El gobierno de Apruebo Dignidad continua apoyándose en los viejos partidos de los 30 años, y amplia su rango de decisión en el gobierno, necesita ayuda para sostener su política de cambios sin tocar los intereses de los grandes empresarios, esa política de reformas que mantiene los pilares de la herencia de la dictadura, como las AFP, la educación y salud privatizada, hasta los mismos carabineros, y quien mejor para esto que los grandes partidos administradores de los 30 años, y sus altos funcionarios formados en 30 años de administración neoliberal.
El gobierno de Boric se refuerza con profesionales y técnicos formados por la vieja Concertación y la ex Nueva Mayoría que quieren que todo continúe igual, alejándose aun más de las demandas populares, cuestión que amenaza que este descontento termine siendo capitalizado por la derecha y extrema derecha, y que ya están intentando hacer, como los gremios camioneros, o el Partido Republicano.
Como ya sabíamos, algunas figuras de la vieja Concertación y de la ex Nueva Mayoría ya comenzaban a sonar fuerte en algunos puestos, que luego con el paso de las semanas y la instalación del gobierno, fueron confirmándose, como el caso de la presidencia de Codelco que quedaría en manos del Partido Socialista, con Máximo Pacheco a su cargo. Denuncia que en su momento advirtieron los mismos sindicatos de Codelco, y que termino siendo una realidad.
Pero vendrían más, en especial con la asesoría del Ministro de Hacienda, Mario Marcel, al cual se le aprobaron desde el gobierno los nombres que fue presentando sucesivamente para los distintos puestos de dirección económica del Estado, la gran mayoría de gente o que es del Partido Socialista o "independientes" que históricamente han estado ligado a ellos.
Así el caso de Guillermo Muñoz, ex director del Transantiago con Bachelet 2, y que ahora será el nuevo presidente de Metro de Santiago. O el caso de Jessica López, nombrada por Bachelet 2 gerenta general de BancoEstado y que ahora asumirá su presidencia. Y si estos podrían incluso colarse como "técnicos" del Estado, el siguiente nombre que ahora será vicepresidente de BancoEstado, fue el mismo excoordinador del programa presidencial de la campaña presidencial de Paula Narváez, Daniel Hojman.
Pero los heraldos de Mario Marcel no se acaban, Tamara Agnic, ex superintendenta de Pensiones, también durante el gobierno de la Nueva Mayoría, como los anteriores, llegará al directorio de BancoEstado, un nombre criticado desde el movimiento No+Afp, que en palabras de su vocero señalaron: “No hay que perder de vista que ella siendo superintendenta de Pensiones, generó un problema bastante grave a nuestro país cuando autorizó las fusiones que fueron denominadas truchas entre Argentum y Cumprum, Adquisition y Provida, que le significó una pérdida al erario nacional de más de 420 millones de dólares."
Y no olvidemos la posición clave entre los grandes capitales y el Estado, como es la Comisión para el Mercado Financiero, que quedara en manos de otro nombre de Marcel, Solange Berstein, que el 2017 fue gerenta de la División Política Financiera del Banco Central, bajo la presidencia del actual ministro de Hacienda, Mario Marcel.
En el caso de la Corfo (donde no existe el rol de presidente), tampoco el escenario es distinto, acá fue nombrado vicepresidente ejecutivo José Miguel Benavente, cercano por la universidad al grupo de Jackson y de Javiera Petersen, y cuyo nombramiento incluso fue celebrado por empresarios como Jorge Errazuriz o Juan Pablo Sweett, o el mismo ex vicepresidente de Corfo bajo Piñera, Hernán Cheyre.
También se designó a Paulina Soriano como nueva presidenta del consejo directivo del Sistema de Empresas Públicas (SEP), otro nombre de Marcel y cercana al PS. También esta Hernán Frigolett, en la dirección del Servicio de impuestos Internos (SII), ex Tesorero General de la República con Bachelet 2.
Y el último, pero no por eso menos neoliberal, Jaime Pérez de Arce, quien llega por cuarta vez(!!) como vicepresidente ejecutivo (la presidencia es del ministro/a de minería) de la Empresa Nacional de Minería (Enami), nombrado primera vez por Lagos y luego dos veces con Bachelet.
Un gobierno que le da señales a las grandes empresas
El gobierno le vuelve a dar a seguridades con estos nombramientos a las grandes empresas, les recalcan con esto que no tocarán sus negocios, que esta crisis, los efectos de la pandemia y de la guerra no la pagaran ellos.
Pero la crisis no se paga sola, así no funcionan las crisis, la tiene que pagar alguien, y ya la estamos pagando las y los trabajadores, las mujeres, la juventud, el pueblo pobre, mientras una pequeña minoría sigue llenándose los bolsillos a costa nuestra.
Hoy se hace más necesario que nunca un programa de emergencia que dé respuesta a las necesidades de las grandes mayorías obreras y populares.
Un programa que parta por la lucha por un salario mínimo y pensión mínima desde los 650 mil pesos considerando una canasta básica familiar para 3 personas, un IFE a los desocupados, que enfrente la inflación y la especulación empresarial con organismos de trabajadores y consumidores para el control de los precios, integrando un impuesto progresivo a las grandes fortunas y banqueros y un quinto retiro sin letra chica. Debemos exigir que la CUT, sindicatos y centrales, rompan su subordinación al gobierno y luchen por este programa con un plan de lucha para conquistarlo. Construyamos corrientes de base para recuperar los sindicatos para la lucha y no la conciliación.
Todas estas medidas de emergencia deben ir en el sentido de medidas de fondo para poner fin a las herencias de la dictadura, por el fin de las AFP y para recuperar las riquezas como el cobre, litio y los recursos naturales bajo gestión de sus trabajadores, para ponerlos al servicio del pueblo trabajador. |