Este martes 3 de mayo, en Tamaulipas, se discutió en la sesión ordinaria de Comisiones unidad de Estudios Legislativos, Igualdad de Género y de Derechos Humanos la iniciativa de decreto para reformar distintos artículos del Código Civil y así reconocer el derecho al matrimonio igualitario en la entidad gobernada por el panista Francisco García Cabeza de Vaca.
La iniciativa, presentada en febrero de este año por Morena, fue rechazada por legisladores del Partido Acción Nacional (PAN), quienes votaron en contra de la reforma. Entre los argumentos presentados por la llamada "oposición" de derecha destacó la defensa del concepto de familia tradicional cisheteropatriarcal, lugar común para la Iglesia y sectores conservadores de cuyos intereses el PAN es garante.
Este golpe en contra de los derechos de la población LGBTIQ+ no es, sin embargo, el único encabezado por este partido de derecha en contra de sectores oprimidos y sus luchas. Basta recordar la represión del 1° de mayo en Irapuato, cuando una protesta de mujeres en contra de las desapariciones fue brutalmente disuelta por la policía al mando de la alcaldesa panista Lorena Alfaro.
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Este par de episodios ocurridos en menos de una semana muestran la hipocresía de una derecha que se presenta "preocupada" por los derechos de las mujeres y las minorías, mientras por la vía de los hechos instrumentaliza, reprime y obstaculiza el avance de derechos mínimos elementales.
Para este objetivo se valen no sólo de sus cargos legislativos, sino también de las fuerzas represivas y de su control sobre medios de comunicación, desde los cuales despliegan un discurso criminalizador y perpetúan valores morales ajenos a las necesidades y reivindicaciones del conjunto de la clase trabajadora, las mujeres y la población LGBTIQ+.
En el marco de que Tamaulipas es una de las 25 entidades que no contemplan los crímenes de odio entre su legislación —sólo lo hacen Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Tlaxcala, Quintana Roo, Jalisco y Sinaloa—, esta votación vulnera aún más a la población LGBTIQ+ al negarle acceso a un derecho.
Desde la Agrupación de Mujeres y diversidad sexual Pan y Rosas, nos pronunciamos en repudio a este embiste antiderechos y consideramos que la respuesta en exigencia de plenos derechos debe ser unitaria y arropada por organizaciones de mujeres, políticas y de derechos humanos. Con la Iglesia y sectores conservadores de ultraderecha con representantes a su servicio en el Congreso, dispuestos a usar a la fuerza pública para reprimir la protesta, está claro que la organización que le haga frente debe mantenerse unida e independiente de estos intereses y sus instituciones. | 
