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La Izquierda Diario
16 de mayo de 2022 Twitter Faceboock

Villa Constitución
Estudiar o trabajar, ¿esa es la cuestión?
Sofía Zapata | Estudiante del ISPEL 3

La vuelta a la presencialidad muestra cada vez más las situaciones relacionadas a la crisis social que venimos atravesando las familias de trabajadores. Los jóvenes tenemos que dejar de estudiar para ir a trabajar y así ayudar a nuestras familias, o hacer malabares para mantener la cursada y el laburo. ¿Cómo podemos enfrentar esta situación?

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Volvimos al Terciario luego de dos años muy difíciles atravesado por la pandemia, donde muchos no pudimos sostener la cursada por no contar con los dispositivos y la conectividad, donde vimos dejar de estudiar a muchos compañeros porque la agudización de la crisis económica los obligó a laburar de lo que sea para ayudar a sus familias mientras los gobiernos de Omar Perotti y Alberto Fernández no pusieron ni un peso para la educación.

En este marco, lamentablemente, la última conducción del Centro de Estudiantes del año 2020, en manos de la Agrupación Los Lápices siguen escribiendo, decidieron dejar la conducción en un momento crítico para la mayoría de los estudiantes y no se propusieron generar un espacio de organización mientras muchos de nosotros quedábamos afuera de las aulas. Ese espacio quedó a la deriva ya que no se llamaron a nuevas elecciones, y hoy nos toca la tarea de recuperarlo desde abajo, haciendo asambleas, discutiendo en pasillos y recreos, para que la crisis no nos lleve por delante y poder jugar un rol de apoyo en la lucha de los trabajadores. Como regresamos después de tanto tiempo, las condiciones cambiaron demasiado.

Volvimos a la presencialidad con dificultad para cursar

Hoy nos encontramos con un Anexo que no tiene gas –un problema que se ve en varias escuelas públicas de Villa Constitución y la región-, y en ambos edificios unos cuantos perdieron el año o se quedaron libres en materias porque desde la Institución no se garantizaron las condiciones básicas para la mayoría que laburamos y hacemos un esfuerzo grande para seguir la carrera.

En este contexto de ajuste los jóvenes la tenemos cada vez más difícil: no nos alcanza la plata para el transporte, para los materiales, ni para acceder a la cultura, no llegamos a fin de mes. La crisis nos golpea cada vez más y tiene una relación directa con que hoy la prioridad del Gobierno del Frente de Todos y la oposición de Juntos por el Cambio, es cumplir con el pago de una deuda totalmente ilegítima a costa del hambre y empeorar las condiciones de vida de millones de personas donde los más afectados somos nosotros quienes nos estamos quedando sin futuro. Y esto lo podemos mostrar con datos precisos.

Según el Indec, la tasa de actividad de los jóvenes entre 14 y 29 años es más baja que la tasa de actividad de la población en general. La tasa de empleo de las mujeres jóvenes representa el 33,6%, siendo menor a la tasa de empleo general que es del 55,4%, mientras que la de nuestros compañeros varones alcanzó el 45,3%. Es decir, que la juventud tiene menos posibilidades de acceder a un laburo, y entre las mujeres esa dificultad aumenta.

El 53% de las mujeres jóvenes no alcanzamos un salario mínimo, y en la mayoría de los terciarios más del 80% de los estudiantes somos mujeres, y un alto porcentaje trabajamos en negro ya que ocupamos puestos relacionados con tareas de cuidado, atención al público y la inestabilidad es la marca registrada de la precarización laboral porque no se sabe con certeza cuántas horas se trabajará cada semana, o cada mes. Tampoco hasta cuándo durará el trabajo, si la inflación sigue aumentando, cuánto valdrá nuestro salario de una semana a la otra, de un día al otro. Más de la mitad no tenemos derechos: no recibimos aportes para la jubilación, no percibimos aguinaldo, no tenemos licencia por enfermedad, vacaciones pagas, tampoco tenemos cubierta la obra social. Esta situación no es solo para nosotros sino para el conjunto de los trabajadores y por eso es tan importante que como estudiantes participemos y apoyemos a quienes no se resignan y levantan la cabeza para pelearla.

Vivimos la crisis, frente a esto ¿qué podemos hacer como estudiantes?

En primera instancia necesitamos organizarnos en asambleas, poder conocernos entre todos, tanto en el Anexo como en la Sede, y unir lo que la virtualidad dividió para recuperar el Centro de Estudiantes que dejaron vacante los Lápices. Esto es importante para juntar fuerzas para pelear por más presupuesto para la educación pública, exigir el boleto educativo, un edificio propio para que todos podamos cursar ya que es un derecho de todos y de las futuras generaciones, por la real implementación de la ESI en todo el trayecto de formación docente y en todos los niveles. Por un protocolo contra la violencia machista y por la creación de jardines materno parentales en nuestro Instituto. Necesitamos becas integrales para quienes lo necesita, mejores condiciones de cursado y mejores salario para los docentes, que la plata vaya para educación y no para deuda.

Solo nosotros somos capaces de poner en pie una organización democrática, estudiantil y trabajadora, que le de voz a todos, y que sea independiente de las autoridades y de todos los gobiernos que ajustan a la educación y precarizan nuestras vidas.

Esa fuerza la tenemos que construir desde abajo y es de suma importancia para acompañar a los trabajadores de la región que también pelean por sus demandas. Está en nosotros pararle la mano a los distintos gobiernos que nos descargan la crisis y nos roban nuestros sueños. Para esto, es importante que los estudiantes junto a los trabajadores, pelemos por el reparto de las horas laborales entre ocupados y desocupados, con salarios que cubran la canasta familiar, para que no haya quienes sufran la sobreexplotación, mientras millones de personas no tienen trabajo. Porque la deuda fraudulenta e ilegal no se pague y esa plata se destine a salud, educación y la cultura. La reducción de la jornada laboral nos permitiría disfrutar de nuestro tiempo libre, para estudiar, bailar, compartir con nuestros amigos, por ser libres y que nuestra creatividad esté puesta en función de crear un mundo mejor.

 
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