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31 de enero de 2025 Twitter Faceboock

Contra la deshistorización oficial
¿Por qué el gobierno de México quiere reivindicar la vida y obra de José Revueltas?
Juan Castellanos

Andrés Manuel López Obrador en las Islas Marías grabó un mensaje en video. En él habla sobre José Revueltas.

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El Presidente de México en las Islas Marías anunció que el Centro de Educación Ambiental y Cultural “Muros de Agua-José Revueltas” está a tres meses de su inauguración. “Las Islas Marías antes eran una cárcel para los opositores” sostiene el presidente en su mensaje. En dicha cárcel José Revueltas fue preso en un par de ocasiones.

La cárcel es uno de los personajes centrales en la obra de Revueltas: El apando y Los Muros de Agua son parte del canon de la literatura mexicana. Andrés Manuel López Obrador en su video recomendó leer a José Revueltas y habló de Ensayo sobre un proletariado sin cabeza.

En el video el presidente narró como uno de sus simpatizantes le regaló el Ensayo y termina sentenciando “hoy el proletariado ya tiene cabeza”. Esta frase es profundamente significativa: se trata de una apropiación de la vida y obra de José Revueltas y al mismo tiempo quiere hacernos creer que la 4T es la nueva dirección del proletariado que no tenía cabeza. ¿Por qué el gobierno de México quiere reivindicar la vida y obra de José Revueltas?

Revueltas: sus estancias en la cárcel

José Revueltas fue detenido por primera ocasión en 1929. Tenía 14. Venía del pequeño poblado de Santiago de Papasquiaro, Durango. Colocó la bandera de la URSS en el Zócalo de la Ciudad de México. Fue liberado rapidamente porque era menor de edad. En 1932 fue detenido por repartir propaganda comunista y enviado a las Islas Marías: de nuevo lo liberaron por no alcanzar los 18 años.

En 1934 fue detenido de nuevo y pasó 9 meses en prisión: de nuevo en las Islas Marías. Fue liberado en 1935 en febrero. 33 años después volvió a ser detenido por incitar a la “rebelión estudiantil”. Lo llamaron “filósofo de la destrucción” y por el movimiento estudiantil fue enjuiciado a 16 años en Lecumberri. En 1971 salió libre bajo palabra: tan sólo unos días antes del Halconazo.

A contracorriente de todos los caminos

José Revueltas fue humillado y ofendido por casi toda la izquierda mexicana de su tiempo, dicha izquierda estaba encolumnada con el estalinismo. Sus principales interlocutores: los estudiantes de 1968 que religiosamente le llevaban su botella de charanda al auditorio de FFyL antes de Octubre, los escritores de la “onda” como José Agustín y los infrarrealistas con Alcira Soust Sccaffo, Roberto Bolaño y Mario Santiago “Papasquiaro” al frente.

El Partido Comunista lo expulsó por su crítica al dogmatismo estalinista, también fue expulsado de la nueva organización que el mismo fundó la Liga Leninista Espartaco, tuvo simpatías por aspectos del pensamiento de Trotsky y por el autonomismo luxemburguista.

Lo describe bien Hector Manjarrez:

“el hereje, el dogmático, el estalinista, el cuasi trotskista; el preso reincidente, el sartreano, el puritano, el voraz bebedor; el cien veces expulsado y readmitido y escindido de las sectas de la izquierda; el dostoievskiano, el santo, el adolescente eterno, el espartaquista; el que cargó desde la pubertad la cruz de la culpa y pregonó la esperanza del socialismo y vio flaquear su fe con los Procesos de Moscú y los campos de Stalin y las invasiones a Hungría y Checoslovaquia y la dogmatización de Cuba y la estulticia de los comunistas mexicanos -y siguió creyendo en la esperanza, aunque es cierto que en tonos cada vez más y más apocalípticos-: el atormentado; el mexicano hasta la pared de enfrente, y de regreso; el profeta sin pueblo; el contradictorio, el autogestionario, el incomprendido, el incomprensible, el cursi, el iluminado, el loco, el táctico, el agitador, el extraviado, el sin embargo lúcido, el sin embargo necio, el genial, el mediocre.” José Revueltas era sin duda un comunista a contra corriente de todos los caminos.

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Ensayo sobre un proletariado sin cabeza

Revueltas era un indómito. En sus tiempos lo querían pocos. Básicamente sus camaradas lo obligaron a retractarse muchas veces y su militancia era más brillante, como las estrellas, en solitario, pues fue expulsado de todas las organizaciones en las que militó. Su obra magnífica, melancólica, lo hace uno de los más prolíficos intelectuales marxistas de la segunda mitad del siglo XX. Su marxismo no fue de escritorios diciendo qué debían hacer los demás: pasó persecución y cárcel. Además escribía como los grandes: como los comunistas, con el corazón. No era libresco simplemente estaba cercano a los jóvenes y a las y los trabajadores.

Ensayo sobre un proletariado sin cabeza es uno de los libros marxistas más importantes escrito en México en el Siglo XX: un ensayo de análisis de la historia de la revolución y posrevolución mexicana.

Destacamos dos ideas claves. Primero: el Partido Comunista nunca existió como vanguardia de la clase proletaria en México, por ese motivo no existía cabeza en la clase obrera mexicana. El PCM era inexistente porque reproducía la enajenación ideológica de la Revolución Mexicana. La estrategia del PCM era la de dar continuidad a la “Revolución de 1910”: no se trataba de defender la independencia de clase sino de empujar al nacionalismo revolucionario a dar continuidad a una revolución que ya había sido interrumpida. Se trata de que la inmensa clase obrera mexicana no logró romper con la consciencia burguesa de la revolución mexicana y el PCM colaboró en este narcótico ideologema mediatizando la posibilidad de que el proletariado pudiera convertirse en una clase dirigente y hegemónica de una revolución.

En segundo lugar Ensayo defiende la idea de que para una próxima revolución se requiere de un “verdadero partido de la clase obrera” que no permita que los intereses de clase sean entregados en charola de plata a cualquier variante de la burguesía. Se trata para Revueltas de volver a la construcción de círculos, de la integración de la teoría marxista con la clase obrera: se trata de seguir los ejemplos del Partido Liberal Mexicano de los hermanos Flores Magón.

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Siempre en el banquillo de los acusados

La pretensión de la 4 Transformación al hacer un “homenaje” a la vida y obra de José Revueltas tiene un claro objetivo político y simbólico. No es la primera ocasión que se ha intentado que los pensadores y militantes revolucionarios se conviertan en símbolos inofensivos, estatuas solemnes y o figuras de bronce congeladas. Vladimir Lenin explicó como en los inicios del Siglo XX la socialdemocracia alemana intentó hacer de la figura de Karl Marx una estatua vacía de sentido y carente de todo filo revolucionario, así lo planteó en Estado y la Revolución:

“Ocurre hoy con la doctrina de Marx lo que ha solido ocurrir en la historia repetidas veces con las doctrinas de los pensadores revolucionarios y de los jefes de las clases oprimidas en su lucha por la liberación. En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para "consolar" y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola”

La mejor forma de matar, de sepultar y enterrar el legado revolucionario de José Revueltas desde el punto de vista de la 4 Transformación es convertirlo en un ícono inofensivo. Se trata de una maniobra cultural y simbólica del gobierno de AMLO: apropiarse del pensamiento de la izquierda anticapitalista o radical para justificar una política moderada y reformista. Es una forma de echar tierra con una pala y enterrar el pensamiento y vida de Revueltas por otros medios: la veneración icónica desde la oficialidad.

Las ideas de José Revueltas son incompatibles con lo que está sucediendo en México. El gobierno de López Obrador está muy lejos de representar una “nueva revolución” en México como proponía “Pepe”.

Los acuerdos en materia migratoria del gobierno de la 4T con los Estados Unidos (que convierten a la Guardia Nacional en una Border Patroll), la continuidad de la política extractivista y la construcción de megaproyectos contra las comunidades indígenas (por ejemplo, el Tran Maya), la militarización del país con una nueva y reforzada Guardia Nacional (en tiempos en los que el ejército desencadenó una crisis histórica de derechos humanos en el país) así como la impunidad escandalosa que hasta hoy persiste en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa son tan solo una muestra de si Revueltas viviera con la 4T no anduviera. ¡Ay José, pero que Revueltas siguen las cosas¡

 
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