Tan insólito como indignante. Así podría describirse el comunicado emitido por el Consejo Directivo de la CGT por el 1° de mayo, difundido en horas de la tarde de este viernes.
“Como todos los años, desde la Confederación General del Trabajo conmemoramos un nuevo Día del Trabajador y la Trabajadora” aseguran, aunque este año no harán ningún acto, a diferencia de años anteriores. La explicación quizá deba buscarse en el compromiso absoluto que la central obrera mantiene con el Gobierno, incompatible con señalar su responsabilidad en la grave crisis social y económica que atraviesa el país y que golpea con dureza a la inmensa mayoría de la clase trabajadora.
Esa misma realidad es mencionada por el comunicado, en el cual expresan nuevamente su “preocupación”, aunque a renglón seguido destacan las medidas tomadas por la administración de Alberto Fernández. “Las paritarias, los ingresos de emergencia para los sectores informales y los aumentos extraordinarios a jubilados y beneficiarios de planes sociales dispuestos por el gobierno, generan un alivio transitorio” aseguran el texto, con tono exculpatorio.
La postura de la CGT, que mantiene una tregua de hierro con el gobierno del Frente de Todos, llega al colmo de pedir a los grandes especuladores y formadores de precios que “contribuyan a mitigar la desigualdad”. Como si se tratara de una cuestión de buena voluntad, o de convencer a los grandes capitalistas apelando a los buenos modales, remarcan que “el esfuerzo en la construcción de una comunidad organizada con sentido humanista debe hacer prevalecer el beneficio colectivo, con una más justa redistribución de la riqueza”. De medidas de lucha para proteger el poder de compra de los salarios y recuperar lo perdido por los trabajadores durante los últimos 4 años, ni una sola palabra. Por el contrario, afirman: “La producción, la inversión genuina, la confianza en nuestras posibilidades, el círculo virtuoso de la economía, son los cimientos a fortalecer. Es allí donde el capital debe poner todos sus esfuerzos”.
Un comunicado vergonzoso, que no hace más que reafirmar el compromiso de una central atada de pies y manos a los intereses del gobierno. Una central que en la misma semana definió de forma unánime movilizarse el próximo 5 de mayo "por la renuncia de Horacio Rosatti al Consejo de la Magistratura", pero que se niega a poner su fuerza en las calles para enfrentar el ajuste y pelear por las necesidades de la inmensa mayoría de la población. Para esto último, según las palabras de uno de sus titulares apenas una semana atrás, "no hay motivos para marchar".
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