La realidad se metió en el Congreso. Un consenso contra los inquilinos. Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos, 89.9. En texto y audio.

Foto: Télam.

• Esta semana continuaron las sesiones informativas en la comisión de la Cámara de Diputados que trata cambios en la Ley de Alquileres.

• Recordemos que esta ley está vigente desde julio de 2020 y había establecido resguardos elementales para los inquilinos luego de décadas sin regulaciones.

• Los resguardos son los siguientes: la duración de los contratos aumentó de dos a tres años; se redujeron algunos gastos para el ingreso a una vivienda alquilada; y se estipuló una fórmula para la actualización anual del importe a pagar por el alquiler.

• En las sesiones informativas hablaron agrupaciones de inquilinos, investigadores y, obviamente, estuvo la voz del lobby inmobiliario.

• Pero, lo interesante es que también se expresaron voces de quienes no tienen vivienda y dieron un testimonio muy sentido.

• Es el caso de Alicia Espinoza, vecina de la Villa 31. Ella tiene 27 años, es mamá de tres niños y sobrevive con la venta de comida y ropa en un pequeño local del barrio para sostener a su familia.

• Como le ocurre a muchas mujeres, para huir de la violencia de género Alicia se vio obligada a tomar una tierra que el Gobierno de CABA usaba para tirar escombros. La toma se llamó “Fuerza de mujeres”

• La respuesta del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta fue el desalojo con topadoras y la represión.

• Al finalizar su exposición Alicia dijo que “la vivienda debería ser un derecho para las mayorías populares y no un negocio de unos pocos”.

• En ese frío recinto del Congreso los aplausos inundaron la sala por única vez en toda la jornada.

• En las sesiones también dio su testimonio Lucas Stevani, del Polo Obrero de La Plata. En su exposición destacó que la misma respuesta de desalojo más represión es la que dio el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, a cargo de Axel Kicillof, a las familias de Guernica.

• Hoy las familias de Guernica todavía esperan un terreno. Mientras el terreno desalojado sigue ocioso a la espera de la construcción de canchas de golf y lagunas artificiales para un barrio privado.

• Lorena Itabel es trabajadora estatal precarizada hace quince años y delegada gremial del Ministerio de Economía.

• Ella relató lo siguiente: “si bien trabajo formalmente, mi salario como el de más de la mitad de mis compañerxs está por debajo de la línea de pobreza (…). En mi caso por un alquiler de dos ambientes destino el 60% de mi salario para vivir con mis dos hijos y el último aumento fue de un 70% y contrato por un año, totalmente fuera de la ley”.

• Este tema de condiciones fuera de la ley lo destacó Magalí Zirulnikoff de la Comunidad Federal Inquilina y no propietaria. Ella denunció que contra lo que indica la actual ley, el registro de contratos de alquiler en la AFIP es mínimo.

• Y se preguntó: “¿por qué cambiar o derogar una ley que no se cumple? ¿No deberían los legisladores exigir y reclamar el cumplimiento de la actual ley?”.

• Guadalupe Granero del Centro de Estudios Metropolitanos desmintió algunas de las falacias del lobby inmobiliario. Explicó que en CABA “entre 2013 y principios de este año la reducción de la superficie disponible para alquileres se redujo de 138.000 mts2 a menos de 40.000. Y en ese mismo período, el precio de los alquileres aumentó 1.700%”.

• Es decir, el problema no es la ley de alquileres, sino que hay tendencias más profundas que operan hace años. Granero explicó que, según los censos, “cada vez tenemos menos propietarios y más inquilinos”.

• Y también detalló que, entre las causas, está el problema de que “En Argentina los precios de los inmuebles desde la dictadura están dolarizados (…) El precio de los inmuebles se viene valorizando exponencialmente las últimas cuatro décadas separándose cada vez más de los ingresos de los hogares”.

• Me interesó traer estos testimonios porque ubican el problema del alquiler en una perspectiva más amplia: la de los bajos salarios, la imposibilidad de acceder a la vivienda propia y la de una urbanización cada vez más orientada al negocio inmobiliario.

• Es claro que la Ley de Alquileres dejó baches y tiene deficiencias, pero fijó un piso mínimo de derechos y por eso es defendida por varias organizaciones de inquilinos.

• No obstante, todo indica que el consenso entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio conduce a un cambio regresivo en la ley con contratos más cortos y actualización de los alquileres librada a lo que fije la tiranía del “mercado”.

• Es decir, con menor protección para la parte más débil: el inquilino.

• Es por eso que varias agrupaciones de inquilinos debaten salir a las calles. Es lo que expresó Cecilia Pereyra de Inquilinos Agrupados de Quilmes, “esta lucha la ganamos acá adentro o la vamos a ganar en la calle, donde nos sentimos cómodos, somos fuertes, no nos limitan el tiempo y no tenemos miedo”.