Hace unos días se dio a conocer la noticia de la detención de Roberto Clavero, ex presidente de la Cooperativa Cemdo de Villa Dolores y funcionario político del PJ regional, por abuso sexual a su hijastra.
Como ya informamos en este medio, hay muchas cuestiones a destacar en este caso. En primer lugar, la denuncia había sido realizada en el año 2005. En ese momento la justicia no investigó y la dejó guardada en un cajón. ¿Qué es, sino un claro guiño de connivencia entre el poder político y judicial? Clavero estaba íntimamente ligado al poder político, funcionario del PJ, y dirigente del PJ regional, ocupó el cargo de Dirección de Municipios y Comunas del Gobierno de Córdoba.
¿Cómo actúa la Justicia?
¿Sólo una persona puede archivar una causa de tal envergadura que implica a funcionarios públicos? El denunciado no sólo ocupó en su momento cargos importantes dentro de la política sino que siguió estando al frente de diferentes organismos. A saber: es parte de la Agrupación Lealtad, en el Partido Peronista de Traslasierra, ocupaba el cargo de secretario gremial del Sindicato de Empleados de Comercio y además dirigía la obra social Osecac, fue hasta el momento de su detención el presidente de Cemdo, Cooperativa de Servicios de Villa Dolores. Un personaje ligado al poder político, a la burocracia sindical y además al poder empresarial, respaldado y cubierto por dichos títulos.
La zona está convulsionada y la sociedad de Traslasierra decidió salir a la calle. El único lugar donde pueden hacer oír sus demandas. Es evidente que hay personas en la región que tienen privilegios y esos privilegios son de clase. Si bien desde aquel 2005 es un secreto a voces, hoy la denuncia viene acompañada de una gran movilización que expone a la Justicia patriarcal y encubridora. Es en la calle donde se hizo sentir el reclamo. Una justicia de clase, que muestra que quiénes tienen poder político y económico no están bajo la lupa.
La movilización contó con la presencia de familiares de Antonella, vecinos, organizaciones sociales y políticas, además familiares de otras víctimas de violencia de género y la familia de Nadia, una joven que fue encontrada sin vida en la casa de un conocido empresario agropecuario de la localidad de Villa Dolores. Su familia pide justicia para que se esclarezca su muerte. Esta movilización tuvo una clara impronta contra la justicia y el poder político.
Marchamos en las plazas, gritamos Justicia! ¿Cómo conquistarla?
La detención de Roberto Clavero fue una conquista de la movilización de cientos en las calles transerranas, que salieron a expresar la bronca que crece ante la impunidad cada vez más visible.
Hoy comienza a emerger en Traslasierra lo que escuchamos por lo bajo… “Acá tapan todo”, “cajonean”, “se acomodan ellos”, “si tenes plata y poder, tenés justicia… si sos trabajador o pobre…no te atienden". En las calles se empezó a escuchar que la justicia es de privilegio de casta para algunos y no para las grandes mayorías.
Claro que es así. Con funcionarios, jueces, fiscales que ganan dietas altísimas cuando la mayoría no llega a fin de mes. Son intocables y vitalicios en sus cargos, gozan de privilegios como por ejemplo no pagar ganancias o cobrar el 82% de jubilación. Su realidad no tiene que ver con las del pueblo trabajador, por eso es urgente que cambien esas condiciones. Con esos privilegios lejos están de entender lo que vive cualquier trabajador.
Quienes se animan a denunciar, lo hacen sin asistencia, sin acompañamiento, sin recursos económicos, teniendo que volver al lugar en el que padecen la violencia machista. Golpean puertas que no se abren, muchas secretarías de género y feminismos de oficina que no dan respuesta, son medidas de maquillajes porque carecen de presupuestos reales para combatir la violencia de género. Aún se sigue exigiendo la ley de emergencia contra la violencia machista tan urgente y necesaria.
Ante esta situación que se repite diariamente, donde el accionar de la Justicia termina siendo de castas…es necesario que jueces y fiscales sean elegidos por voto popular, que se termine con los privilegios de esa casta que vive muy alejada de la existencia cotidiana, que se implementen los juicios por jurados, que los salarios de los jueces sea el mismo que el que cobra el promedio de los trabajadores.
Las víctimas de violencia de género aumentan en el Valle de Traslasierra al igual que en el resto de la provincia, es un flagelo que no deja de crecer. Mujeres desaparecidas que no se buscan, infancias abusadas que se silencian, madres que buscan justicia por sus hijas e hijos y son ignoradas y revictimizadas de manera constante de parte del Estado.
Al igual que en su momento lo demostró la marea verde en las calles, las demandas que faltan serán conquistadas en las calles, en cada marcha cada vez más masiva, menos invisible, junto a los sectores en lucha. Es allí donde se hace sentir la fuerza porque a lo largo de estos años quedó demostrado que los derechos no se mendigan sino que se conquistan y es posible con la organización y la movilización. |