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18 de abril de 2022 Twitter Faceboock

Tribuna abierta
Cannabis medicinal: una historia milenaria resistida por la medicina capitalista
Fabio Ramos

¿Desde cuándo la marihuana, como otras plantas, es considerada “ilegal” por quienes gobiernan? ¿Qué dicen sobre las propiedades únicas del cannabis los antiguos libros medicinales chinos o hebreos? ¿Qué rol cumplieron los laboratorios en la campaña de boicot a las plantas medicinales milenarias? Acá un recorrido histórico sobre los usos terapéuticos y sanadores del cannabis.

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La marihuana no es la panacea. Dicha afirmación ha sido repetida un sinfín de veces por médicos y científicos de todo el mundo. Y es cierto. Pero el ácido acetilsalicílico tampoco. Una droga que nació junto al siglo XX y desplazó a diversos fármacos cuya reputación, entre ellos los preparados con cannabis, gozaban de buena salud. Y merecidamente. El ácido acetilsalicílico no es más ni menos que la aspirina, producto del laboratorio alemán Bayer que hace más de cien años pateó el tablero de los analgésicos y aún sigue vigente. Claro, “si es Bayer es bueno”, reza el slogan.

La aspirina tampoco es la panacea, más allá de que con los años fue sumando propiedades, usos, beneficios. Y vale tomarla como ejemplo para recalcar dos aspectos no menores: el rol de los laboratorios en la prohibición del cannabis y el uso de las plantas para la producción de medicamentos. Porque así como los preparados con cannabis que comercializaban las farmacias contenían materia vegetal, la aspirina fue hecha aislando -y luego sintetizando- salicina, un compuesto de la corteza del sauce blanco.

De hecho los alcaloides tropanos de las plantas solanáceas -como la belladona- son principios activos de otros medicamentos. La lista sigue. Es que la naturaleza puede estar al servicio del ser humano. Sin olvidar jamás su sabiduría, claro está, y con aquel respeto que le han brindado decenas de civilizaciones que hace ya miles de años emplearon sus recursos para su bienestar. Y, sin dudas, el cannabis es una muestra de ello.

Planta medicinal milenaria

No hay forma de saber con qué fin se usó por primera vez el cannabis ni en qué modo fue utilizado. A su vez, los fines rituales, embriagantes y medicinales se entremezclan. Aunque el cannabis fue una de las primeras plantas cultivadas con fines no alimenticios, registros arqueológicos de hace seis mil años evidencian la utilización de fibra de cáñamo en China. En 2013, 2019 y 2020 se encontraron restos de marihuana junto a otras plantas en tumbas de Israel y de países de Asia central, como China.

En cuanto al uso medicinal, la mayor parte de la bibliografía asegura que el registro más antiguo de uso de cannabis como medicina data de 2900 a.C. y proviene de China. El emperador Fu Xi (el primero de los mitológicos tres augustos y los cinco emperadores de la antigua China) habría considerado al cannabis una medicina muy popular que poseía tanto el yin como el yang. Años después, en 2337 a.C., el también emperador mitológico chino Shennong, habría escrito el libro sobre agricultira y plantas medicinales Shénnóng Běn Cǎo Jīng -los investigadores creen que se se trata de una recopilación de tradiciones orales escritas entre los años 300 a.C. y 200 d.C.-. El texto incluye al cannabis, planta que recomieda para el tratamiento del dolor, el resfriado y los trastornos menstruales, entre muchas otras dolencias.

Hace pocos años el botánico chino Li Hui-Lin viajó más allá en el tiempo y, basándose en una reciente investigación llevada a cabo por miembros de la Universidad Libre de Berlín, en Alemania, sugirió que es posible que las semillas de cannabis ya fueran usadas como alimento hace unos diez mil años, por lo que no descarta que quienes las hubiesen consumido no hayan experimentado entonces sus beneficios medicinales.

Respecto al Mediterráneo Occidental, se han encontrado vasijas de barro con restos de cannabis en barcos de guerra cartagineses hundidos durante la I Guerra Púnica. En tanto, diversos autores afirman que en la Roma imperial la marihuana era más costosa que el opio.

En los territorios que van de la antigua Persia a China, el uso del cannabis para uso terapéutico, lúdico y religioso es milenario | Lienzo de Jean-León (1898)
En los territorios que van de la antigua Persia a China, el uso del cannabis para uso terapéutico, lúdico y religioso es milenario | Lienzo de Jean-León (1898)

¿Dónde y cuándo comenzó?

Existen diferentes versiones sobre dónde y cuándo comenzó a usarse el cannabis con fines medicinales. No obstante, se sabe que es una planta que ha sido empleada para tratar la sintomatología de una larga lista de afecciones. La Medicina Tradicional China fue la primera en describir su uso terapéutico al ser incluida en la primera farmacopea de ese país, el Pen-ts’ao Ching (1500 a. C.). El texto dice que la planta es efectiva como tratamiento del dolor reumático y la constipación intestinal, entre otras dolencias. En aquel entonces se utilizaban principalmente las semillas para los tratamientos médicos, sobre todo para buscar su efecto laxante.

Luego del pueblo chino serían los ebreos en 1250 a.C. quienes hicieron uso medicinal del cannabis, aunque en este caso se estaría ante una interpretación de la Biblia. Hay quienes sostienes que el cannabis es uno de los ingredientes del Aceite de la Unción Santa que Moisés preparó a pedido de Dios (Éxodo 30:22-25). Sí hay pruebas de que en la fortaleza Tel Arad del Reino de Judea, emplazada tras la muerte del Rey Salomón -quien reinó cuatro décadas en el siglo X a. C.- hubo marihuana. En 1960 se encontraron objetos de culto y dos altares de piedra con un cúmulo negro de material orgánico, cuidadosamente puesto en cada uno de ellos. Décadas más tarde un análisis químico del material vegetal reveló la presencia de cannabinoides.

Posteriormente las civilizaciones más poderosas e infuyentes usaron marihuana como de modo terapéutico. De acuerdo a las evidencias científicas, estos son los ejemplos más emblemáticos.

  •  Antiguo Egipto (1200 a.C.): empleaban cannabis para tratar glaucomas e inflamaciones y para realizar enemas.
  •  India (1000 a.C.): preparaban una bebida con leche y cannabis denominada bhang. Se usaba como anestésico y antiflemático, entre otras dolencias. Además era utilizado para acelerar la mente, prolongar la vida, mejorar el juicio, reducir la fiebre, inducir el sueño y curar la disentería.
  •  Medio Oriente (700 a. C): uno de los volúmenes del Zend-Avesta, antiguo texto religioso persa escrito por el profeta Zaratustra alrededor del siglo VII a.C., menciona al cannabis como la planta medicinal más importante entre una lista de diez mil plantas. El texto además menciona al bangh como una preparación a base de hojas y cálices de plantas de cannabis que puede ser fumado, ingerido, masticado o utilizarse para hacer infusiones.
  •  Antigua Grecia (200 a. C): la marihuana se utilizaba para tratar el dolor de oído, los edemas y la inflamación.
  •  China (siglo I): Una recopilación de antiguos usos y recetas recomienda el cannabis para combatir los síntomas de más de cien dolencias como la gota, el reumatismo y la malaria. Ya en el año 200 el cirujano Hua Too empleó una mezcla de resina de cannabis y vino como anestésico, denominada ma-yo.
  •  Imperio Romano (70 d.C.): en su libro titulado De Materia Medica el griego Dioscórides narra que la planta de cannabis se utilizó en la fabricación de cuerdas y en la producción de un jugo que se empleó para tratar el dolor de oído.
  •  Pueblo árabe (800 d.C.): durante la época romana, el cannabis se usaba con fines medicinales en todo el pueblo árabe. Se aplicaba como analgésico (principalmente para tratar migrañas), como anestésico y para tratar la sífilis.
  •  Europa (Edad Media): En muchos países del continente europeo se usó cannabis con fines medicinales desde la Edad Media hasta el siglo XX. Se empleó para tratar una larga lista de afecciones, principalmente los dolores y las inflamaciones. En el siglo XI el cannabis formaba parte del botiquín de la mayor parte de herbolarios. De hecho, William Turner, naturalista considerado el primer botánico inglés, elogia las propiedades medicinales de la planta en su libro New Herball, publicado en 1538.

    Pese a la extensa tradición del uso medicinal en China, fue en India donde tomó mayor relevancia. Las propiedades medicinales del cannabis son descritas en el libro Súsruta-samjita, del cirujano Súsruta (se estima que vivió en el siglo V a.C. o III a.C.), que junto al libro Cháraka-samjita, del médico Charaka, fundaron la medicina ayurveda. Además de los usos ya mencionados, los autores destacan la propiedad del cannabis para el tratamiento de la lepra.

    “Animarse exposición a las drogas”; “Culpa Horror Desesperación”; “Hierba con raíces en el infierno”; “Miseria”; “Orgías raras, fiestas salvajes pasiones desatadas”; “Humo que se mete en los ojos de los jóvenes”; “Qué sucede en las fiestas de marihuana”; “No se recomienda a niños”; “Lujuria, crimen, odio, culpa, desesperación, pena” | Publicidad en diarios de Estados Unidos | Fuente The Connoisseur's Handbook of Marijuana (1971), libro de William Daniel Drake Jr.
    “Animarse exposición a las drogas”; “Culpa Horror Desesperación”; “Hierba con raíces en el infierno”; “Miseria”; “Orgías raras, fiestas salvajes pasiones desatadas”; “Humo que se mete en los ojos de los jóvenes”; “Qué sucede en las fiestas de marihuana”; “No se recomienda a niños”; “Lujuria, crimen, odio, culpa, desesperación, pena” | Publicidad en diarios de Estados Unidos | Fuente The Connoisseur’s Handbook of Marijuana (1971), libro de William Daniel Drake Jr.

    Prohibición

    Como ocurrió con tantas otras plantas medicinales o empleadas para rituales, los colonizadores europeos se ocuparon de prohibir usos y ceremonias ancestrales. Ocurrió en toda América, en África, en Asia.

    El primer paso hacia la prohibición fue dado por los británicos. En 1798 el Parlamento británico impuso un impuesto en sus colonias indias para quienes emplearan cannabis en cualquiera de sus formas y fines, para reducir su uso. El argumento fue mantener la buena salud y la cordura de los nativos. La marihuana crecía de forma silvestre por todo el país y, como hemos mencionado, el cannabis era una planta muy empleada en la cultura de India, ya que formaba parte de su medicina tradicional y ayurvédica.

    Mientras tanto, otras fuerzas colonizadoras aprovecharon las bondades del cannabis. En 1799 las tropas de Napoleón invadieron Egipto y llevaron marihuana a Francia. Muchos médicos franceses mostraron su interés por las propiedades de la planta. Tal vez el ejemplo más emblemático de ello sea el trabajo del psiquiatra J. Moreau de Tours, quien alrededor de 1840, obsesionado por los efectos en el sistema nervioso central de ciertas sustancias psicoactivas, enfocó su lente sobre el uso medicinal de la marihuana.

    Durante algunos años De Tours llevó adelante investigaciones en el hospital psiquiátrico de Bicètre. Sus experiencias fueron volcadas en su libro Del hachís y de la alienación mental, texto que destaca los beneficios medicinales del cannabis y que hasta la actualidad es utilizado en estudios sobre salud mental.

    Las aguas se dividían y los estudios científicos se sucedían. Un hito sumamente importante del siglo XIX fue la inclusión del cannabis en la farmacopea de Estados Unidos, que afirmaba que la marihuana era eficaz como tratamiento para numerosas afecciones, entre ellas la neuralgia, el tétanos, el tifus, el cólera, la rabia, la disentería, el ántrax, dependencia al alcohol y a los opiáceos, lepra, incontinencia, gota, trastornos convulsivos, amigdalitis, locura, sangrado menstrual excesivo y sangrado uterino. Durante la guerra civil norteamericana la marihuana fue el analgésico más empelado por las tropas yanquis, hasta la introducción de la morfina inyectable a finales de 1863.

    El auge del cannabis medicinal crecía en todo el mundo. Entre 1840 y 1900 se publicaron más de cien artículos científicos que recomendaban la planta para el tratamiento de diferentes afecciones de salud y síntomas de enfermedades. Pero los primeros intentos de aislar los principios activos del cannabis no fueron exitosos y, acostumbrados a contar con los alcaloides de sus fármacos, hubo una tendencia de médicos y boticarios occidentales de despreciar un recurso de "razas pueriles", denominación que recibían en ese entonces los pueblos colonizados.

    Pero un aspecto estaba claro: los resultados de diversas investigaciones en Estados Unidos coincidieron en que el cannabis posee una mínima toxicidad y que no se ha descubierto una dosis mortal. Estudios de fines del siglo XIX aconsejan usar cannabis en caso de insomnio y de agotamiento nervioso y como sedante para personas que sufren dolores. Por esos años los usos más extendidos de la planta son el tratamiento de enfermedades nerviosas y mentales, aunque la sustancia aparece también como ingrediente en varias mezclas para la tos. También se recomienda como anticonvulsivante, en caso de espasmos de vejiga y en personas con la impotencia sexual que no provenga de una enfermedad orgánica.

    A comienzos del siglo XX en Estados Unidos no existía legislación que regulara las prácticas vinculadas al cannabis. Lo cierto es que en ese país aún no se acostumbraba fumar marihuana. No obstante, las farmacias comercializaban productos a base de cannabis -como tinturas y extractos- con fines medicinales. Pero a los detractores de su uso, pronto se sumarían nuevos actores que ejercerían presión para allanar el camino hacia la prohibición.

    Los laboratorios del poder

    Gracias a su uso como analgésicos, los fármacos a base de cannabis eran infaltables en las boticas de occidente y de oriente. Pero a inicios del siglo XX el apogeo de la marihuana y de muchas otras plantas reconocidas por sus propiedades terapéuticas comenzaría a caer en picada. En el caso del cannabis, la aparición en el mercado de la aspirina de Bayer marcaría un antes y un después.

    Pero fue a fines del siglo XIX que los boticarios, devenidos en farmacéuticos, decidieron diferenciarse de los herboristas, que durante algunos años continuaron vendiendo cannabis y otras plantas medicinales. Y la complicidad entre médicos y boticarios se encargó de manchar la reputación tanto de los herboristas como de los fármacos que comercializaban.

    Así, los médicos cedieron la producción de medicamentos a los laboratorios, las farmacias se aseguraron la venta de fármacos y los médicos su prescripción. Este acuerdo entre médicos y farmacéuticos desembocaría en la prohibición del uso terapéutico de todas las sustancias que considerasen especialmente perjudiciales para el funcionamiento de una incipiente industria. El cannabis, por supuesto, integró la lista.

    En 1907 fue sancionada la ley de alimentos y drogas puras en la cual se incluyó el cannabis como sustancia ’"peligrosa’’ y ’’adictiva’’, a pesar de que dichas afirmaciones no fueron avaladas por ninguna investigación científica.

    Pero la prohibición del cannabis para uso medicinal y demás fines no se trató solamente de un acuerdo entre médicos y farmacéuticos. Estados Unidos es un gran buscador de chivos expiatorios y esta no sería la excepción. En principio, el gobierno vinculó el uso de marihuana con la violencia en las comunidades de inmigrantes mexicanos. Durante la gran crisis de la década del 30, los músicos de jazz afroamericanos de Nueva Orleans, Louisiana, fueron acusados de corromper a los "americanos de bien’’. La persecución de las minorías negras y chicanas no tardaron en llegar. La prohibición del cannabis tampoco.

    Harry Anslinger, conocido como “el padre de la prohibición”, impulsó en 1937 la Marijuana Tax Act. Fue el comienzo de una una feroz represión contra los usuarios de marihuana y de la propaganda que aún en la actualidad busca deteriorar la imagen de la planta. En 1969, el entonces presidente Richard Nixon determinó que la Marijuana Tax Act violaba la Quinta Enmienda de la Constitución Nacional. En 1970 la normativa fue reemplazada por la Ley de Sustancias Controladas. La marihuana fue incluida en la lista I y se prohibieron todos sus usos.

    Raphael Mechoulam | Fotos Cannabis E Saude / Daniel Fino - EPM
    Raphael Mechoulam | Fotos Cannabis E Saude / Daniel Fino - EPM

    Los hallazgos de Mechoulam

    En 1961 la Organización de las Naciones unidas (ONU) celebró en Viena, Austria, la Convención Única sobre Estupefacientes, la cual estipuló la prohibición de determinadas sustancias, entre ellas el cannabis. Pese a ello, en Israel un hombre investigaba la planta y en 1964 haría descubrimientos que cambiaron para siempre el rumbo de uso terapéutico de la marihuana.

    Raphael Mechoulam, profesor israelí de química médica y productos naturales en la Universidad Hebrea de Jerusalén, descubrió y aisló el cannabinoide cannabidiol (CBD). Poco después anunciaría el descubrimiento del cannabinoide tetrahidrocannabinol (THC), principal compuesto activo presente en la planta de cannabis. Ello sería sólo el principio de sus hallazgos.

    Luego de que en Estados Unidos un grupo de investigadores descubriera la existencia en el cuerpo humano del receptor CB1, sobre el que actúa el THC, Mechoulam y su equipo se preguntaron por qué el cuerpo tendría ese receptor, ya que no tenía sentido que existiera sólo para que el cannabis hiciera efectos al ser consumido.

    En 1992, Mechoulam y sus colaboradores informaron sobre el descubrimiento de la anandamida, un endocannabinoide, es decir, un cannabinoide producido por el cuerpo humano. La anandamida actúa sobre el receptor CB1 aligual que el THC y produce los mismos efectos.

    Luego de descubrir el receptor CB1 y los endocannabinoides anandamida y 2-AG, Mechoulam concluyó que en el cuerpo humano existe un sistema endocannabinoide que regula un conjunto de funciones biológicas de suma importancia como el sueño, el apetito, el dolor y el estado de ánimo, entre otras, lo que explicaría las propiedades medicinales del cannabis.

    Finalmente, en 1999 Mechoulam y el doctor Ben Shabat presentaron la teoría del “efecto séquito”, la cual indica que si bien los cannabinoides de la planta tienen efectos individuales, cuando son ingeridos en conjunto en vez de aislados interactúan entre sí y, en consecuencia, producen un efecto más completo y eficaz.

    Plantación de cannabis con fines medicinales en Ontario, Canadá | Sean Kilpatrick - The Canadian Press
    Plantación de cannabis con fines medicinales en Ontario, Canadá | Sean Kilpatrick - The Canadian Press

    Legalizar para avanzar

    Las consecuencias de la prohibición del cannabis son muchas y variadas. Una de ellas es la dificultad que existe para realizar investigaciones sobre sus usos terapéuticos. Por citar un ejemplo, en 1975 un grupo de médicos de la Universidad de Harvard quiso evaluar el papel de la marihuana en el tratamiento de los efectos secundarios de la quimioterapia. Sin embargo las autoridades federales impidieron que los médicos usaran la planta, por lo que debieron hacer el estudio con THC sintético. La investigación demostró que el THC sintético era eficaz pero menos que el THC de origen vegetal.

    Lo mismo ocurrió con los fármacos a base de cannabis que fueron aprobados en países como Estados Unidos, Canadá e Israel. Los primeros fármacos basados en cannabis que se vendieron fueron moléculas parecidas al THC: nabilona y dronabinol. Ambas se consumen por vía oral y se emplean para el tratamiento de los vómitos y las náuseas producidas por la quimioterapia a la que se someten los pacientes con cáncer.

    Posteriormente la empresa farmacéutica GW Pharmaceuticals lanzó un producto llamad Sativex, un extracto de la planta para uso sublingual con una concentración de 1 a 1 de THC y CBD. GW Pharmaceuticals también ha desarrollado un fármaco a base de CBD, Epidiolex, para el tratamiento de algunas epilepsias en niños. La venta de dichos productos está disponible en aquellos países que han regulado el uso del cannabis medicinal y el acceso a su uso depende de cada legislación nacional.

    Asimismo, el uso de plantas de cannabis con fines terapéuticos también está permitido en países como Uruguay, Israel, Canadá y varios de Europa. En Estados Unidos, si bien la Ley Federal prohíbe el uso medicinal de la marihuana, 34 estados han regulado de alguna forma su uso. El pionero fue California que en 1996 se convirtió en el primer estado en permitir el acceso legal y el uso de cannabis botánico con fines medicinales bajo la supervisión de un médico con la promulgación de la Ley de Uso Compasivo.

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