DECLARACIÓN DE LA AGRUPACIÓN DE MUJERES PAN Y ROSAS ANTE EL 20 DE MAYO
“¿Dónde están? La verdad sigue secuestrada. Es responsabilidad del Estado”
Hoy como ayer volvemos a denunciar el Terrorismo de Estado que operó en nuestro país en la dictadura cívico militar, pero inclusive antes de ella. Hoy debemos recordar que no fueron unosloquitos sueltos, sino que se trató de un plan sistemático implementado en todo el Cono Sur para liquidar a toda una generación de trabajadoras y trabajadores, estudiantes y militantes sociales y barriales.
Una generación que no solo pretendía enfrentar al gobierno de aquel momento, sino que también quería cambiar el mundo y a esta sociedad de raíz. Ellas y ellos abrazaban la lucha revolucionaria, las banderas del cambio social profundo, y por eso fueron el blanco de la furia de este sistema.
Este plan sistemático, como el Plan Cóndor, fue impulsado e ideado por los Estados Unidos, que implantó dictaduras militares en toda la región, en complicidad con las clases políticas y los sectores dominantes de los distintos países. Plan que tuvo a las fuerzas armadas como su brazo ejecutor. Es que las fuerzas represivas no son más que instrumentos para la dominación, no hay nada de progresivo en ellas, siempre protegen y protegerán la propiedad y los privilegios de los ricos.
Por eso no queremos ni día del soldado, ni que los sindicatos policiales estén dentro del PIT-CNT, y denunciamos a las fuerzas represivas como instrumentos del orden de este sistema capitalista y patriarcal, que solo ofrece hambre, miseria, individualismo y opresión.
Hoy como ayer tenemos que denunciar la impunidad de todos estos años, en los que pasaron gobiernos de todos los colores políticos y, sin embargo, la impunidad se mantiene. Siguen decenas de denuncias encajonadas, siguen testigos y familiares que se mueren sin conseguir justicia ni verdad. Siguen milicos asesinos y torturadores sueltos, unos pocos en cárceles vips o con prisión domiciliaria. Siguen los atentados mafiosos sin resolver, los comandos sin desmantelar y las amenazas sin condenar.
Solo la fuerza de la lucha incansable de las y los familiares, de las ex presas y ex presos políticos, del movimiento por los derechos humanos y de la clase trabajadora ha logrado condenar y encarcelar a varios militares. Pero esto es solo el principio, ya que necesitamos abrir todos los archivos para saber dónde están, queremos saber todos los nombres de quienes participaron en las torturas, en la logística, quiénes fueron cómplices en la justicia, en los hospitales y en las comisarías. Y también tenemos que juzgar el apoyo civil que tuvo el Terrorismo de Estado, porque los grandes poderes económicos apoyaron este accionar. Tenemos que denunciar a la Asociación Rural del Uruguay y a otras cámaras empresariales, que sostuvieron a los milicos y se beneficiaron de las políticas económicas de aquel momento.
La dictadura se ensañó con nuestros cuerpos, en especial los de las mujeres detenidas, abusando sexualmente de ellas en el marco de la tortura y el encierro.
Prácticas que no solamente intentaban minar la subjetividad de las compañeras sino la de toda una generación de luchadores y luchadoras, y una marca que aún hoy cala hondo en la membrana social. En este sentido, nos hermanamos con esas valientes 28 ex presas políticas que denunciaron colectivamente a varios militares por violaciones sexuales en el marco de la tortura.
Y justamente la impunidad de ayer es la base de la represión de hoy. La violencia policial, la implementación de la LUC, el aumento de las potestades para la policía no es otra cosa que la continuación de aquella impunidad. No podemos permitir que sigan reforzando el aparato represivo. Por eso rechazamos la presencia de personal militar norteamericano en territorio uruguayo, así como rechazamos la LUC, la violencia policial hacia nuestra juventud pobre, la criminalización de la protesta social.
Hoy quieren profundizar la impunidad a partir de proyectos como el presentado por Guido Manini Ríos de Cabildo Abierto de otorgar prisión domiciliaria a los condenados por crímenes de lesa humanidad. O como las intenciones de sectores del Partido Nacional de declarar que estos asesinos son presos políticos. Frente a esto, queremos gritar bien fuerte: no son presos políticos, son asesinos, son torturadores, son genocidas. Y tenemos que luchar por la cárcel común, perpetua y efectiva para quienes intervinieron en la violación a los derechos humanos, en la tortura, en la desaparición de nuestros compañeros y compañeras que hoy no están. No nos reconciliamos con quienes asesinaron y torturaron amparados en el poder.
Este 20 de mayo volvemos a las calles, tomamos nuevamente los espacios públicos, nuestros espacios de lucha. Hoy tenemos que ser miles y miles movilizades, como parte de un gran movimiento por los derechos humanos y la defensa de nuestras libertades democráticas, un movimiento masivo que sea independiente del estado y de los partidos del régimen, que se manifieste de forma contundente contra la LUC, contra la violencia policial y que enfrente los intentos de reforzar el aparato represivo.
Llamamos a todo el movimiento de mujeres a participar activamente, a levantar estas banderas de lucha contra la impunidad, de exigencia de verdad, memoria y justicia, sumándose y siendo parte de la convocatoria de Familiares y del conjunto de los sectores populares en esta pelea.