Los orígenes
Agustín Rodríguez Fuentes nació un 28 de agosto de 1950. Se tituló como Ingeniero Electricista, egresó de la ESIME del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y su trayectoria sindical comenzó a los 22 años como trabajador administrativo en la Facultad de Odontología, durante el estallamiento de la huelga del STEUNAM (compuesto de trabajadores administrativos) que en el año 1972 buscaba el reconocimiento del sindicato.
En este contexto revulsivo, donde las secuelas del movimiento obrero y estudiantil de 1968 estaban presentes y había una enorme influencia de las ideas marxistas, el STEUNAM lograría ─después de la huelga que duró 83 días- la firma del convenio colectivo de trabajo. En 1977 el STEUNAM y el SPAUNAM (formado por académicos) decidieron unificarse y así surgió el STUNAM. Este proceso fue encabezado por militantes de la izquierda mexicana.
Agustín participó como un trabajador de base. Al calor del proceso fundacional del sindicato universitario más importante del país fue elegido delegado para representar a los trabajadores de Odontología.
Una vez lograda la firma del contrato colectivo de trabajo y consolidada la estructura y desarrollo del sindicato, entre 1977 y 1980, fue vocal de la comisión autónoma de escalafón de la organización sindical y de 1980 a 1985 secretario de análisis. Posteriormente, durante un breve periodo en 1991, ocupó la secretaría de deportes.
En 1989 Evaristo Pérez Arreola (el anterior dirigente fundacional del STUNAM) renunció a la secretaría general al convertirse en asesor de Carlos Salinas de Gortari. En el lugar de Pérez Arreola quedó Nicolás Olivos quien se retiró en el año de 1994 (año del alzamiento zapatista). Ese mismo año Agustín Rodríguez ganó las elecciones a la secretaría general.
Nuestro sindicato y los años noventa
El STUNAM tiene orígenes combativos: fue un sindicato que emergió en los años setenta, años de lucha.
Como decimos en esa nota, El STUNAM de los orígenes era un sindicato de administrativos y académicos, combativo, pues se fue a huelga en medio de la Guerra Sucia e internacionalista, porque promovía la lucha contra el imperialismo, democrático sin delegados plenipotenciarios e independiente de los partidos patronales.
El hecho de que el STUNAM haya tenido un carácter democrático y de combatividad en su origen, durante el periodo de la Guerra Sucia en México, no es un dato menor: si bien, la tesis de Fukuyama sobre el “fin de la historia” (1992) era presentada ─por el momento en el que se publica, así como por su contenido- como un ensayo que exponía la supuesta superioridad del capitalismo-neoliberal y las “democracias liberales” a nivel mundial sobre cualquier otra perspectiva ideológica y modelo económico, el nacimiento del neoliberalismo podemos situarlo a principios de la década de los 70’s.
En ese sentido, el neoliberalismo nace con una ofensiva contra la clase trabajadora a nivel internacional que se caracterizó por la liquidación física y persecución de militantes de izquierda y luchadores sociales, así como por procesos de militarización y coordinación de colaboración militar entre los regímenes capitalistas de distintos países.
En América Latina se impulsó a través de la Operación Condor en el Cono Sur (1968-1989), teniendo como caso emblemático la instauración del régimen de Augusto Pinochet en Chile a través del golpe de Estado en contra de Salvador Allende. En México además del escenario de la Guerra Sucia se da el inicio de la llamada guerra contra el narco, a través de la versión local de la Operación Condor (1975-1976) implementada en las zonas serranas de Sinaloa, Durango, Sonora y Chihuahua.
Por haber nacido con ese carácter combativo y democrático en un momento tan difícil para la clase trabajadora, podemos decir que el nacimiento del STUNAM es un hito del sindicalismo en México.
El país cambió muchísimo en tan solo dos décadas. Con la caída de la URSS, la idea del fin de la historia como triunfante después de la “guerra fría” permitió una ofensiva contra las organizaciones obreras.
Un ejemplo clave es el movimiento de la Ford en Cuautitlán Izcalli: ahí fue asesinado el trabajador Cleto Urbina. La ofensiva del capital contra el trabajo llegó a todos los rincones de las ramas laborales; la flexibilización laboral, se hizo la regla.
Agustín Rodríguez Fuentes fue electo en 1994 heredero del sindicalismo democrático e independiente y una enorme estructura sindical. Representó al STUNAM en tiempos de ofensiva neoliberal, y sin embargo nuestro sindicato se corporativizó: se hizo un sindicato pasivo a los sucesos más importantes del país.
Agustín Rodríguez fue el dirigente de un sindicato con orígenes combativos pero que en los tiempos de hegemonía neoliberal (inicios de los 90’s) se convirtió en parte de la dirección burocrática que aplicó los ajustes salariales y laborales acorde al modelo neoliberal; a continuación explicaremos algunas de estas razones.
Desafíos para los trabajadores
Con casi tres décadas al frente del sindicato al Ingeniero le tocó ser actor en momentos claves de la política nacional y universitaria.
La histórica huelga estudiantil 1999-2000 que se levantó en la UNAM, rechazando el aumento de cuotas propuesta por el rector Francisco Barnés, como parte de la avanzada para privatizar la universidad. En el propio desarrollo de la huelga, el movimiento planteaba la defensa de la educación pública y gratuita en todos sus niveles y la necesidad de la transformación democrática en la UNAM.
Este proceso abría la posibilidad de soldar una fuerte unidad de trabajadores, estudiantes y académicos que fortaleciera la lucha por transformar de fondo la universidad, plantearse un gobierno tripartito, el cambio de fondo de la ley orgánica y verdaderamente poner a la universidad al servicio de quiénes la hacen posible, es decir al pueblo trabajador.
Esto implicaba un salto político de la huelga. La dirección del sindicato encabezada por Agustín Rodríguez se negó a esta perspectiva de unidad y lucha, más allá de los posicionamientos, solidaridad y apoyos formales, la dirección mantuvo la postura de no intervención. Sin embargo, la base trabajadora en distintas facultades, dependencias e institutos se integraron a las guardias y se solidarizaron de manera activa a la pelea de los estudiantes; huelga que terminó siendo reprimida con la entrada de la policía federal al campus universitario el día 6 de febrero del año 2000.
La reforma a la ley del ISSSTE en el año 2007 fue sin duda un punto de inflexión en la preservación de la base trabajadora y sus conquistas expresadas en el contrato colectivo de trabajo, que significo un duro ataque para los trabajadores presentes y futuros del STUNAM; la reforma implicó que se terminaría el derecho a una jubilación y pensión digna. Estas reformas se aprobaron de manera mayoritaria dentro del congreso de la unión.
La estrategia de la dirección del sindicato fue apostarle al cabildeo legislativo de una tibia oposición de algunos legisladores y que devino en una propuesta limitada como los amparos legales, pero que no daba cuenta de un plan de movilización que permitiera que el STUNAM encabezara la lucha con el conjunto de los trabajadores de otros sindicatos que estaban manifestándose en contra.
En un momento en donde el descontento de la base trabajadora ante la propuesta de ley rebaso a la dirección sindical e impuso un paro el día 2 de mayo del año 2007 mostrando así su disposición a luchar, pero la dirección sindical, incluso la propia oposición no fue capaz de romper una inercia de desmovilización y nula combatividad que hubiera puesto al sindicato en una mejor relación de fuerzas para enfrentar los ataques que se han ido recrudeciendo en todos estos años.
La dirección del sindicato en tiempos de ofensiva neoliberal fue un garante de que la organización sindical se acomodara a estas nuevas condiciones. Por medio de la despolitización de la base trabajadora, al no promover formación de cuadros políticos, acotar y controlar la democracia sindical haciendo modificaciones importantes en los estatutos como la creación de los delegados plenipotenciarios, y por los vínculos políticos del secretario general con partidos como el PRD. Además este reacomodo no podría entenderse si no fuera por los vínculos de compadrazgo con las autoridades universitarias, esta es la vía por la que se expresa fuertemente la subordinación de la organización sindical a los intereses del estado.
En función de todo eso es que ha sido conveniente y se ha configurado a modo que la base trabajadora este atomizada. Las nuevas generaciones, jóvenes muchos de ellos que no vivieron las grandes gestas del sindicato y que han transitado a través de las medidas clientelares y corporativas en la cotidianidad del trabajo desde el control que tiene la dirección sindical para la contratación ha permitido que tengan una baja participación política.
Ante esto es una tarea muy necesaria hacer síntesis entre la tradición de lucha que fundó nuestro sindicato y la necesidad de forjar una nueva tradición con lo más combativo y clasista de las viejas generaciones y con las jóvenes generaciones.
Hoy que se encuentran en curso las campañas electorales para elegir el nuevo secretario General del STUNAM pensamos que es necesario poner a discusión las condiciones actuales en las que se encuentra la organización sindical.
Consideramos que el STUNAM es una pieza fundamental en la lucha para defender el carácter público gratuito y democrático de la universidad al servicio de los trabajadores que viene de la mano de la conservación de una organización sindical que luche por la unidad con los académicos y retome sus demandas por estabilidad laboral y luchar por preservar las conquistas y derechos para sus agremiados y por mejorar las condiciones de vida de sus trabajadorxs. Por ejemplo, luchando por un aumento salarial acorde a la canasta básica impactaría también en el conjunto del gremio universitario que viene fuertemente golpeado por décadas de gobiernos que vieron en la educación un botín de mercantilización y ganancias y no un derecho a garantizar para las mayorías.
También porque en medio de la carestía de la vida y de la crisis que profundizó la pandemia, organizar a los más de 30 mil trabajadorxs que integran el gremio es una fuerza invaluable para frenar los ataques actual frente a los proyectos extractivos, contra la militarización y poner un alto la violencia machista, así como pelear junto a nuestros compañerxs de clase en lucha porque sus demandas sean resueltas, por ejemplo, las compañeras, principalmente, que sostienen la huelga de Sutnotimex.
Estas no son las únicas batallas que tiene que librar nuestro sindicato y la base trabajadora que le da cuerpo y vida, es fundamental que se combata la burocratización de nuestra organización. |