El 18 de mayo de 2021 miles de personas entraban en Ceuta en una maniobra de desestabilización de la frontera por parte de Marruecos como respuesta a la acogida humanitaria del líder del Frente Polisario, Brahim Galli.
Fue el último ejemplo, hasta ahora, de cómo el represivo reino de Marruecos usa la vida de miles de mujeres, hombres y niños que quieren alcanzar territorio europeo como arma política. Un trabajo represivo del cual el Estado español también se beneficia.
Ahora se ha descubierto, tal y como señalan varios informes, que el móvil de Pedro Sánchez habría sido infectado con Pegasus en esas fechas. La noticia se ha conocido un año después, que es, según el Gobierno, cuando el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha abierto un proceso de “verificación” a raíz de la revelación del espionaje a través de ese sistema que ha afectado a más de sesenta personas vinculadas al independentismo.
Esa investigación no se llevó a cabo con el nivel de exhaustividad que se ha empleado estos días ni siquiera en julio de 2021, cuando una filtración reveló que varios presidentes, entre ellos el francés, Emmanuel Macron, habían sido objeto de espionaje a través de Pegasus. Es una de las lagunas que tiene el relato del Ejecutivo y, por ende, del CNI. Ahora, la fecha en la que se produjo la intrusión en el aparato de Sánchez y el señalamiento a Marruecos en el intento de espionaje a Macron hacen que todas las sospechas recaigan sobre el reino alauí.
El Gobierno hasta ahora no ha querido especular sobre quiénes pueden haber estado detrás del espionaje, aunque el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, aseguró el martes que se trataba de un ataque "externo". Esto es, que no se trata de ningún organismo oficial del Estado con autorización judicial.
Mucho menos ha querido plantear una reformulación del último acuerdo alcanzado con Marruecos y que responde al giro histórico de Sánchez respecto al Sáhara, que fue lo que finalmente estaba detrás de lo que él mismo denominó un “asalto a las fronteras españolas” el 31 de mayo de 2021.
Habrá que ver como avanza la investigación y las acusaciones sobre el reino marroquí, pero lo cierto es que, a pesar de la prudencial inicial, si finalmente esa vía de investigación se consolida, sumaría un problema más al Ejecutivo, especialmente a Pedro Sánchez, valedor personal de las nuevas relaciones con Marruecos. Sumado todo eso a un momento de gran inestabilidad en la región con otro estado como Argelia, producto del comercio del gas.
La justificación del Gobierno al retraso del CNI a la hora de detectar el espionaje al presidente y la ministra de Defensa es que los sistemas han evolucionado en este tiempo. Así, sostienen que los protocolos de seguridad se han seguido a rajatabla, pero que en aquel momento no se llegaron a las mismas conclusiones.
Pese a las explicaciones, el Ejecutivo ha evitado mostrar su respaldo oficial a la directora del CNI, Paz Esteban, quien comparecerá en el Congreso solo ante los diputados en la comisión de gastos reservados, que se celebra a puerta cerrada. Los socios de la coalición, sin embargo, tienen poca fe en las explicaciones que reciban y que forzaron a raíz del espionaje a los líderes independentistas viéndolas ya insuficientes. Los aliados presionan para una verdadera comisión de investigación que el PSOE ha vetado con ayuda del PP.
Podemos clama a los cielos, olvidando que es parte del Ejecutivo, tal y como le ha recordado hoy Margarita Robles a Pablo Echenique en la Comisión de Control. Es poco menos que teatro, y además del malo, el que está realizando, como en tantas otras ocasiones, Unidas Podemos.
La exigencia del resto de socios de la coalición tampoco es ninguna solución. No habrá verdad ni consecuencias reales sobre estos casos de espionaje si la investigación queda encorsetada en los límites del mismo Régimen sospechoso de los espionajes. Las cloacas del Estado no serán aireadas por aquellos que se benefician de ellas.
Para terminar con estos mecanismos represivos y de espionaje hay que plantear una investigación independiente de las actuaciones del Estado, para determinar el juicio y castigo a los responsables materiales y políticos del espionaje.
Otras medidas elementales son la disolución del CNI, la apertura de todos los archivos secretos, el fin de toda persecución política y la libertad de los presos políticos que todavía permanecen en la cárcel como consecuencia del procés y de todas las luchas sociales y ciudadanas. |