Imposible de justificar, así es la realidad para la determinación del gobierno de aplicar el Estado de excepción Constitucional en la macrozona sur del país. A pesar de todos los argumentos en favor del “despeje” de las rutas que tanto defendió la ministra Siches, la realidad es que esta derrota al Gobierno en la imposición de los intereses de la derecha y los gremios camioneros no es más que un paso más hacia la total claudicación con su propio programa con el que ganó en segunda vuelta.
Pero dentro del entramado político de las últimas semanas, se fraguó una derrota aún mayor para el Partido Comunista y el peso que aspiraba a tener dentro del propio gobierno.
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Si bien el PC rechazó públicamente la idea de una militarización del Wallmapu, cuestión que viene aceptando en la zona norte por el problema migratorio, ahora ceden este punto en favor de la “lealtad” al gobierno y a Boric. Pero en realidad no es un tema de lealtad, sino de pragmatismo, cuestión que al PC históricamente le ha venido muy bien.
Tanto en el gobierno de Bachelet II como ahora con el de Boric, el PC ha aspirado a jugar de furgón de cola del conglomerado, aspirando a ser la legitimidad por “izquierda” de un gobierno que gira cada vez más a la derecha.
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Esto último es particularmente claro en los dichos del senador Núñez quien señaló “No estoy contento, pero era razonable”, justificando así la posición del PC frente a la decisión y agregó “intentan cargarnos una actitud de deslealtad que no es tal, hemos sido absolutamente leales” y es verdad, el PC ha sido absolutamente frente a todas las derechadas del gobierno, intentando justificar lo injustificable: confirmación del general Yañez en Carabineros, rebajar cada vez más la consigna de refundación, dejaron de hablar de presos políticos, avalaron la presencia militar en el norte contra los migrantes y ahora en el sur para defender a los camioneros. Se callaron la boca por la acción judicial que interpondrán contra Llaitul y esto suma y sigue.
A pesar de los dichos de Siches de "No querer ser el gobierno en el que un militar mate a un comunero", en los hechos tanto el gobierno como el PC son consientes de esto puede ser una realidad y que por su necesidad de dejar contenta a la derecha y la exConcertación, están dispuestos a sacrificar un par de mapuche con tal de evitar una acusación constitucional o un escenario peor.
Finalmente el PC lo que está haciendo no es "expresar nuestros puntos de vista" como dijo Núñez, sino a sostener a cualquier costo al gobierno, incluso si hay que sacrificar a trabajadores (como en los subcontratistas de la ENAP) o al pueblo Mapuche.
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