Los costos de la vida han aumentado este último tiempo de manera progresiva, con una inflación que ya llega casi a los 10 puntos anuales, los precios de los alimentos, la luz, el agua, los combustibles y todo producto básico para vivir están por las nubes, mientras los sueldos se mantienen en el mínimo, no superando los $350.000.
El gobierno de Boric sigue sin dar una solución real al problema de la inflación, con una propuesta miserable de aumento del salario mínimo a $400.000, aún muy por debajo de la canasta básica familiar, no bastando con esto, se niega rotundamente a que saquemos nuestros fondos de pensiones con el quinto retiro, entregando una alternativa de retiro exclusivamente para pagar las deudas con bancos, salud, casas comerciales, etc, una alternativa a la medida de los empresarios que en nada beneficia al pueblo trabajador y pobre.
¿A quienes más golpea la inflación?
La pobreza según la encuesta casen, el año pasado indicó que subió de un 8.6% a un 10.8%, mientras que la pobreza extrema lo hizo de un 2.3% a un 4.3%. Las mujeres son quienes lideran estos índices, siendo un 12.9% las mujeres entre 20 y 59 años quienes encabezan la tasa de pobreza. Por ende, las más afectadas por el alza indiscriminada de los precios son las familias trabajadoras y pobres encabezadas por mujeres que con su único sustento deben mantener a sus hijos e hijas, costando el doble mantener sus hogares.
8 de cada 10 jefaturas de hogares monoparentales (hogares conformados por la jefatura de hogar sin pareja) son mujeres, recibiendo un sueldo promedio de $287.597. Según el INE.
Otro sector brutalmente golpeado, son las niñas, niños y adolescentes entre 0 a 14 años, quienes representan el 21% de la tasa de pobreza, y generalmente, están a cargo de mujeres jefas de hogar.
Otros factores que influyen en el aumento de la pobreza en las mujeres es la brecha de sueldos en relación a los hombres, siendo las mujeres quienes encabezan el sueldo mínimo. A esto se le suman, las condiciones de trabajo, encabezando los trabajos más precarios como el subcontrato y a honorario, junto con otro factor, y el más común, es la baja participación en el mercado laboral, ya que a diferencia de los hombres son las que tienen más limitaciones para trabajar remuneradas, debiendo optar por el trabajo doméstico, el cuidado de niños y enfermos.
¡Que la crisis no la paguen las y los trabajadores!
Ya basta que quienes paguen los costos de la crisis sean las familias trabajadoras, organicémonos en cada lugar de trabajo y estudio, hagamos una exigencia a los diferentes centrales sindicales, sindicatos y federaciones de estudiantes, poniendo al centro la necesidad de levantar asambleas para poder discutir la alza de los precios que nos golpea a todes, un aumento del sueldo mínimo de $650.000 que supere la línea de la pobreza, levantemos comités de trabajadores y trabajadoras, junto con la población para hacer un control de los precios y exigir la apertura de los libros contables, frenemos el alza de los alimentos y los productos básicos para vivir, basta que sigan precarizando nuestras vidas para salvar los bolsillos a los empresarios.
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