En la tercera sesión informativa en la Cámara de Diputados que quiere modificar la Ley de Alquileres, las organizaciones de inquilinos junto a investigadores dieron vuelta 3 mitos de las cámaras inmobiliarias. Defendieron los 3 años de contrato y las actualizaciones de precios anuales y con tope frente al lobby del mercado. ¿Qué van a hacer las y los diputados?
La Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados continuó este miércoles con la tercer sesión informativa. El Frente de Todos y Juntos por el Cambio se proponen modificar a contrarreloj la Ley de Alquileres por presión de inmobiliarias, corredores, tasadores y grandes propietarios. En Argentina se calcula que hay 9 millones de inquilinos que se ven afectados por la voracidad de un mercado copado por la especulación inmobiliaria, arrojando a miles de familias a engrosar las cifras del déficit habitacional o a expulsarlos de centros urbanos.
Con las exposiciones que defienden lo conquistado por la Ley de Alquileres como un piso, cada vez queda más claro la necesidad de un enfoque global al problema habitacional. Se puso en el debate el problema de los ingresos de las familias trabajadoras, en un país con alta inflación y salarios que corren detrás. 17 millones de personas están en la pobreza.
Lorena Itabel, trabajadora estatal precarizada hace 15 años y delegada gremial del ministerio de economía, contó su propia experiencia: “Si bien trabajo formalmente, mi salario como el de más de la mitad de mis compañerxs está por debajo de la línea de pobreza. Pertenecemos a esa nueva categoría rotulada como trabajadores pobres (…). En mi caso por un alquiler de dos ambientes destino el 60% de mi salario para vivir con mis dos hijos y el último aumento fue de un 70% y contrato por un año, totalmente fuera de la ley”.
La realidad de Lorena es la de muchas familias y trabajadores. En otras intervenciones, se recordaron datos oficiales del propio Ministerio de Hábitat de Jorge Ferraresi. Entre el 2015-2021 los hogares inquilinos cada vez destinan una proporción mayor de los ingresos a pagar los alquileres: pasaron del 25% al 35%. 10 puntos en 7 años.
La población más afectada por la problemática de alquileres es joven. Según la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017-2018 que presentó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) “cerca del 70% de la población de los hogares de inquilinos son menores de 40 años”.
La Ley de Alquileres (Nº 27.551) entró en vigencia el 1º de julio del 2020. Aunque no tiene ni dos años, el lobby inmobiliario presiona para sacar cualquier mínima regulación que les permita hacer más negocios: quieren volver a contratos de 2 años (la ley establece 3 años) y que la actualización de precios se haga sin ningún tope de forma al menos semestral (y no anual como fija la ley). ¿Cuáles son los tres mitos del mercado inmobiliario para impulsar estas modificaciones? ¿Qué responden las organizaciones de inquilinos?
Mito 1: “La ley de Alquileres es responsable de reducir la oferta de alquileres”
Juan Pablo Costa del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) mostró un informe basado en datos del propio mercado inmobiliario donde se observa que la caída de alquileres en oferta empieza en el 2019, cuando todavía ni siquiera se había aprobado la ley en debate. Explicó que luego hubo una caída más grande en febrero/marzo del 2020 por el contexto de la pandemia. Agregó que, de hecho, “a partir de agosto-septiembre del 2020 –ya con la Ley de Alquileres en vigencia- se estabiliza relativamente el mercado”.
Mito 2: “La libertad en los contratos va a permitir aumentar la oferta de alquileres”
Los representantes de las cámaras inmobiliarias vienen insistiendo que “la ley de alquileres fracasó” y es la responsable de que haya menos viviendas disponibles para alquiler porque los propietarios no se ven “seducidos” y prefieren ponerlas en venta, y dejarlas vacías.
Natalia Ranzuglia, de la Red Inquilines Bonaerenses Tres de Febrero, fue muy clara en mostrar cómo opera la especulación inmobiliaria. “¿Quién puede retirar una propiedad del mercado? Quienes no viven de ellas. Quienes con eso tienen una renta extraordinaria. No las pueden retirar quienes tiene 1 o 2 propiedades y las suman a su jubilación. Las retiran quienes tienen parte en un conglomerado, quienes no la necesitan para comer todos los días”.
Nicolás Pertierra del Centro de Estudios Económico y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) complementó esta explicación. “La construcción de vivienda hoy tiene un fin sobre todo de resguardar valor” y que es algo que sucede en los últimos 20 años. Puso el ejemplo paradigmático de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se construyeron más de 216.000 viviendas con igual o menor población, que no fueron para alquileres sino que juegan para la especulación inmobiliaria.
Las viviendas ociosas presionan para que suban los precios de los alquileres, y terminan expulsando de determinados barrios, o de los centros urbanos directamente, a miles de familias trabajadoras que se ven obligadas a buscar techo en lugares más alejados y precarios. El problema no es la ley de alquileres, sino que se prioricen las reglas del mercado por encima del derecho al acceso a la vivienda.
La exposición de Lorena Itabel, trabajadora estatal y delegada del ministerio de economía, dio cuenta del caso de la Ciudad de Buenos Aires: “hace 8 años que vivo en la comuna 1, que trabajo en esta comuna, que mis hijos van a escuelas en esta comuna, la comuna de las desigualdades. En donde conviven las torres de lujo con los pisos vacios y las personas en situación de calle. Es la comuna de la especulación inmobiliaria y la de la segunda villa más grande de la ciudad, como contó Alicia del barrio 31 ayer acá”.
Mito 3: “Reducir a 2 años los contratos permite una mayor previsibilidad”
En otra de las sesiones informativas, ya había sido desbaratado este argumento del mercado inmobiliario. Lo único que buscan con la reducción del plazo de los contratos es una mayor rentabilidad. Que las inmobiliarias puedan cobrar comisiones cada 2 años en vez 3 años, y que los grandes propietarios puedan fijar precios iniciales de los contratos con mazazos de aumentos con más periodicidad y poder apropiarse de los depósitos que nunca devuelven a los inquilinos.
Cuando el mercado habla de previsibilidad, es sinónimo de más rentabilidad. En esta sesión informativa Luna Miguens del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), habló de la importancia de previsibilidad para los inquilinos. Defendió los tres años de contrato porque “supone una mejora sustantiva para los inquilinos (…) La cuestión habitacional no se trata solo de un techo sino de un lugar donde vivir y donde desplegar la vida”. Se refirió así a la necesidad de saber no solo de dónde vamos a vivir sino también a qué escuela vamos a mandar a nuestros hijos, el acceso al trabajo . “Poder tener un horizonte de previsibilidad de 3 años es realmente lo mínimo”.
Ganar en la calle
El martes y miércoles de la próxima semana continúa la comisión, pero con el debate de las y los diputados que esperan consensuar un dictamen con las modificaciones de la Ley de Alquileres para llevar al recinto. Desde las organizaciones de inquilinos solicitaron que se amplíen las sesiones informativas, debido a que quedaron expositores afuera que quieren expresarse. Cecilia Moreau del Frente de Todos y presidenta de la Comisión de Legislación General cerró la jornada sin especificar si harán lugar a ese pedido, y sólo aseguró que los próximos días informarán del cronograma.
Como adelantamos, Juntos por el Cambio y el Frente de Todos (con mayoría en esta comisión) negocian a puertas cerradas un dictamen “consensuado”. Lo reconoció la propia Cecilia Moreau del oficialismo en declaraciones a La Izquierda Diario este martes: “vamos a intentar lograr el consenso más amplio con todos los actores y todos los bloques”. No es otra cosa que buscar consensos con el lobby inmobiliario. Natalia Ranzuglia, de la Red Inquilines Bonaerenses Tres de Febrero afirmó este miércoles en su exposición “es un error volver a pensar que hay que consensuar con este sector, porque esto fue lo que ya nos paso con el índice de actualización de la ley anterior”.
La bancada de diputados y diputadas del Frente de Izquierda viene participando de todas las comisiones y ya adelantaron que van a defender el reclamos de los inquilinos. Además de llevar las propuestas para una salida al problema habitacional que van desde aumentar los salarios y jubilaciones, hasta impuestos a la vivienda ociosa y un plan de obras públicas para construir las viviendas que den respuesta al déficit habitacional y generen trabajo.
Gervasio Muñoz de Inquilinos Agrupados y la Federación de Inquilinos Nacional, cerró las exposiciones de esta jornada e interpeló al Congreso: “lo que resta saber es qué van a hacer las y los diputados. Que finalmente es nada más que saber para quién van a legislar: si van a legislar para una corporación que detesta al Estado, que detesta las leyes, o si van a legislar para 9 millones de inquilinos que estamos atravesando una situación gravísima”.
Como dijo Cecilia Pereyra de Inquilinos Agrupados de Quilmes, “esta lucha la ganamos acá adentro o la vamos a ganar en la calle, donde nos sentimos cómodos, somos fuertes, no nos limitan el tiempo y no tenemos miedo”.
Seguí toda la cobertura del debate de la Ley de Alquileres: