El 21 de octubre de 2021, el Secretario Administrativo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Pedro Velázquez Beltrán, un burócrata de élite cuyo sueldo mensual bruto asciende a 84 mil 874 pesos, envió una circular anunciando cambios en la contratación que afectaría directamente a las y los trabajadores por capítulo 3000. En lo que va de 2022, los han incorporado a CompraNet, que a decir de su página "es el sistema electrónico de información pública gubernamental en materia de contrataciones públicas".
El capítulo 3000 es una forma de contratación precaria, que no ofrece ningún derecho laboral ni estabilidad en el empleo. Las autoridades del INAH ya habían degradado la contratación tiempo atrás, cuando de capítulo 1000 los cambiaron a capítulo 3000, para quitar los pocos derechos laborales y obstaculizar las implicaciones legales que pudieran tomar quienes decidieran demandar a la institución por el reconocimiento a la relación laboral.
En esta ocasión, avanza la precarización. Al incorporar a las y los trabajadores contratados por capítulo 3000 a CompraNet, el INAH los considera administrativa y jurídicamente como empresarios, como proveedores de servicios, lo que claramente tiene implicaciones laborales y fiscales. Por un lado, es un mecanismo para evadir su responsabilidad como patronal, es decir, evita de otro modo -ya no por capítulo 3000- pagar seguridad social, prestaciones, jubilación, etc., y por otro, pone las bases para una recaudación fiscal más eficiente.
Encima de este retroceso laboral, para incorporarse a CompraNet, trabajadores del INAH denuncian que tienen que pagar una fianza del 10% del contrato. El absurdo requisito de un pago para poder trabajar.
Lo que está haciendo el INAH es implementar otra forma de tercerización laboral, como el outsourcing o los servicios especializados. También es parecida a la que tienen los trabajadores de aplicación: la patronal los toma como socios no como trabajadores, evadiendo todos los derechos laborales.
En cuanto a las consecuencias políticas, estas ingeniosas formas de contratación crean entornos donde la organización política o sindical es más complicada, el miedo al despido (encubierto con el fin del contrato o de ya no poder participar como proveedor de servicios) es uno de los principales desafíos a superar.
Para frenar este tipo de ofensivas laborales se requiere forjar la unidad entre trabajadores de distintos sectores estatales, para enfrentar en común a la misma patronal -el gobierno-. Atendiendo a esta necesidad, el próximo 21 de mayo se realizará la tercer asamblea de trabajadores de cultura en lucha, en redes estaremos difundiendo más información. |