La Izquierda Diario y la Red de precarizadxs salieron a hablar con comerciantes y jóvenes de la zona para ver cómo viven el día a día.
Vilma, de 55 años, es comerciante y todos los días se dedica a vender pan y bizcochos con su hijo: “Prácticamente ganamos para el alquiler. No me alcanza para llegar a fin de mes, entre servicios y alquiler ya me quedo sin nada”.
A unos puestos de distancia, José, de 59, vende productos para la limpieza del hogar. “Vivo bien ajustado, por ejemplo este mes está terriblemente mal, inclusive mañana tengo que pagar y la verdad es que estoy cabezón”.
Adela trabaja en un kiosco “más o menos 14 o 15 hs para pagar el alquiler”. Forma parte de los 3, 5 millones de personas “sobreocupadas” que cumplen extensas jornadas, según el último estudio de Mercado de Trabajo en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Lo preocupante de esta tendencia, es que cada vez hay más trabajadores como Adela que trabajan cada vez más.
Ante esta situación, diputados y diputadas del PTS en el Frente de Izquierda Unidad proponen el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados y reducir la jornada laboral a 6 horas, cinco días a la semana. De esta manera se crearían 2,5 millones de puestos de trabajo, según datos oficiales. “Se puede si peleamos juntos”, dice Adela.
Algunas de estas familias son las primeras generaciones que pueden ir a la universidad, como relata José: "Tengo un hijo que estudia arquitectura en la UBA y él no trabaja porque la carrera demanda mucho tiempo". A pesar del sacrificio que hacen él y su esposa, "no alcanza la plata, y yo veo que no hay mejoría. Acá cuando me compran me dicen lo mismo, para mí debería haber un nuevo presidente con otros métodos, para evitar que la inflación siga subiendo, me parece que es lo que hace mucho daño". El Nivel general del Índice de precios al consumidor registró un alza mensual de 6,7% en marzo de 2022 y un aumento de 55,1% comparado con igual mes del año anterior.
Trabajo genuino y salarios dignos son algunas de las demandas más sentidas que se extienden en los barrios populares. Por esto los días 10, 11 y 12 se lleva a cabo la Marcha Federal convocada por la Unidad Piquetera.
Julián, estudiante de 14 años, dice que “está bien la marcha piquetera para que el Gobierno se dé cuenta, porque no veo que ayude tanto a la gente económicamente, estamos mal, cada vez hay más pobreza. Deberían dar más trabajo".
Vilma agrega que "Cristina tiene su chofer, tiene para todas las cosas a alguien que le obedece. Me parece mal que tenga como 10 empleados a su mando, de qué le sirve tener 10, nosotros no podemos ni pensar en eso, y ella que es vice presidenta tiene hasta para que le alcancen un vaso de agua, no me parece, debería ser igual para todos. Todos los gobiernos nos usan de escalera para subir a donde están y chau".
Tal como se refleja en estos testimonios, la realidad de las mayorías trabajadoras gira cada vez más en torno a dos posibilidades: trabajar incontables horas diarias para garantizar su subsistencia - como cuenta Adela- con cada vez menos tiempo para ver a los hijos y aún así no llegar a fin de mes, o la de Vilma que por los ritmos de vida nunca pudo estudiar lo que quería. Por esto se hace urgente la organización para conquistar la reducción de la jornada laboral sin afectar el salario, para que trabajemos todos y trabajemos menos; por vivienda digna y por trabajo con derechos. |