Se viene impulsando desde la comunidad científica, comunidades mapuche y la izquierda una oposición al proyecto Fortescue por la manera en que se ha negociado y por las implicancias que tiene. En ese marco se invitó Leonardo Salgado, quien también es activista y militante de las causas socioambientales y acompaña esos reclamos, a un debate vía Instagram con decenas de participantes on line.
El engaño de lo verde
Al inicio del intercambio Leonardo Salgado señaló que con la etiqueta de lo verde se intenta imponer proyectos que solamente buscan algún tipo de negocio de empresas que ven peligrar sus negocios, incluso petroleras. Hay una movida general hacia este tipo de proyectos verdes, y nos venden esto como una solución, por ejemplo, para el cambio climático. En este sentido, Laura Santillan sostuvo que en las últimas décadas viene habiendo una preocupación a nivel global por la crisis ecológica y el calentamiento global. Justamente el año pasado se llevó adelante la Cumbre COP 26, donde se juntan los Estados que “tratan” el calentamiento global, que Greta Thumberg criticó por su “puro bla bla”. Sin embargo, los estados nacionales y las corporaciones multinacionales comienzan a tener un discurso sobre las energías renovables, energías verdes, sabiendo la preocupación que hay sobre la crisis ecológica. Entonces el capitalismo verde utiliza este discurso, este palabrerío, sin informar realmente a la población de que se tratan estos proyectos y a quiénes benefician.
¿Qué tiene de verde este proyecto?
Salgado hizo un racconto cronológico de cómo se fue cocinando este proyecto. Se trata de un proyecto australiano, que fue tratado de manera muy desprolija, ya que en primer lugar había una iniciativa con una empresa alemana. Lo que se entiende es que no hay un plan estratégico por parte de la gobernadora, que va viendo qué negocio hacer sobre la marcha .
En primer lugar, según el investigador, hay que decir que el hidrógeno verde será necesario, por la cuestión climática como telón de fondo, pero también por el agotamiento de los combustibles fósiles. El petróleo convencional viene a la baja desde hace 15 años. Vamos a necesitar algo que nos permita suplir al diesel, que es lo que mueve el transporte, la sangre del sistema. Desde todo el mundo se está pensando en esta problemática. En este sentido, el hidrógeno es una alternativa válida. Por ejemplo, para limpiar acá el enchastre que dejarán las petroleras.
Sin embargo, lo del proyecto es una cosa totalmente distinta, plantea Salgado, “ya que se trata de poner a toda la provincia, a todos los rionegrinos en un carro de la producción de hidrógeno al servicio de los países industrializados, para que ellos puedan sostener sus industrias y transporte. Porque nosotros no vamos a ver nada de ese Hidrógeno.” Además, se trata de un mercado a futuro, porque actualmente no se está utilizando. Para esto, sostiene, necesitamos energías renovables. “El color es por el modo de producción, para que sea verde necesitamos energía verde, energía renovable, para esto hay que llenar el mundo de parques solares y eólicos para generar la electricidad que necesitan ellos para producir el hidrogeno en nuestros países, el hidrógeno que ellos van a consumir”, añadió.
Laura Santillan, por su parte, agregó un dato notable que es que “el proyecto que se votó en la Legislatura implica cederles a Fontescue, a un precio módico, las 625 mil hectáreas por cincuenta años y que esto sea prorrogable”. Además, dijo que “el capitalismo que nos ha llevado a esta crisis económica y sus representantes han tomado nota del problema, pero la gran contradicción es que se empieza a hablar de una transición energética, de los fósiles (que producen dióxido de carbono, gases de efecto invernadero) hacia energías limpias, pero el mismo capitalismo sigue actuando desde una lógica de las ganancias y de la acumulación del capital, por parte de las multinacionales y los Estados como el nuestro.”
“Fue a nivel nacional que se consagró este acuerdo, el año pasado en Escocia, con Agustín Pichot -ex jugador de los Pumas- planificando el futuro del país y la entrega de esta gran región con todos sus recursos naturales, y además con el impacto que va a tener sobre las 35 comunidades mapuches que viven ahí y con las especies como el cóndor y otras que viven en un área protegida. Es una entrega de soberanía. Se usan las aguas, la costa, el mar, el puerto para exportar, creando una zona franca, y no va a haber ningún aporte para nuestro país.”
Exenciones al gran capital, con la excusa de los puestos de trabajo
Leonardo Salgado también apuntó que habrá destrucción de puestos de trabajo y actividades económicas mucho más amigables con el ambiente como la pesca artesanal o el turismo, y ni hablar de la vida de las comunidades mapuche. Todo está en riesgo porque los parques eólicos implican una ocupación del territorio. Siguiendo el transcurso del debate Laura señaló también que a pesar del discurso verde, los gobiernos impulsan una economía absolutamente dependiente, del FMI, el fracking y la megaminería. El no cobrar impuestos en la zona franca, para exportar es una entrega grave. Además, gran parte de lo que se reciba irá a parar al pago de la deuda del Plan Castello, a fondos privados, y no a salud, educación o a las comunidades originarias.
Leonardo Salgado luego enfatizó el tema de que solo se piensa de una forma rentista, en la que se busca qué industria poner en la costa, en vez de pensar la forma de sanear el ambiente, que incluso eso daría puestos de trabajo. Por su parte, la referente del PTS en el Frente de Izquierda señaló que una salida sería tomar medidas transicionales como nacionalizar la industria y el transporte. “Se pueden tomar un montón de medidas para organizar la sociedad racionalmente y no en base al afán de lucro de las empresas. En este sentido es muy importante el rol de las asambleas socioambientales y la gente que ha salido a luchar.” “Las fábricas recuperadas bajo gestión obrera, como Zanon y Madygraf, donde se viene haciendo una reconversión energética, son un ejemplo en pequeño de que es posible planificar económica y socialmente otro tipo de sociedad sin el afán de ganancias.”
Por último, Leonardo Salgado, señaló que no podemos depender de los responsables del colapso socioambiental para encontrar una solución. “Ahí está la trampa del hidrógeno verde: no es un hidrógeno para salvar el planeta, es un hidrógeno para salvar sus industrias. Ojalá se repita lo que pasó en Mar del Plata, Chubut y Mendoza y haya una reacción generalizada para ponerle un freno a este avance donde nos jugamos tantas cosas.” |