Mucha indignación y rabia provocó la respuesta de las autoridades de la casa de estudios -que tardó casi 4 años en llegar- pues para la U. de Chile nadie es responsable de que Margarita tuviera que estar a las 5.30 de la mañana en la calle para cumplir el horario exigido por las jefaturas. Se descarta de toda responsabilidad, como si la vida de Margarita y quienes la rodean no importará, más aún, las mismas condiciones laborales, de exposición y sin transporte para llegar a sus labores se han mantenido, como si nada hubiera pasado, hoy para la Universidad de Chile, los y las trabajadores no importan.
Son sus colegas, junto a estudiantes, quienes han alzado la voz frente a este brutal hecho de injusticia; denunciando la indolencia de las autoridades, la exigencia por justicia para Margarita.
Hoy, producto de la movilización impulsada por los y las estudiantes de Ingeniería, las autoridades se vieron empujadas a dar una respuesta frente a sus demandas. Sin embargo, sus propuestas ni siquiera recogen la necesidad de brindar un transporte adecuado para los/as trabajadores/as, es decir, no demuestran ni la más mínima voluntad política por escuchar realmente lo que estudiantes y trabajadores/as vienen planteando.
Es a partir de esto, que hoy comienza a gestarse la idea de una campaña para conquistar justicia para Margarita, no podemos solo contentarnos con que sus asesinos están hoy encarcelados. Necesitamos transformar la pena y rabia que nos genera este proceso complejo, para levantar una campaña nacional por Margarita, que sea tomada por diferentes universidades y su comunidad.
Que al mismo tiempo organizaciones de trabajadores como la CUT se pongan a disposición de esta pelea, al igual que las organizaciones de mujeres, como lo es la Coordinadora 8 de Marzo, que tiene un rol fundamental en el movimiento de mujeres en Chile, y que hoy al calor de la precariedad que vivimos miles de mujeres trabajadoras, es clave que desde el feminismo podamos tomar estas banderas
¡Ni una Trabajadora Menos! |