Una investigación periodística reveló que tres hoteles en Qatar se niegan a hospedar parejas homosexuales.
Reporteros de Dinamarca, Suecia y Noruega se hicieron pasar por pareja gay planeando luna de miel en el país donde se llevará a cabo el próximo mundial. Cuando intentaron reservar una habitación en tres establecimientos no pudieron hacerlo.
De todos los hoteles a los que llamaron, hubo 20 hoteles que los admitieron con la condición de no mostrarse como homosexuales. Otros 33 no pusieron condicionamientos.
Como consecuencia, Wyndham Hotels & Resorts Inc. anunció la apertura de una investigación contra uno de sus hoteles en Doha.
Según trascendió periodísticamente, en 69 hoteles de la lista oficial de proveedores recomendados por la FIFA, NRK de Noruega informó que el Wyndham Grand Regency estaba entre los que no les permitían reservar una habitación. Para fundamentar su decisión citaba las leyes de Qatar que consideran ilegal a la homosexualidad.
El Comité del Legado, a cargo de la organización del Mundial, explicó que Qatar es un “país conservador”. Pero aun así estaría "comprometido a brindar una experiencia inclusiva de la Copa Mundial de la FIFA que sea acogedora, segura y accesible para todos".
Agregó además, que se tomarán medidas contra los hoteles que no cumplan. “Se requerirá que más de 100 hoteles en Qatar que albergarán a fanáticos del fútbol, jugadores, funcionarios y otras partes interesadas clave cumplan con el Código de Abastecimiento Sostenible”, dijo un portavoz del Comité a la agencia Reuters.
Esta nueva denuncia, se suma a la extensa lista de actos de censura y hostigamiento a la comunidad LGBTIQ+ y la criminalización de la diversidad sexual que existe en el país organizador de la Copa del Mundo. En diciembre de 2021 Nasser Al-Khater, el presidente del Comité Organizador del Mundial, afirmó que las personas LGBTIQ+ podrían asistir al mundial pero sin dar “demostraciones públicas de afecto”.
La legislación de Qatar establece distintas penas para los actos consensuales entre personas del mismo sexo. La visibilidad que ganó al convertirse en la sede del próximo mundial, pone en agenda la necesidad de seguir peleando contra la criminalización de la diversidad sexual. Así como también contra la represión y la persecución, que persisten en las democracias capitalistas donde el movimiento LGBTIQ+ conquistó la despenalización. |