"Hemos hecho obras aquí”, dijo ayer Daniel Scioli pisando charcos y mugre en las calles de la localidad de Salto, al noroeste de la provincia que gobierna hace casi ocho años. Agregó, sin sonrojarse, que “si no se hubiesen realizado, estaríamos hablando de consecuencias peores, mucho más dramáticas”. Y mirando a los ojos a algunos pobladores, con el teniente coronel del Ejército y secretario de Seguridad Sergio Berni a sus espaldas, lanzó un "tengan la tranquilidad de que le vamos a reponer lo perdido".
Como si la memoria popular fuera tan frágil y no retumbara aún esa misma promesa incumplida para con miles de habitantes de La Plata tras la inundación de abril de 2013, con listas de muertos fraguadas incluidas.
Scioli metió “las patas en el barro” tras volver de su viaje a Italia, adonde se había escapado el lunes, “estresado” por la campaña electoral de las PASO. Ese viaje junto a su esposa Karina Rabolini le generó una lluvia de críticas, difíciles de frenar aún apelando a cuestiones médicas. Su reacción y su regreso fueron producto nada menos que de un nuevo cálculo político de cara a octubre. De hecho, lejos de toda sensibiliad, se subió al avión en Ezeiza cuando las inundaciones ya llevaban varios días castigando a distritos enteros como Pilar, Salto, La Matanza, Arrecifes, Luján y San Antonio de Areco.
Pero como informó ayer este diario, lo de Scioli no difiere del intento de los demás candidatos de los partidos tradicionales de evitar cualquier salpicadura. Macri criticó al candidato kirchnerista, con su viaje incluido, afirmando que la provincia de Buenos Aires "tiene un problema serio de falta de inversión”. Pero cuando en 2013, la Ciudad que gobernaba hacía ya seis años sufrió una feroz inundación, él también estaba de vacaciones. Y Sergio Massa dijo que Scioli hace propaganda pero no obras, como si el candidato del Frente Renovador no tuviera responsabilidad alguna en las reiteradas inundaciones de Tigre, municipio que gobernó hasta 2013 y cuyos barrios más pobres esta semana también fueron “visitados” por el agua.
Cinismo, chistes y fallidos
En cada nueva crisis social, sobre todo cuando hay muertos y cuantiosas pérdidas materiales, quienes tienen responsabilidades políticas suelen lanzar sus más patéticas frases, que quedan en la historia como marcas de una casta política que ni vive, ni sufre ni muere como el pueblo trabajador. Este nuevo crimen social no fue la excepción.
Desde Estados Unidos, donde es embajadora ante la OEA, la exministra kirchnerista Nilda Garré twitteó la noche del jueves "bien Cristina recorriendo las zonas inundadas y tomando las medidas necesarias para atenuar la situación de los damnificados". Pero la presidente no pisó un solo barrio afectado por el temporal. Después de que le avisaron, Garré repitió el ridículo y borró el mensaje reemplazándolo por otro que dice “bien Cristina acompañando a los damnificados de las zonas inundadas. Tomando las medidas necesarias”.
Por su parte Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de la Nación y candidato a gobernador bonaerense por el Frente Para la Victoria, fue un poco más allá en el uso de la ironía en medio de la desgracia de miles de personas. Ayer a la mañana, ante los periodistas y antes de entrar a la Casa Rosada, bromeó sobre Scioli y su rápido regreso de Italia. “Me llamó ayer, me contó lo que había pasado, que se había vuelto y le hice el chiste: ¿’trajiste alfajores?’”, dijo mientras cientos de evacuados bregaban por conseguir leche, comida, colchones y frazadas para familias enteras.
Otro peronista, exkirchnerista y actual massista no quiso quedarse atrás. Felipe Solá, el exgobernador de la Provincia que compartió listas con Néstor Kirchner y Daniel Scioli, salió a criticar tanto a Aníbal Fernández como a María Eugenia Vidal, la candidata del PRO. Y para eso pretendió hacer uso de sus dotes de patrón de estancia. La provincia se inunda “por ser tremendamente plana”, dijo, y agregó que “no tienen idea de lo que dicen” acerca de las críticas que se le hace a la siembra directa. Como buen defensor de la patria sojera y de los terratenientes de la pampa húmeda, para Solá ante todo está la renta extraordinaria de la tierra. ¿Los inundados? Que mastiquen bronca.
Mentiras pasadas por agua
La Izquierda Diario entrevistó esta semana a dos investigadores que saben muy bien por qué se producen estas inundaciones y quiénes son los responsables de tanto desastre y tanta muerte.
Para el ingeniero especializado en hidrología Pablo Romanazzi (UNLP), “las inundaciones son permanentes y ni siquiera hay sistemas de alerta para salvar vidas”. Así fundamenta que gran parte de las consecuencias sufridas por miles de personas de la provincia de Buenos Aires no sólo son evitables sino que hace años se propusieron soluciones que son, incluso, más baratas que lo que se gasta en paliar las crisis generadas por cada nuevo temporal. “Es más, a diferencia de lo que pasó en La Plata en 2013”, dice, “en las zonas inundadas ahora existe la posibilidad de una anticipación mucho mejor, con lo que es más fácil prevenir estas situaciones y sus efectos. Porque si se instrumentara en cada una de las cuencas una tecnología que hoy permite poner medidores de lluvia, medidores de nivel en los ríos y armar un Sistema de Alerta Temprana (SAT), posiblemente dos o tres días antes se podría tener toda la emergencia preparada para cuando viene la crecida”.
A su vez la investigadora del Centro de Investigaciones Geográficas (CIG), Patricia Pintos, confirmó la incidencia directa que tiene en estas inundaciones la proliferación de los barrios privados en la región. Barrios que son habitados por empresarios y políticos patronales y que cuentan, por ejemplo, con lagunas artificiales que modifican negativamente el territorio y el ecosistema. “Estas urbanizaciones a las que llamamos como acuáticas o cerradas polderizadas”, dice Pintos, “se encuadran legalmente en las figuras de Clubes de Campo o Barrios Cerrados”. Es decir que son autorizadas conscientemente por el Estado provincial y los municipios. En ese sentido, la geógrafa asegura que de no haberse alterado el sistema de desagües naturales en función del jugoso mercado inmobiliario, hoy no sería necesario encarar costosas obras hidráulicas correctivas para resolver los problemas actuales.
En definitiva, en el círculo vicioso capitalista del que participan empresarios y funcionarios políticos está la matriz que condujo a esta crítica situación, donde con cada nueva lluvia fuerte se vuelve a perder todo, hasta la vida.
Solidaridad de los de abajo
A poco más de una semana de comenzadas las lluvias, el saldo es de al menos tres personas muertas (un niño en Pilar, un hombre en Campana y otro en Quilmes), tres desaparecidas (un padre y un hijo que cayeron al Riachuelo en un automóvil y un joven que andaba a caballo en Lobos), miles de evacuados y pérdidas materiales incalculables. Según el pronóstico meteorológico las familias evacuadas ya podrían estar regresando a sus hogares. O a lo que queda de ellos.
Frente al desastre nada “natural”, los funcionarios no sólo se mostraron a pleno desinteresados por resolver los mil y un problemas de los damnificados, sino que anunciaron medidas tan poco significativas que a más de uno causaron ira.
Además de una línea de créditos “blandos” y la exención de algunos impuestos, Scioli ordenó que por dos meses se dupliquen las jubilaciones a los afectados que cobran hasta $4.299. Dos días antes Axel Kicillof y Diego Bossio habían anunciado la duplicación por dos meses de las jubilaciones y pensiones mínimas, y la triplicación de las AUH, los subsidios por embarazo y los planes PROGRESAR durante los próximos tres meses. Paliativos que se escurren como agua entre los dedos de la población más afectada y con menos recursos.
Pero como siempre sucede, quienes sí se comprometen solidariamente con los afectados son sus propios hermanos de clase. Las organizaciones obreras, populares y de la izquierda nuevamente se están poniendo al hombro la recolección de alimentos, ropa y elementos de primera necesidad. Desde SUTEBA La Matanza hasta la Junta Interna de ATE-INDEC, pasando por los trabajadores de Alicorp de San Justo, del Hospital de González Catán y por diferentes comités organizados por militantes del Frente de Izquierda en las zonas sur, oeste y norte del Gran Buenos Aires. La demostración concreta de solidaridad no se hizo esperar. Y se suma cada vez más.
La Izquierda Diario, nuevamente, se compromete y solidariza con los miles de hermanos de clase afectados por las inundaciones. Y seguiremos informando aquello que los funcionarios nacionales, provinciales y municipales quieren ocultar. Nosotros también estamos inundados de bronca. |