”.
Dentro de su discurso declaró que “ (Como gobierno) Queremos también dar un mensaje de que debemos dejar de normalizar, debemos valorar la capacidad de disentir, la diferencia, y también agradecer a las distintas organizaciones que están dando una lucha desde los cuerpos y desde el cuestionamiento de la normatividad, con la que estamos nosotros todavía trabajando en política.
Luego, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, dentro de sus palabras señala que la creación de las políticas públicas no será solo para que los niños, niñas y adolescentes sientan “alivio, sino que sientan esperanza, porque van a tener políticas públicas que les acojan en las escuelas”. Agregó que el gobierno buscará formas de incorporar a la comunidad trans a la salud, sistema laboral.
Boric y su gobierno feminista: ¿cuán lejos puede llegar en garantía de derechos?
El gobierno del Frente amplio impulsa un feminismo liberal, que valida el capitalismo y suaviza al patriarcado. Juega con la expectativa de les trans y no binares, de la disidencia más precarizada, así como también de las mujeres trabajadoras. Llama a sentir esperanza en las acciones del gobierno, que trans y no binaries una confianza casi ciega en que ellos lograrán garantizar derechos mínimos, sin tocar el modelo, sin cuestionar ni siquiera el neoliberalismo, sin molestar a los empresarios. Omiten que la derecha, la iglesia y conservadurismo no se quedarán en el silencio, y más aún teniendo la capacidad de trabar cualquier mínimo intento de reforma dentro del parlamento, a pesar de que son una minoría en la convención constitucional.
El feminismo del Frente Amplio llama a confiar en el estado y en sus instituciones (recordemos que hace un par de días entregó todo su respaldo a carabineros), con el fin de cooptar las luchas de la diversidad y disidencia lograr pasividad.
Incluso si pudiesen garantizar algunos derechos mínimos, lo cierto es que es ilusorio pensar que eso correspondería a un cambio escrito con fuego en la historia. Las grandes fortunas de los capitalistas se nutren de la desigualdad, de la explotación y opresión, del patriarcado que entrega todo un esquema social totalmente útil a la acumulación de la riqueza por parte de unos pocos en desmedro de las mayorías.
Desde Pan y Rosas pensamos que la unión de la totalidad de la clase obrera para apoyar en la lucha de las personas trans y no binarias es clave. Pues no habrá Salud Trans si es que no se es garantizada la salud como un derecho para todes, así como el derecho a estudiar en un espacio seguro y a educación sexual integral debe ser con enfoque de género y mantenido fuera a la moral de la iglesia.
Es necesario que se levanten casas de acogida para las personas trans y no binaries que estén viviendo violencia y abandono, así como también acompañamiento sicológico. Todo financiado con un impuesto progresivo a las grandes fortunas. Y es apenas un comienzo, es un mínimo dentro de los mínimos que les trans y no binaries deberían tener.
Contra ello las personas trans, artistas drag y demás, así como otres trabajadorxs de la diversidad y disidencia, además de estudiantes debemos formar parte de la vanguardia de la lucha obrera contra la precariedad, la explotación y toda opresión, por la emancipación y liberación de la mayoría social en toda su diversidad. |