A raíz de varias asambleas en la FCPyS, se convocó a una marcha a toda la comunidad universitaria debido a la cancelación de varias prácticas por la carrera de Antropología.
Esto se da en un marco de golpes a la educación en todo el país, que se expresa en la UNAM con la precarización laboral de docentes y trabajadores contra la que se organizaron con el movimiento #UNAMNoPaga, o con la criminalización de los estudiantes por vender en sus escuelas para sustentar sus estudios por parte de las autoridades universitarias en la FES Acatlán
Aunque la respuesta de las autoridades haya sido que no hay presupuesto, lo cual es de por sí cuestionable, más profundamente debemos cuestionarnos cómo funciona nuestra universidad, pues es profundamente antidemocrático la toma de decisiones dentro de ésta. No se nos toma en cuenta ni a estudiantes, académicos ni trabajadores quienes somos los que realmente le damos vida a la universidad. Es sólo un pequeño grupo de funcionarios con sueldos millonarios, quienes toman las decisiones más importantes, incluyendo el presupuesto.
El problema no sólo es Carola García, la directora de la facultad, sino que la universidad funciona con una estructura antidemocrática que permite que tanto ella como la casta dorada de la universidad reciban salarios extravagantes y deja por fuera de la toma de decisiones a estudiantes docentes y trabajadores
Para avanzar en arrancar el presupuesto necesario para las prácticas de campo, pero también para salarios que cubran la canasta básica para los docentes, becas universales que permitan que nadie tenga que elegir entre trabajar y estudiar, comedores y transporte gratuito; es necesario que nos organicemos de manera independiente a las autoridades y a los partidos políticos del régimen y que luchemos con la perspectiva de conquistar una universidad gobernada por la comunidad y no por funcionarios con salarios exorbitantes.
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