A partir de las últimas clases de este curso, los edificios abrirían de 8 a 15h, las bibliotecas cerrarían a las 17h en plena temporada de exámenes, y para el curso siguiente ya sólo abriría de 8 a 17h. ¿Qué sucede con el turno de tarde para ir a clase o estudiar, al que va buena parte de les estudiantes que trabajan en horario de mañana? ¿Qué sucede con los puestos de trabajo de todo tipo que esta decisión implica eliminar? Nos imaginamos que forman parte del recorte de 3 millones de euros que la Universidad de Zaragoza llama sobrecostes, mientras sigue cobrando tasas que dejan sin poder estudiar a gran parte de la juventud y la clase trabajadora.
¿La justificación? “La contención del gasto económico en energía que se está produciendo debido al fuerte incremento del precio de la electricidad y del gas en estos últimos meses y en las previsiones de los expertos para este año. No cabe otro propósito que el de reducir el consumo de forma drástica”, declaran.
En esa misma lógica iba el fin de la calefacción, que llegó en marzo. De todas maneras, es una declaración más que una justificación, ya que llega por parte del Consejo de Dirección de la Universidad de Zaragoza a modo de Plan Urgente de Medidas. Una muestra más de que las universidades funcionan realmente de forma ajena a toda democracia interna, controladas por la casta universitaria, representantes de la patronal, la banca y los ayuntamientos.
Tal y como explican Ana y Lorién, de Contracorriente, "estamos en las primeras asambleas por facultad, que ya han comenzado a organizarse y proponer acciones que puedan agrupar a estudiantes, PAS y profesorado, como en la Facultad de Ciencias Sociales, contra una medida que afecta tanto a estudiantes como a trabajadores y que básicamente es un paso más en la política de recortes y precarización de la universidad, esta vez ligada a la subida histórica de la luz y el gas".
Estas medidas hay entenderlas como toda una política neoliberal que se aplica en la Universidad de Zaragoza, pero que sigue la misma lógica del Gobierno estatal de PSOE y Unidas Podemos, aumentando de forma obscena el presupuesto militar y negándose a cuestionar ni un ápice los intereses y beneficios milmillonarios de las grandes empresas energéticas. La denuncia de este ataque va mucho más allá de horarios, bibliotecas y calefacción. Se trata de decir bien alto que no vamos a pagar las crisis y guerras de los capitalistas, contra los gobiernos de la Universidad, Aragón y el Estado español, que se comportan como fieles sirvientes de las eléctricas tanto bajo la derecha, como bajo los gobiernos que se dicen progresistas.
Con una escalada de los precios de los carburantes y de la energía que está siendo un auténtico tsunami en la línea de flotación para los niveles de vida esenciales del conjunto de amplias capas de la población, con precios que se están duplicando o incluso triplicando. Y, mientras la población en riesgo de pobreza o que está alcanzando niveles de umbrales de récord, de nuevo el Gobierno de PSOE-UP no impedirá los desahucios, ni los despidos, ni atenderá las profundas necesidades sociales. Tampoco atacará los enormes beneficios empresariales del sector eléctrico, con 200.000 millones de beneficios extraordinarios por la escalada de los precios. Ni mucho menos se plantea subir los impuestos a las grandes fortunas ni a las empresas del IBEX 35. Tampoco harán nada parecido las universidades, gobernadas por una casta de empresarios y sus sirvientes en los rectorados.
Pero además, no olvidemos que gran parte de los oligopolios y grandes empresas que se enriquecen con el negocio de la guerra están presentes en las universidades públicas. El BBVA, Banco Santander, Acciona y otros grandes bancos y empresas tienen inversiones milmillonarias en la industria armamentística y están aumentando sus beneficios al calor de la guerra y el rearme imperialista. En el caso de la Universidad de Zaragoza además existe un convenio con el Ministerio de Defensa para el CUD Centro Universitario de la Defensa. También son algunas de las principales empresas que controlan las universidades, lo que se investiga, lo que se estudia, lo que se cobra, lo que se gasta, desde sus Consejos Sociales y sus relaciones con la casta universitaria.
Con este doble objetivo, luchar por una universidad que fomente el espíritu crítico y esté al servicio de la transformación social en vez de a los pies de las empresas con beneficios manchados de sangre, e impulsar un movimiento contra la invasión rusa y la intervención imperialista de la OTAN, de la UE y del propio gobierno español que manda armas a Ucrania, tenemos que organizarnos.
Las asociaciones y agrupaciones estudiantiles tenemos que dar un paso adelante y organizar movilizaciones en nuestros centros de estudio contra la guerra, y trabajar para construir una gran huelga donde podamos confluir con otros sectores de trabajadores y movimientos contra esta guerra.
Te invitamos a sumarte al encuentro estatal de Contracorriente y Pan y Rosas en Madrid el próximo 14 de mayo para discutir sobre todo esto y pensar cómo continuar la lucha construyendo una gran juventud feminista, antiimperialista, anticapitalista y revolucionaria contra la guerra, el rearme imperialista y la crisis capitalista.
Te puede interesar: ENCUENTRO JUVENIL 14M: Por una juventud revolucionaria en pie de lucha contra la guerra, el rearme imperialista y la crisis capitalista
|