Una nueva ola de demonización contra el consumo de drogas. En este caso a cargo de sectores de la oposición de la derecha y la gran corporación mediática opositora.
En este caso el ataque se lanzó contra una campaña lanzada por el Municipio de Morón, en el marco de un festival que se realizó durante el fin de semana. La misma implicó la publicación de folletos donde se daban consejos acerca de como hacer un consumo responsable de distintas drogas, desde marihuana a cocaína.
La derecha y los grandes medios se lanzaron de inmediato al ataque, intentando derechizar la agenda. Así, Clarín no tuvo problema en titular “Escándalo. “Tomá poquita cocaína”: fuerte polémica por los “consejos” de la Municipalidad de Morón para las drogas. La Nación y otros medios opositores no se quedaron atrás y centraron los ataques en el mismo lugar.
Como no podía ser de otra forma, la oposición de derecha se sumó a esa ola condenatoria: Diego Santilli, Ricardo López Murphy y Cristian Ritondo entre otros salieron a hacer un cuestionamiento.
Pareciera que no estamos en el siglo XXI. Se entiende que en muchos lugares extrañen el siglo XIX. Pero la historia avanzó y con ella los debates sobre el consumo de drogas.
En el comunicado de respuesta a las críticas, el Municipio de Morón señaló que “los mensajes allí incluidos se enmarcan en el Programa de Reducción de Riesgos y Daños asociados al consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales, que lleva adelante la comuna”. Es decir, se trata de una política de prevención. Precisamente aquello que falta en todas las esferas de la política estatal, desde la nacional a las locales.
Precisamente porque el consumo de drogas sigue estando esencialmente visualizado desde un paradigma punitivo. Como señalan especialistas e investigadores, Argentina tienen una normativa altamente represiva para quienes consumen, si se la compara con el conjunto de la región.
Pero, además, el problema del control del consumo está directamente relacionado con la salud y la vida de cientos de miles de personas. El consumo existe y el peligro tiene que ver con consumir sustancias que se producen ilegalmente y, por lo tanto, no tienen ningún tipo de testeo de calidad. El ejemplo más reciente de esta dramática situación fueron las más de veinte personas fallecidas por una intoxicación con droga adulterada.
La penalización del consumo de drogas se mantuvo a lo largo de todos los Gobiernos en las últimas décadas. La persecución contra la juventud y, en particular, contra la de las barriadas mas humildes, ha sido una constante por parte de gestiones radicales, macristas, peronistas y kirchneristas. Incluso, desde el Estado nacional, no aplicaron políticas de reducción de daños que se incorporó en la reglamentación de la ley de salud mental en 2013, y un año después en la Ley 26.934 que dispone el Plan Integral para el Abordaje de los Consumos Problemáticos (Plan IACOP). Hace por lo menos diez años que profesionales de la salud vienen reclamando que se apliquen políticas de disminución de daños.
Es urgente, como sostiene el Frente de Izquierda Unidad, avanzar en una política integral que empiece por la legalización de las drogas, pero que incluya obligadamente mecanismos de contención y ayuda antes los consumos problemáticos, así como amplias campañas de difusión para explicar los efectos de los consumos.
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