Quince años pasaron desde que el cabo de la policía de la provincia de Neuquén, Darío Poblete, disparara una granada de gas lacrimógeno contra el parabrisas trasero del auto en que viajaba el maestro Carlos Fuentealba, provocándole la muerte. El hecho sucedió durante el desalojo de un corte de ruta de las trabajadoras y trabajadores de la educación de Neuquén, el 4 de abril de 2007 en la localidad de Arroyito, y fue ordenado por el entonces gobernador Jorge Sobisch.
A pesar de haber afirmado en esos días “yo di la orden y me hago responsable”, el exgobernador goza de absoluta impunidad y fue candidato en distintas oportunidades. Por el crimen sólo fue condenado Darío Poblete, a cadena perpetua. Es por eso que sigue vigente el reclamo de juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales del crimen.
La jornada comenzó en horas de la mañana en Arroyito, sobre la ruta en la que asesinaron a Fuentealba.
Desde las 18 horas se concentraron miles de personas en el Monumento a San Martín. Trabajadoras y trabajadores de la educación, estatales, obreras y obreros ceramistas, textiles, estudiantes y movimientos sociales recorrieron el centro neuquino.
Desde las seccionales y agrupaciones opositoras de ATEN criticaron a las conducción provincial del gremio y a la dirección de CTERA por no convocar a un paro nacional por cárcel a Sobisch y en apoyo a las huelgas docentes como las de Misiones y Santa Cruz.
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