Las y los trabajadores de la salud lo han dado todo estos años de pandemia para atender a la población, y a pesar de que hoy el nivel de la crisis sanitaria no esté al mismo nivel de gravedad que durante el 2020-2021, esto no quiere decir que la pandemia haya terminado, lo que hace que la exigencia laboral se mantenga y eso sumado a todo el trabajo previo a la crisis sanitaria en el que los y las trabajadores venían reclamando falta de personal, de insumos y sobrecarga laboral, lo que se vio agravado por la pandemia.
El Hospital Sótero del Río es uno de los centros asistenciales que recibe a parte importante de la población de la zona sur de la región Metropolitana, de la comuna de Puente Alto, La Florida y la Pintana por ejemplo. Por lo que al despedir a trabajadores no significa que esté disminuyendo la carga laboral sino que ese trabajo es asumido obligatoriamente por la gente que se mantiene trabajando.
A finales del mes de septiembre del año pasado ya el gobierno del ex presidente Sebastián Piñera anunciaba el despido de alrededor de 18.000 trabajadores de la salud a nivel nacional al dar por finalizado el Estado de Excepción, significando esto el despido de 400 trabajadores del Hospital Sótero del Río. Esta medida generó la movilización de cientos de trabajadores en el centro hospitalario, puesto que la crisis pandémica no había terminado, las listas de espera de los usuarios por enfermedades no COVID-19 había alcanzado los índices más altos en años y la sobrecarga y agobio laboral estaba enfermando a la primera línea de la pandemia. Hoy con el gobierno de Gabriel Boric y su ministra de Salud María Begoña Yarza los despidos no se detienen.
En entrevista con trabajadoras despedidas nos comentan:
“Nosotras salimos sin nada, sin ni un peso, sin aviso previo y solo por que la dirección del hospital dice que nuestra salud es incompatible, cosa que la contraloría resolvió que no es así. Y emitió la orden de reincorporarnos, cosa que el hospital no ha respetado.”
“Queremos volver con la frente en alto, quienes deben irse son las jefaturas de servicio y el director del hospital Gonzalo Menchaca Olivares, ya que son totalmente incompetentes ya que ni siquiera se preocupan por ver los casos, la historia de vida, la trayectoria funcionaria de las personas que están despidiendo. Por eso este caballero ha hecho demasiado daño y él sigue ahí como si nada en su cargo, gente así no puede dirigir una institución que trabaja con la salud de las personas.”
“No cuidan a los trabajadores, no nos dan las condiciones para poder desempeñar bien nuestro trabajo y después nos piden que hagamos maravillas. Han despedido a gente con muchos problemas familiares, funcionarios que se les han muerto hijos y eso a nadie le importó. Además la ACHS ni siquiera reconoce nuestros problemas de salud como enfermedades profesionales, siendo que nuestros problemas se derivan directamente por nuestras funciones en el trabajo ¿Por qué no podemos frenar esto? Es simplemente abuso de poder, para las jefaturas solo somos un número más.”
“A nosotras nos echaron por defender nuestros derechos, ellos quieren que no reclamemos nada, yo me movilice a mi turno ya que en plena pandemia no nos daban mascarillas, nosotros defendimos lo que correspondía, nuestros derechos. Ante lo cual la jefatura respondió que “teníamos que aprender a quedarnos calladas y agachar el moño”. Lo cual es absolutamente impresentable, una falta de respeto con nuestro trabajo y con los pacientes. A ellos les gusta que una se quede callada solamente y que asumamos, pero la cosa no puede ser así.”
La denuncia que hacen las trabajadoras, apunta a despidos a quienes se han movilizado y sacado la voz, buscan desarticular la organización de las y los trabajadores, en un momento donde se han visto realmente sobre pasados. Son años de sostener un sistema publico precario, que con pandemia se ha profundizado
“Tenemos compañeras que fueron despedidas estando con licencia, lo cual las ha perjudicado psicológicamente. Al perder mi fuente laboral no pude continuar pagando mi arriendo, ahora estoy de allegada, tengo 3 hijos y tengo que sacarlos adelante. No tenemos indemnización, ni seguro de cesantía por ser empleadas públicas, y más encima luego de ser despedida no pude recuperarme de la operación de un brazo y quede secuelada de COVID-19 reconocida como enfermedad profesional.”
Las funcionarias despedidas denuncian al director del hospital quién comprometió al inicio de la pandemia que no habrían despidos, lo cual no cumplió.
"él a muchos de nosotros nos aseguró que no seríamos despedidos, incluso lo dijo enfrente de los dirigentes". Denuncia una trabajadora en su relato "actúa como empresario de la salud" sentenció.
Agrega además que existe discriminación de género en los despidos, el director "no reconoce las enfermedades laborales, y nos achacan nuestras enfermedades a que “somos dueñas de casa” lo cual es absolutamente discriminatorio. Lo cual desde nuestra visión, esto está rallando en un problema de género, ya que la mayoría de las personas despedidas son mujeres y eso no es justo. Discriminan a las mujeres que han tenido problemas por no tener con quien dejar a sus hijos, eso es discriminación de género.”
Las dificultades para las mujeres trabajadoras son mayores, en un sistema que no asegura sala cunas para todas, permisos especiales a quienes tienen bebés o niñxs, la mayor sobrecarga la llevan las mujeres, donde el 80% de quienes trabajan en salud son justamente mujeres.
“No entienden nuestra carga laboral, nosotras nos llevamos el trabajo más pesado con los pacientes, tenemos buenas evaluaciones, con jornadas extenuantes con turnos de 24 horas y eso ninguna jefatura lo valora ni reconoce. Entonces en vez de ayudar a los trabajadores solo buscan perjudicarnos para poner a gente amiga de las jefaturas en nuestros puestos.”
“En otros hospitales no hay ningún despido y supuestamente la Fenats tiene mucho peso, pero no sabemos qué pasó, no sabemos qué ha pasado con los dirigentes de acá. Aquí se debería haber hecho un movimiento para evitar esto, los dirigentes debieron haber hecho bulla por nosotros, pero lamentablemente en la mayoría de los casos se ha dejado pasar todo esto, han sido pocos casos a los que han apoyado. Falta alguien que nos oriente bien en términos legales y que la gente reclame más su derechos. Además hace mucho tiempo que no se hacen asambleas para tratar estos problemas colectivamente.”
Los trabajadores de la salud necesitan estabilidad laboral, aumentos de sueldo y más contrataciones para ofrecer una mejor atención a todas y todos los usuarios de la salud pública. Es necesario acabar con la precarización y la inestabilidad laboral, para poner fin a la sobrecarga laboral repartiendo las horas de trabajo con ocupados y desocupados. Fin al autoritarismo y los abusos sistemáticos de las direcciones de los hospitales. Es necesario levantar asambleas de bases en cada lugar de trabajo para que los cambios estructurales vengan de la mano de los trabajadores!¡Nuestra vidas valen más que sus ganancias! |