Alfonso Fernández Mañueco ha tomado posesión como presidente de Castilla y León en un acto al que las principales figuras de su partido han rechazado acudir. El pacto de Mañueco con Vox para lograr la investidura ha provocado que ni el flamante nuevo líder nacional del PP, Núñez Feijoo, ni Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía y líder del PP andaluz, acudan para evitar la foto con Santiago Abascal y disimular el pacto con Vox.
Feijóo y Moreno buscan un equilibrio imposible de cara a las próximas elecciones, andaluzas y generales. Por un lado, quieren dar una imagen moderada, por el otro, pactan con Vox y adoptan con naturalidad buena parte de su discurso.
Las posibilidades de éxito de ambos líderes del PP en sus respectivos desafíos electorales no sólo pasan por parar la hemorragia de votos hacia la ultraderecha, sino también por pescar votos en el llamado centro político. Sin embargo, los dos saben también, especialmente en el caso de Moreno en Andalucía, que muy probablemente, aunque ganen sus respectivas elecciones, deberán pactar con Vox para poder gobernar.
Por tanto, su actitud tiene menos de “cordón sanitario” como le viene pidiendo el “progresismo” al PP invocando el ejemplo francés, un ejemplo pésimo como ya explicamos, y más con maniobras de carácter electoral. Ambos buscan evitar que la ultraderecha pueda sacarle concesiones, como ya ha hecho en Castilla y León, antes incluso de que se produzcan los comicios.
Concesiones que se han visto reflejadas en el discurso de Mañueco que ya habla de “violencia intrafamiliar” (término que usa la ultraderecha para negar la violencia de género), la ley de concordia, la lucha contra la ocupación o la “inmigración ordenada”. Una serie de guiños hacia su novio socio de Gobierno, que hoy ostenta 3 consejerías y una vicepresidencia, así como la presidencia de las cortes castellanoleonesas.
Pero no nos engañemos. El discurso de Vox es el reflejo afiebrado de una política que lleva abanderando años el PP; un partido que se opuso a la aprobación de la ley del aborto y que ha puesto trabas continuas al reconocimiento de los derechos de las mujeres, las personas LGTB, los migrantes y la clase trabajadora.
Quien sí ha estado presente en el acto de toma de posesión de Mañueco ha sido la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien ha visto en el pacto con Vox en Castilla y León una resolución política natural. La triunfadora del choque interno del PP ha la única baronesa autonómica del PP que ha acudido a la cita.
También ha estado presente Cuca Gamarra, como secretaria general del PP en representación de Feijóo. Aunque su presencia no alcanzó para esconder la ausencia de los principales líderes del PP. |